Me Estaba terminando de alistar, cuando mi hermano me llama, no se puede esperar ni un segundo que terminé de empacar mis cosas, solo estaba saliendo de la habitación y mi hermano me miraba con una expresión de enfado y no había tiempo que perder, ya que me había demorado un poco y como le gustar ser puntual con más razones debíamos salir rápidamente.
—casi que no — se cruzó de brazos enojado
—ya perdón — me estaba disculpando
—no sé qué tanto haces, pero de verdad
—estaba tratando de verme bien
—yo veo a la misma persona de siempre — me comenta mirándome de arriba hacia abajo
—ya mejor vámonos
—no se para que te arreglas tanto si quedas igual
—oye, pero — respondí
—pero nada igual te vez linda — comenta
Quizás mi hermano tiene razón, pero también se que tenemos que apresurarnos para llegar a tiempo.
—lo dices solo porque eres mi hermano — le respondí por el comentario
—no lo estoy porque sea tu hermano lo estoy diciendo porque quedas igual
—eres tan malo
—solo se decir la verdad — admitió
—eso me hace sentir peor
—no entiendo hermana porque te arreglas si quedas igual
—no exageres tampoco es mucho
—debemos apurarnos
—si lo que ti diga
—vamos más bien
Ambos salimos corriendo y por suerte la ruta estaba cercana, tomamos el bus, aunque este se encontraba lleno y por obvias razones quedaba toda espichada, parecía una arepa aplastada.
—por tu culpa estamos así
—no me regañes
—tu si
Poco a poco se iba desocupando el bus y ya estábamos bajando junto con los demás ya apenas bajamos y solo estábamos apurándonos para llegar a las clases y no quería tampoco llegar tarde, aunque nunca llego tarde.
pronto entramos y mi hermano se había perdido ahora a mí me tocaba buscar el salón, me apresure hasta que llegue a uno de los salones, escuche unas voces que llegaban, algo me recorrió era una sensación de frio que me invadió y sabía que algo malo estaba por pasar. Niego rotundamente quizás eran malas cosas de mi mente eso era, tenía que simplemente ignorar era una mala cosa de mi mente.
—te piensas quedar, así como si nada — dijo Sandra — te estoy hablando
— eh… ¿Por qué me hablas? — dije desorientada
—porque estas invadiendo mi espacio
—¿desde cuándo esto es tuyo?
—por si no sabías hay más estudiantes y tu estas invadiendo este espacio, así que no te quedes como estatua
—claro que si
—ha, entonces porque no te corres
—si
—eres una rara
No dije nada y estaba siguiendo el espacio, pronto iba al paso, pero me dirigí al grupo de estudiantes y allí hubo una pequeña charla, dentro de aquello estaba mi amor platónico, alguien que estaba segura que jamás tendré algo, además llevaba tres años sabiendo de él, sabiendo sus gustos, parezco una acosadora. Solo suspiro aferrándome a la idea de que jamás voy a tener algo con él, eso pienso yo, no tendré chance.
—no me atrevo — dijo uno de los estudiantes
— ¿Por qué?
—bueno se dice que hay pasan cosas extrañas — el joven comento
— ¿cosas extrañas? — dijo inquieto
—si como gritos pasos, se dice que hay un fantasma — este le estaba respondiendo
—no creo — negó — mas bien son cosas que inventa la gente para generar odio hacia los demás— comento — así que no creo que sea posible
—bueno eso dicen, pero quien sabe
—da escalofríos
—por mí me quedo aquí no me quiero arriesgar
—pero si sabemos quién podía ser
—tan solo son rumores
—no lo sé, pero algo extraño pasa
—no creo ya te dije que puede ser rumores sin sentido, no creo en tales leyendas
—y si es verdad
—nada es probado hasta no verlo
—no sé, pero a mí me da mucho miedo
Me pongo los auriculares antes de que la clase empiece, estaba sentándome en el último lugar y tampoco creo que alguien me note de eso estoy segura, cuando de repente alguien me toca el hombro rápidamente me quito los auriculares, me estaba sorprendiendo de que alguien por lo menos me hable y más sabiendo que era mi amor platónico. Trate de no ponerme nerviosa, pero esto me gana. ¡tiene que estar bien!, hago caso a lo que me dijo a mí misma.
—hola Sara
—este…… h.…ola — dije tartamudeando
—¿te pasa algo? — me dijo extrañado
—no, ¿Por qué?
—te noto tensa
—a bueno son
—olvídalo supongo que estas nerviosa
—yo para nada nerviosa
—bueno olvídalo — dijo sonriendo
—si
—vale, espero que no te haya asustado
—no para nada
—cómo te vi concentrada con la música lo supuse
—no, solo que me sorprendió
Vaya esta sonrisa me derretía más, me pone más nerviosa, estaba que temblaba, pero de forma inmediata me estaba tranquilizando. Bien Sara tienes que tranquilizarte, a lo mejor algo puede pasar o no.
—Sara me gustaría saber si me acompañas a la biblioteca — dijo de repente
—¿Por qué? ¿no vas con tus amigos? — Dije extrañada — ¿porque me lo pide a mí?
—bueno ellos son algo miedosos — dijo
—se supone que los hombres son mas valientes y porque razón querrías que te acompañara
Se estaba notando un tanto nervioso que yo apenas estaba mirándolo, aparte de eso miraba alrededor si estaba solo jugando conmigo
—bueno no se si sabes de los rumores
—oh claro la biblioteca escalofriante
—si quería saber si tu querrías
Volteaba a ver sus amigos para solo confirmar, aparte de estar enamorada de él, también estaba desconfiando
—entonces, ¿me acompañarías?
—sigo insistiendo de tus amigos
—ya te dije que ellos son algo miedosos
— ¿miedosos? No me digas que crees esas cosas
— es para asegurarnos que sí, bueno que solo sea otra cosa
—vale te acompaño y para demostrar que no hay nada — dije mostrándome valiente