El mes siguiente fue una mezcla perfecta de calma, paz... y guerra de cosquillas.
Las clases volvieron, pero Reik se negó rotundamente a regresar al colegio. Según él, no estaba listo para lidiar con los chismes de adolescentes ni para seguir chocando gente con su silla de ruedas "por accidente".
Su papá aceptó que estudiara desde casa. Yo le llevaba los apuntes y él veía las clases online.
—Solo necesito entender mi nuevo cuerpo —me dijo un día, con ese tono que no admitía discusión—. Escucharlo. No quiero lastimar a nadie.
Lo entendí.
Esto era nuevo para él... y también para mí.
Mientras yo sufría en clases, él se quedaba en casa con su cómplice: Fifi, que, por alguna razón, lo amaba casi tanto como a mí.
Todas las tardes lo acompañaba a sus terapias. Yo empujaba su silla hasta el gimnasio de rehabilitación; él decía que algún día lo iba a estrellar contra una pared por descuido, y yo respondía que claro que sí, pero por accidente... o no.
Él reía.
Yo también.
Y así funcionábamos.
Nuestra relación, ahora oficialmente oficial, estaba bajo estricta vigilancia de mi madre. Desde que le contamos, sus palabras exactas (en una cena con el papá y el hermano de Reik) fueron:
"Le pedí a Iris que me acompañe en todo este caos adolescente... y espero que, en un futuro, me acompañe en el altar."
Mi mamá casi perdió el sentido. Según ella, Reik le cae muy bien, pero no quiere verme sufrir ni peleada con los vecinos.
Y la entiendo... después de Leon, yo también dije que no quería más novios.
Y ¡pum!
Le llego con Reik.
Al menos estamos a prueba. Algo es algo.
Otra cosa: desde nuestra conversación "pequeña" (esa de dudas e inocencias), habíamos avanzado... pero solo a besos y manoseos. Nada más. Y no porque yo estuviera desesperada por pasar la barrera, nope. Solo dudas normales... sensaciones nuevas.
En eso estaba pensando cuando mi teléfono vibró.
Reik:
¿Qué hace la princesa más hermosa de este planeta?
Iris:
Amanecimos poetas hoy?
Reik:
Solo un tonto completamente enamorado.
Iris:
Su princesa está en la hora de recreo comiendo una manzana.
Reik:
¿Solo eso?
Iris:
Y un jugo que sabe más a cartón que a manzana.
Reik:
Creo que te guardaré algo.
Iris:
¿Algo como...?
Reik:
Tendrás que averiguarlo.
Iris:
Cruel.
Reik:
Te amo.
Iris:
Te amo.
—Hola.
La voz me sacó de mi burbuja.
Leon.
Lo tenía frente a mí, justo en la mesa del recreo.
—Podemos conversar un momento —dijo él, serio, tenso.
—No creo que sea buena idea, Leon. Tú...
—Lo sé.
Se sentó frente a mí. Intentó tomar mi mano, pero la retiré de inmediato.
—Quiero disculparme.
—¿Por llegar borracho a mi casa o por casi golpearme? —respondí sin filtros.
Suspiró. Se pasó las manos por el rostro.
—Yo solo estaba celoso. Furioso. Dolido. Tú me engañaste, Iris. Eras mi novia y saliste con él. Me mentiste en la cara. Lastimaste mi confianza. Yo... yo te quería mucho... te quiero. Y lo que hiciste fue romperme el corazón, tu me acabaste lastimando horrible...
Sus palabras me golpearon. Más de lo que quería admitir.
—Perdóname —susurré. Era lo único que me salía.
—¿Por qué exactamente? —alzó la mirada.
Yo respiré hondo.
—Leon... yo no quise lastimarte. En verdad. Siempre me gustaste, desde que llegué a esta escuela. Cuando te vi por primera vez... no sé, quedé como fan tuya. Suspira por aquí, suspira por allá. Pero cuando Reik apareció... todo fue diferente.
Me vi mirando a un chico distinto. A alguien que no buscaba destacar... que solo era él. Y me enamoré sin querer.
Y de verdad traté de alejarlo. Cuando salí contigo lo intenté, te juro que sí. Me alejé de él, busqué miles de maneras... pero todo me llevaba otra vez a Reik.
Y esa salida... yo...
Él se levantó.
—Creo que escuché suficiente.
—Leon, yo solo—
—¿Estás saliendo con él? —preguntó, su voz más fría.
—¿Cómo?
—¿Tienen una relación? ¿Tú y él?
—Sí —admití bajito.
Vi algo en sus ojos. Una ira pequeña, contenida, peligrosa.
—Tan rápido.
—Leon, tú y yo terminamos hace semanas.
—¿Eres su NOVIA? —gritó de golpe.
—No tienes que gritarme —dije, sintiéndome pequeña—. Y sí... soy su novia.
Él apretó los dientes.
Se volteó.
Y se fue.
En ese mismo segundo, el timbre del recreo sonó.
#3296 en Otros
#790 en Humor
#7162 en Novela romántica
humor, amistad amor ilusion tristeza dolor, humor aventura secretos y traciones
Editado: 05.12.2025