A mis primas,
A mis primas les agradezco por la compañía.
A mis primas les agradezco por las risas compartidas.
A mis primas las quiero.
A mis primas las adoro.
Son como mis hermanas.
A mis primas las valoro y siempre les deseo lo mejor.
Deseo que todo lo que se propongan lo puedan cumplir,
que encuentren el amor verdadero,
que formen la familia que tanto desean,
que logren el trabajo de sus sueños
y que siempre sean felices.
Quiero que nunca permitan que alguien las haga sentir menos.
Esta carta está dedicada a ellas,
a ustedes, mis primas, a quienes amo profundamente,
a quienes son mi todo,
a quienes me han regalado tantos momentos de felicidad.
Quiero que sepan que siempre voy a estar ahí,
que pueden confiar en mí,
que siempre las voy a escuchar
y ayudar en todo lo que pueda.
Son mi vida entera, y no sé qué sería de mí sin ustedes.
Por eso, estas palabras son para que nunca olviden
que tienen a alguien dispuesta a todo por ustedes.
Ni la distancia podrá separarnos.
Gracias por cada momento vivido en Paraguay.
Son, sin lugar a dudas, las mejores.
Quiero que recuerden que cada una de ustedes lleva algo único:
su bondad, su fortaleza, su alegría y su luz,
que iluminan la vida de todos los que las rodean.
No dejen que el mundo apague ese brillo que las hace especiales.
Siempre caminen con la cabeza en alto, porque valen oro.
Y también que lleven esto siempre con ustedes:
El lazo que nos une es más fuerte que cualquier obstáculo,
más grande que cualquier diferencia
y más profundo que cualquier distancia.
Somos familia, pero también somos amigas, confidentes y compañeras de vida.
Cada risa, cada abrazo y cada recuerdo que compartimos
es un tesoro que guardaré por siempre en mi corazón.
Con amor eterno y gratitud infinita,
La prima que las quiere más allá de las palabras.
Siempre estaré a su lado,
en las buenas y en las malas,
porque el amor que nos une
es para toda la vida.
Nunca olviden que las quiero como son, y siempre seré su refugio cuando lo necesiten.