Entre las cenizas

CAPITULO 30

Habían pasado las horas, y el se negaba a hablar estaba un poco cansada, pues estaba asustado, hasta de mí, la comida se sirve era sopa de repollo, era la única verdura que se sembraba trato de pensar en algo más que no sea Caleb pero era imposible estaba demasiado preocupada, Ethan sale de la casa de campaña con una mala cara.

—No parece mejorar… — Me dice mientras deja su porción de sopa de repollo —. Es el pero a al vez no es él, la tortura que le hicieron es demasiado fuerte…

—Consiste en una tortura demasiado densa, te llevan al borde de tu estabilidad, te bajan todo y más los golpes terminas doblegando tus principios — Digo mientras me sirvo una taza del licor de arroz que está caliente, Ethan me lo quita mientras el lo toma.

—Tienes 23 no deberías tomar como si fuera agua el licor, te vas a dañar algo — Me dice en modo de regaño, pero mi humor no era lo bastante bueno, respiro hondo mientras tomo la bolsa que había traído, en esta tenia el libro de la familia Ross-Yilmaz, el árbol de genes ramificados principalmente, en las hojas siguientes iban tachando integrantes las personas muertas, pero todos los cónyuges principales tenían muertes catalogadas como accidente.

—Ethan… — Le hablo mientras el nota mi mirada, me da unas hojas para que comience a escribir, transcribo el árbol de genes, mientras escribo por debajo de los títulos como era su muerte, el esposo de la emperatriz de sangre o su verdadero nombre “Maynard” había muerto de una sobredosis de “Ilusra” una planta prohibida desde hace años, lo que es raro es que la primera esposa del emperador Clyde había muerto de la misma manera, ambos por la misma planta, la madre de Victoria murió en un recinto antes de que nosotros matáramos al padre de ella, alegaban una demencia, pero jamás fue demostrada.

Todo estaba tan enredado la tinta se cae manchando todo mi brazo.

—¿Sofía? — Me habla Sebastián.

—La emperatriz Céline y el papa de victoria eran solo títeres, en realidad solo fueron el medio para el fin — Ethan limpia mi brazo, pero era demasiado para procesar lo que era difícil que mantuviera la calma, Sebastián me sostiene con para que voltee a verlo, quería llorar.

—Cálmate y explícanos — Respiro hondo antes de comenzar a contarles todo lo que me había dado cuenta, mientras les enseño, lo que queda inconcluso era la parte de la familia de Caleb, y por qué tan pocos hijos, normalmente las familias tenían de 2 a 7 hijos, pero no entendía nada eso.

—Quiero ir a ver a Caleb — Le digo saliendo de esa casa de campaña, siento los pasos de los hermanos —. Quiero ir sola.

No muy convencidos pero me dejan entrar sola, el estaba con la cabeza agachada que al verme solo me sonríe, tomo un vaso para darle un poco de agua pero se niega a tomar, si se negaba a comer y a tomar agua era cuestión de tiempo que el muriera, dejo el agua de lado mientras me siento en el piso.

—Caleb, dime sobre tu familia… — Le digo mientras este niega con la cabeza —. Se que para ti no es importante el pasado, pero para mí sí, es conocer las raíces de nuestros antepasados, es la puerta del futuro.

—Eso cambiara la forma de verme — Me dice mientras trata de liberarse —. Lo siento tanto enserio, siento tanto haberte hecho daño.

Su cara se corrompe, mientras me acerco y le doy un beso en la frente yo no creía que cambiaria pero tenia la esperanza que la lengua se le soltara, este asiente con la cabeza mientras limpio sus lágrimas, no sabia que pasaba conmigo que esto lograba conquistarme, las mujeres no buscábamos hombres fuertes, buscábamos esta debilidad que los hacía parecer más humanos, me gustaba mucho Caleb.

—Soy el primer hijo de un lord, a diferencia de mis primos que ellos son príncipes yo nací siendo lo más bajo de la clase social, mi padre no era el favorito de mi abuela, lo que creo en el una faceta de siempre ser el mejor, las peleas entre el y mi abuela cada vez se hicieron más fuertes, hasta el punto de que una noche mi abuela cito a mi padre en la sala principal donde lo condeno de traición no se en que momento ella se volvió de hielo… — No sabía en que punto decía la verdad pero su cara me invitaba que le creyera —. Después de eso mi abuela nos acogió tanto que mi madre en lugar de vivir tranquila estaba asustada de no ser la siguiente.

Este me hace señas para pedirme agua, mientras le doy un poco de agua, manchándolo un poco, asiente mientras respira.

—Ella prefirió suicidarse antes de que algo malo le pasará, se olvido de mí — Me siento de nuevo en el piso, mientras le doy toda mi atención —. Crecí bajo su respaldo, yo sabia que varias cosas que ella me pedía que hiciera estaban mal pero aun así las hice, estaba tan necesitado de amor que aun así quería hacerlo. Ella me pidió que viniera al norte para enamorarte, pero no pude hacerlo, no pude hacerlo por que maldita sea, me hechizaste… La magia existe por que cuando te mire sonreír, te juro que no existía nada más.

—¿Por qué no me dijiste nada? — Le pregunto un poco dolida.

—Estaba asustado de que conocieras mi otro lado, el que me esforzado en ocultarte — Dice mientras llora, me sentía de alguna como si fuera alguien fácil de manipular —. Pero te lo juro por el nombre de mi madre, que todo lo que dije todo lo que hice para que te enamorará fue real, enserio lo siento tanto.

Salgo de la casa de campaña mientras veo como Sebastián estaba haciendo la guardia, el era el testigo de lo que acaba de pasar por mira vez siento el olor a tabaco.




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