A mí familia

A mi familia,

A mi familia quiero decirles que no hay palabras que puedan definir cuánto los quiero.

No hay momento más hermoso que cuando estamos juntos,

y a pesar de todo lo que pueda pasar, siempre estaremos unidos.

Siempre estaremos juntos por miles de años más.

Quiero mucho a mi familia,

y por eso la valoro.

Valoro a mi familia porque sé que nadie más puede tener la suerte de contar con una como la mía.

Valoro cada momento que estoy junto a ustedes,

porque nadie sabe cuándo será el último.

Valoro siempre cada consejo, cada muestra de cariño,

cada gesto que demuestra que somos más que una familia: somos un refugio, un hogar.

Gracias, familia, por siempre estar cuando uno los necesita,

por siempre tenderme la mano,

porque el apoyo y la certeza de saber que siempre van a estar

es lo más importante.

Eso lo valoro siempre, y nunca lo doy por sentado.

Por este motivo, quise expresar todo mi amor en esta carta,

para demostrarles cuánto los amo,

cuánto deseo que siempre seamos unidos,

y cuánto confío en que nada podrá romper este amor que nos tenemos.

Quiero que sepan que en cada paso que dé en la vida,

los llevo en mi corazón,

porque ustedes son la fuerza que me impulsa a seguir adelante.

Cuando el mundo me desafíe,

serán sus recuerdos y su amor los que me mantendrán de pie.

Somos un equipo, una fuerza imparable,

y juntos podemos superar cualquier cosa.

Y cuando llegue el momento en que me encuentre perdida o en la oscuridad,

sé que siempre habrá una luz brillando en mi corazón,

la luz de su amor.

Nada podrá romper el lazo que compartimos,

nada podrá quitarme la paz que siento al saber que siempre tendré un hogar,

un refugio en ustedes, mi familia.

Gracias por ser mi razón de ser,

por darme tanto sin pedir nada a cambio.

Son mi todo, y siempre lo serán.

Con todo mi amor y gratitud,

para mi familia, que siempre será mi lugar seguro.