A mis padres,
A mis padres los abrazo,
A mis padres les agradezco por todo lo que han hecho por mí:
Por siempre poner un plato de comida en la mesa,
Por darlo todo para que nada me faltara,
Por cuidarme y educarme con buenos valores,
Por no dejarme sola,
Por apoyarme siempre en cada sueño o meta que tuve,
Por no permitirme rendirme fácilmente y enseñarme a salir adelante.
Les doy las gracias por ser mi motor y apoyo en esta vida.
Gracias a ustedes, soy quien soy.
Les dedico esta carta porque son una parte fundamental en mi vida,
porque quiero demostrarles todo el amor que tengo para darles.
Gracias por hacer de cada cumpleaños un momento especial,
por esforzarse para que siempre tuviera la fiesta soñada
y por hacer todo lo posible para que yo fuera feliz.
Gracias por ser Santa Claus en Navidad,
por ser los Reyes Magos,
por hacer que en cada fiesta nunca faltara un regalo.
Pero, sobre todo, gracias por darme el amor de padres,
un amor que muchos no tienen la suerte de recibir.
No es por presumir, pero me tocaron los mejores padres del mundo.
Si me dieran la oportunidad de elegir unos padres nuevos, no lo haría.
Los elegiría mil veces a ustedes,
porque no hay amor más grande ni refugio más cálido que el que ustedes me han dado.
Por eso y por mucho más, les doy las gracias.
Espero que sean eternos,
que nunca me falten ni en esta vida ni en otra.
A veces, las palabras no alcanzan para expresar lo que siento por ustedes.
Su amor ha sido el refugio en mis días difíciles,
la brújula que guía mis pasos y la fuerza que me impulsa a seguir adelante.
Si pudiera elegirlos mil veces, mil veces los elegiría,
porque en sus abrazos encontré el hogar más cálido
y en sus sonrisas la paz que solo el amor verdadero puede dar.
Con amor y gratitud,