A mis seres de luz mis sobrinos
Mis sobrinos son el regalo más hermoso que Dios me pudo dar.
Adoro verlos,
adoro abrazarlos.
Siempre busco la manera de hacerlos felices,
de consentirlos,
de verlos sonreír.
Deseo que sus corazones estén llenos de alegría,
que nunca les falte nada,
que sus sueños siempre se hagan realidad,
que nada ni nadie les haga creer que no pueden volar.
Amo la forma en que me miran,
amo todo lo que son.
Ellos son mis cuatro razones para ser quien soy,
el mayor tesoro que la vida me dio.
Voy a estar eternamente agradecida con sus padres por traer al mundo tanta belleza.
Esta carta es para ellos, Dylan, Aylen, Lara y Emily,
mis seres de luz,
esos que iluminan hasta los días más oscuros,
lo más bello y puro que Dios puso en mi camino.
Prometo estar siempre a su lado,
cuidarlos,
darles hasta lo que no tengo,
porque su felicidad es mi felicidad.
Y cuando crezcan, cuando el tiempo pase y la vida los lleve por distintos caminos, quiero que siempre recuerden esto:
Que mi amor por ustedes es eterno,
que mi abrazo siempre estará esperando,
y que sin importar dónde estén,
siempre tendrán en mí un refugio seguro.
Porque en cada paso que den,
en cada logro que alcancen,
y en cada momento difícil,
mi amor y mi orgullo los acompañarán.
Ustedes son luz,
son amor,
son parte de mi alma.
Siempre que necesiten una mano,
una palabra de aliento
o un refugio para descansar,
aquí estaré,
con los brazos abiertos,
como desde el primer día.
Los amo infinitamente.
Con amor y gratitud