(Esta historia esta inspirada y adaptada, en la película "Tenemos que hablar de Kevin", hablando un tanto desde la posición de la persona que padece o pasa por un trastorno o alguna condición mental no favorable y buscar apoyarlos siendo empáticos.)
-Sueña... sueña... para poder vivir...
Nos mudamos, ahora iré a una nueva escuela. Mi sueño siempre a sido jugar fútbol y ganarme el premio por el mejor desempeño, formare parte del equipo aquí en la preparatoria.
Día de entrenamiento, salimos a correr para calentar y luego jugar un poco. Frente a la cancha del otro lado de la malla, se encontraba parado junto a un arco y flechas un chico delgado, con la piel blanca, el cabello negro algo largo y desarrollado. Tenía la mirada fija en su objetivo, estaba tan concentrado, se veía muy bien.
-Ni lo sueñes Lia, él... olvídalo mejor sigamos entrenando...
Que podía tener de malo, siempre he sido muy optimista, sueño tan alto que mi vida a estado llena de esfuerzos, sacrificios y sobre todo felicidad.
No me iba a quedar de brazos cruzados, quería saber más sobre él y estaba a mi alcance sin sacrificar tanto. El cielo es una maravilla, cuando fui a clases me lo encontré en el laboratorio de química, y seremos compañeros. Era hábil, pero me encontraba pensando más en él que prestando atención a la clase, al término lo alcance para hablarle.
-Oye, soy nueva aquí y no soy buena con química, vi que eres bueno ¿Podrías ayudarme?...
-Losiento, búscate a otro...
Eso no me iba a detener. -Te llamas Kevin, ¿Verdad?... vamos a química juntos.
-Por favor te pido que respetes mi espacio.
Al día siguiente lo volví a topar y continué insistiendo. -No sabía que en la escuela hubiera un club de tiro con arco, eres muy bueno...
-Agotaste mi paciencia, que es lo que quieres...
-Solo quiero ser tu amiga.
-Yo no tengo amigos.
-No puedes decir eso, los amigos son muy buenos para la vida...
-No los necesito...
-No puedes estar solo toda la vida, ya acéptalo necesitarás a alguien en algún momento...
Me dejó hablando sola pero lo seguí, el entrar en el pasillo chicos del equipo de americano comenzaron a molestarlo.
-¡Ey! Tu sanguijuela con arco... quitate de mi camino.
-¡Comprate tu propio pasillo y tu propia escuela, si te alcanza!- Salí en defensa de él.
-¡Intento de Robin Houdt, ahora mandas a una chica a defenderte!
-¡Me fastidian los tipos como tú, desaparece de nuestra vista de una vez por todas!...
Volví a saltar ante aquel chico grandulon, voltie y Kevin ya no estaba, los chicos se fueron y a mi no me quedo de otra que irme, pero a la salida él me detuvo.
-¡Por que lo hiciste! No van a dejar de molestarme nunca...
-Entomces solo no tienes que apartarte de mi...
-No lo entiendes, no te necesito...
-¡Pues yo voy a estar pegada a ti así no te guste!
A partir de ese momento prácticamente acosaba a Kevin. No lo conocía del todo, pero tenía la sensación de que necesitaba a alguien, que no se encontraba bien, en sus profundos ojos negros se podía ver tanto odio, rencentimiento y tan poco interés por vivir. Para él resulte una pesadilla imborrable, pero pasado un tiempo se acostumbró y se soltó un poco conmigo.
-Si quiera dime tu nombre, para seguir pensando en detenerte...
-Lia.
-No te rendiste...
-Rendirme, no está en mi vocabulario...
-Que persistente...
La mañana del jueves Kevin llegó muy temprano y se fue directo al campo a tirar, lo vi y me acerqué. -¿Kevin que sucede...? Estaba tirando sin control, con mucha desesperación y rabia. Luego de que se terminaran las flechas lanzo el arco y todo el equipo que tenía. -¡Tranquilo!... tranquilo aquí estoy...- Me acerqué y con lágrimas en los ojos dio media vuelta y dejo caer la cabeza sobre mi hombro, se aferró a mi cintura y rompió en llanto. -¿Vas a contarme que pasó?...
-Olvidalo...
-Estabas muy mal para que me digas que no paso nada...
-Exacto, no paso nada...
No pude sacarle ni una sola palabra, entramos a la escuela y nos topamos con Henry, quien siempre molestaba a mi amigo.
-¡¿La niñita lloró...¡?- Dijo en tono burlón, acompañado de una gran carcajada.
Kevin reaccionó de forma violenta y se lanzó al chico, estampando lo sobre la pared, si no lo detengo no se que hubiera pasado. -¡Kevin! Tranquilo... ¡Para! ¡Detente! ¡Sueltalo ya!...