Entre lazos y letras

A mí parte escritora y lectora

Desde que tengo memoria, siempre me gustó escribir y leer.

Recuerdo perfectamente cómo comencé en el mundo de la lectura. Fue con un libro que, hasta el día de hoy, guardo con todo mi amor: Los chicos también se enamoran. Ese libro llegó a mí cuando empezaba la secundaria, un regalo de mi maestra integradora. Desde ese momento, no paré de leer. Me sumergí en mundos que no eran el mío, conocí personajes que sentí como amigos y viví historias que dejaron huella en mi corazón. Leer no es solo un pasatiempo, es una parte de mí, una forma de sentir, de aprender y de viajar sin moverme del lugar. Hasta el día de hoy, me emociono cuando alguien me regala un libro o cuando conozco a mis autoras favoritas, porque pocas cosas me hacen tan feliz como descubrir nuevas historias que lleguen a lo más profundo de mi ser. A la Agus lectora, le deseo lo mejor del mundo y que nunca deje de leer.

Puedo decir que mi primer acercamiento a la escritura fue cuando tenía 8 años, escribiendo cartas de amor en secreto. Había sentido un flechazo por uno de mis compañeros de primaria y, en secreto, me dedicaba a escribirle miles de cartas, que siempre guardé conmigo… hasta que, con el paso del tiempo, las perdí. Sin saberlo, ese fue mi primer encuentro con la escritura.

Pero cuando realmente decidí que la escritura era mi vida entera fue en 2016. Todo comenzó cuando, con tan solo 13 años, decidí que quería crear mis propias historias, enamorar a las personas con mis escritos. Y aunque en ese momento no lo hacía tan bien, me emocionaba el simple hecho de que algunas personas disfrutaran lo que escribía. Desde ese momento, mi gran sueño ha sido convertirme en una escritora reconocida, que la gente me conozca por mis historias, que mis libros estén publicados en papel y que, cada año, me convoquen a firmar ejemplares.

Porque este es mi gran sueño: ser escritora. Que la gente se emocione con mis palabras, que pierda la noción del tiempo mientras me lee, que se quede hasta altas horas de la noche devorando mis historias, con el corazón acelerado por saber qué pasará después. Que me escriban emocionados, pidiéndome más. Que mis libros los acompañen en días felices y en días tristes, que se conviertan en refugios, en hogares, en recuerdos imborrables.

Esta es la vida que quiero y la que deseo.
Que este sueño nunca se apague.

Esta carta es para la Agus de 8 años, la que empezó escribiendo cartas de amor en secreto y que, a sus casi 22, está escribiendo un libro de cartas dedicado a todas las personas que ama. Pero también es para la Agus lectora, la que descubrió en las páginas de un libro su primer hogar, la que viajó sin moverse, la que sintió que un personaje podía ser su mejor amigo. Es para la niña que se enamoró de las historias antes de escribir las suyas propias.

Por eso, nunca dejes de soñar. Cumple todos tus sueños.

Con amor y gratitud,



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En el texto hay: familia, cartas amor

Editado: 12.04.2025

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