9-La nada

Miyuki dio un par de vueltas a mi alrededor, examinándome con sus ojos de color rubí. Me miraba con rechazo y repudio.

-Tienes que parecer de la alta clase y una de nosotros. Difícil lo veo con ese careto que traes.

Mi padre fulminó con la mirada a Miyuki. Parecía querer decirle algo, pero se quedó callado y dejó que Miyuki continuase viéndome de pies a cabeza.

-Eres delgada, pálida y pequeña. Caín,¿cómo piensas convertir a tu hija en un demonio? No creo que tus poderes sean igual de fuertes que antes.

-¿Olvidas que sigo siendo un serafín?-extendió su mano hacia mi.-Dame tu mano

-No.-dije con total desconfianza hacia mi padre.-Dime qué es lo que piensa hacer.

Cogió mi mano en contra de mi voluntad y de la nada todo se volvió oscuro. Grité del susto y cerré los ojos. Cuando los abrí, me encontraba flotando en medio de la oscuridad, en un vacío sin fin. La criatura que había ante mis ojos tenía forma humanoide. Se parecía a uno de esos ángeles que el antiguo testamento describía. Era una mezcla entre humano y divinidad. Era terrorífica, pero a la vez hermosa. Brillaba un poco, con una luz dorada.

-¿Papá?

-Sí, soy yo.-habló con una voz que resonaba en aquel espacio infinito.

A causa de la falta de gravedad, empecé a dar volteretas en el aire. Me asusté y agité los brazos y las piernas. Volví a gritar de pánico.

-¡No grites!-me pidió mi padre sujetándome de la mano.

-¿Qué has hecho?

-Te he traído a la Nada. Aquí hay un vacío existencial. Aquí no existe ni la luz, ni el tiempo y ni el espacio tal y como lo conoces.

Habiéndome tranquilizado, pude ver extraños seres flotar en aquel espacio. Todo ellos eran bichos brillantes. Se parecían a escarabajos, mariposas, libélulas, arañas... Pero tenía un toque mágico. Los insectos no eran de mis cosas favoritas, pero me agradaban.

Una de esas criaturas, que era una especie de escarabajo con cuernos, se posó en el hombro de mi padre. Tenía lunares en su espalda que brillaban.

-¿Qué es?

-Una larva de "estelux"-señaló hacia mis espaldas.-Crecerá como ese adulto de ahí.

Al girarme, quedé atónita ante el gigantesco bicho que parecía estar hecho de estrellas. Se movía con ligereza. Quedé sorprendido por lo mágico y fantástico que era.

-Es...hermoso.-susurré.

-Lo es.

-Papá, ¿de qué conoces este lugar?¿Qué es lo que te ha pasado?

Mi padre no respondió. Solo guardó silencio y cambió de tema, evadiendo mis preguntas y dejándome con la duda.

-Te voy a hacer que parezcas un demonio. No serás uno de verdad, solo será una ilusión óptica. Por lo demás podrás sentir y ver cosas...No olvides que todo será una alucinación, por ahora.

-No te entiendo

-Pronto lo entenderás. Nunca quise que acabases así, por esto me negué ante la Corte de las Sombras en participar en este estúpido plan.Te pido que me perdones por esto, Collet...