Capitulo 16

La noche había caído con rapidez, y el aire fresco del campo parecía envolver a todos los presentes en una calma que contrasta con la energía que habíamos tenido durante el día. La luz del fuego de la fogata parpadeaba, creando sombras danzantes sobre las caras sonrientes de los estudiantes. Todos se habían reunido alrededor del fuego, compartiendo historias, risas y canciones, disfrutando de la magia de la noche bajo el cielo estrellado.

Lina se encontraba cómoda junto a Valeria, con las piernas cruzadas sobre la manta que habían colocado en el suelo. Los demás estaban dispersos, algunos conversando, otros simplemente observando las llamas que brillaban en el centro del círculo. La atmósfera era relajada y alegre, y a pesar de las tensiones previas del día, Lina sentía que algo había cambiado en el aire. Todo parecía estar más tranquilo, más ligero.

De repente, uno de los chicos que formaba parte del grupo de Liam, llamado Marco, se levantó, alzó su guitarra y comenzó a rasguear suavemente las cuerdas. Todos se callaron instantáneamente, expectantes. Marco era conocido por ser un chico extrovertido, siempre dispuesto a animar la situación con música. Cuando la melodía se hizo más clara, se dio cuenta de que había captado la atención de todos.

— ¿Alguien quiere cantar? — preguntó Marco, mirando a su alrededor con una sonrisa traviesa.

La mayoría de los chicos miraron hacia abajo, como si no quisieran ser los primeros en levantarse, pero Lina no pudo evitar sonreír.

— ¡Yo me animo! — exclamó Valeria con entusiasmo. Le dio un codazo a Lina, como invitándola a unirse también. Lina miró a Valeria y luego a Marco, dudando un momento, pero luego su risa llena de energía hizo que tomara la decisión.

— ¡Vale, yo también! — dijo Lina, levantándose y acercándose a la fogata.

Valeria y Lina se colocaron frente a Marco, mientras él seguía tocando su guitarra. El ritmo tranquilo de la canción llenó el aire, y ambas chicas se miraron antes de empezar a cantar. La letra era simple, pero nostálgica, y al principio, su voz sonaba un poco insegura, pero luego, con cada acorde de la guitarra, Lina y Valeria comenzaron a sincronizarse perfectamente. La melodía fluía sin esfuerzo, y pronto se unieron en armonía. La canción no era complicada, pero su energía positiva se extendió rápidamente entre los presentes.

Lina comenzó a perderse en la música, su corazón latiendo al ritmo de las notas, su mente calmándose por completo. Al principio, su timidez se había hecho evidente, pero cuando vio la expresión de Valeria, divertida y segura, Lina se relajó por completo. Estaba disfrutando del momento más de lo que se había imaginado.

Mientras tanto, Liam, que estaba sentado a un lado, observaba la escena en silencio. Había algo en Lina que lo cautivaba, y no podía dejar de mirarla mientras cantaba. Había algo en su voz, en su presencia, que lo hacía sentir una extraña conexión. No era la misma Lina de siempre, esa chica directa y un tanto ruda. Esta Lina era diferente. La música la hacía brillar de una forma en la que él nunca la había visto antes. Su voz, estaba llena de algo genuino, algo que llegaba al corazón.

Liam no podía apartar la mirada. A pesar de sus intentos por ser indiferente, algo dentro de él se removió. Era como si cada palabra cantada por Lina lo envolviera, lo hiciera sentir algo que no lograba comprender del todo. ¿Era la energía de la canción? ¿La forma en que ella se entregaba por completo? No lo sabía, pero por primera vez en mucho tiempo, Liam sintió una mezcla de emociones que lo desconcertaban.

A medida que la canción avanzaba, Valeria comenzó a animar aún más la situación, levantando las manos al ritmo de la música, haciendo que todos los demás en el círculo comenzaran a aplaudir y cantar también. Lina y Valeria se reían, disfrutando del momento, sin importar lo que los demás pensaran. Y fue en ese momento cuando Lina miró hacia Liam y vio que él la observaba atentamente. Su corazón dio un vuelco. No era la primera vez que la miraba de esa forma, pero esa mirada, llena de algo más profundo, hizo que un nudo se formara en su estómago.

Al ver que Lina lo miraba, Liam rápidamente desvió la mirada, como si no hubiera querido ser tan obvio. Pero Lina no pudo evitar sonrojarse un poco al notar que él había estado prestando más atención de la que pensaba.

De repente, la canción llegó a su fin, y Lina y Valeria se detuvieron, riendo entre ellas. Los demás comenzaron a aplaudir, y Marco dejó de tocar, sonriendo con satisfacción. El ambiente se sentía aún más cálido después de la canción, como si todos se hubieran unido un poco más, conectados por esa pequeña pero significativa experiencia.

Lina, sonrojada, volvió a su lugar cerca de la fogata, sintiendo la presión del momento desvanecerse.

— ¡Eres genial cantando, Lina! — dijo Valeria, dándole un codazo amistoso. — Deberías hacerlo más seguido.

Lina soltó una risa nerviosa, miró a Valeria y luego hacia el fuego. No estaba segura de si había sido buena idea unirse al canto, pero al ver las sonrisas de los demás, se sintió bien con lo que había hecho.

— Bueno, no soy una experta, pero fue divertido — respondió, intentando restarle importancia, aunque por dentro se sentía satisfecha.

Liam, que no había dicho nada durante la canción, la observó por un momento más, aunque esta vez no pudo evitar sonreír sutilmente, como si estuviera apreciando la actitud despreocupada de Lina.

Al final, el resto de la noche transcurrió tranquilamente, entre conversaciones y más canciones improvisadas. Pero mientras los chicos seguían disfrutando del calor de la hoguera, Liam se quedó mirando a Lina, quien ahora estaba charlando con Valeria y otros amigos. La chispa que había visto en ella mientras cantaba, esa energía que emanaba sin esfuerzo, lo hizo pensar que tal vez había algo más en Lina de lo que pensaba. Algo que él no había visto antes.

A medida que las estrellas brillaban sobre ellos y la noche se volvía más profunda, Liam no pudo dejar de pensar en cómo se había sentido observando a Lina, en la forma en que su voz había llenado el aire y había tocado algo dentro de él.