"El Cazador y la Princesa"
"¿Como puedo ponerlo en palabras? Cuando es casi demasiado para mi alma solitaria..."
Monterrisen, conocido como el Reino más poderoso y adinerado de la región, gobernado por su rey justo y noble, sus hijas, la mejor portada Elizabeth y su amada y un tanto rebelde Yolet. Buscaban vivir en paz, aliarse con el reino cercano, emparentado al comprometer a sus hijos en matrimonio. Pero no a todos les gusta esa paz.
Un grupo de rebeldes y ladrones raptaron a una de las hijas del rey con la intención de obtener dinero, pero al iniciar la persecución se fueron alejando más y más del reino, temiendo por sus vidas.
La tarde había caído, yo solo quería un poco de vino. Un grupo de extraños entraron a la taberna, ruidosos llegaron pidiendo les atendieran. Lo último que quería era problemas, salí para ir a casa, cuando los gritos de una mujer me desconcertaron. La joven con el rostro cubierto gritaba, atada de manos en un árbol junto a los caballos de los extraños, no lo pude evitar y me acerqué, ella al instante dijo que era princesa y que la ayudara. No le creí y me destinaba a marcharme, cuando un par de sujetos se asomaban, enfurecidos se dirigían a la joven que con tirones y gritos comenzaron a mover a rastras.
No podía permitir eso, y entre en acción, con mi acha golpee a los hombres y eche a la mujer a mi hombro para correr y alejarnos de ellos. Al sentir estar seguros la baje, desate sus manos y quite la capucha de su cabeza, me encontré con un par de ojos verdes y unas rosadas mejillas por el frío. Era joven con la piel de porcelana y muy hermosa.
-Soy la princesa Yolet de Monterrisen, por favor ayúdeme a llegar al palacio, el rey se lo recompensará con lo que usted quiera, me han secuestrado...
-¿Esos tipos?
-Si, es un grupo grande...
Eran los forasteros ruidosos de la taberna. No quería más problemas, volví a ver a la chica y comencé a caminar. Ella seguía hablando y suplicando, al ver que no había respuesta corrió para alcanzarme y se aferro a mi brazo.
-¡Si usted no me ayuda, lo seguiré a donde quiera que vaya!
-¿Segura? Tengo que ir al baño
-No lo soltare...
Comencé a aflojarme los pantalones y fue justo ahí donde giro repentinamente y cubrió sus ojos con sus manos. Cuando volví la joven seguía ahí, quisas era cierto, o no lo sabía, pero esos tipos podían hacerle daño. -Como sabes que yo no soy una persona mala, igual que ellos...
-Por que regreso a ayudarme...- Llevo las manos hasta la cabeza y se quito el prendedor. -Te ofrezco esto como garantía de que el rey te pagará lo que sea, si me ayudas a volver.
Aun con poca luz, el prendedor era muy fino, con piedras realmente hermosas. Los tipos de seguro nos buscarían, si era cierto, teníamos que continuar, mi cabaña estaba en la otra dirección así que no tenía caso ir. Y fue así como comenzó nuestro viaje. Caminamos por el bosque para que no fuera fácil vernos, la noche cayó y la chica estaba muy cansada.
-Nos detendremos aquí, para descansar, mañana continuaremos con el viaje.- El invierno estaba cerca, hasi que le ofreci mi capa para que pasara la noche.
Hicimos una fogata, sus manos como de porcelana terminaron rojas y un tanto lastimadas luego de ayudarme a conseguir leña.
-¿Cual es tu nombre?...- Pregunto la joven ya sentados disfrutando del calor del fuego.
-Jack. ¿Porque?... quieres regresar...
-Pronto voy a comprometerme con el príncipe del reino vecino, además mi padre de seguro me esta buscando, pero no puedo quedarme a esperar...
-Jee... serás una buena reina...- La chica era valiente y decidida, hasta parecía que no era un princesa como decía ser, pero su piel blanca y su brillante cabellera castaña me decía que alguien de mi clase no era.
-¿Y tu... estas casado? Te he pedido ayuda sin considerar a tu familia.
No soportaba hablar del tema, así que ignore la pregunta y me prepare para dormir. -Es hora de dormir, descansa...
-Lo siento... tratare de hacer menos preguntas.
Su bondad me hacia sentirme mal al no responder. -Mi esposa fue atacada por lobos cuando salí a cazar...
-Disculpa, no tenias que contestar si era si de doloroso para ti...
Pero como decirle que no a su dulce voz. El Calor de la fogata no era suficiente y cada vez hacia más frío. Entre dormido y despierto sentí como Yolet se acercó a mi espalda y yo acorte la poca distancia que quedaba para poder tener más calor. Al día siguiente a muy temprana hora continuamos con el viaje. Estábamos próximos a un poblado, desde la comida de ayer no había probado vocado y de seguro Yolet igual. Con cautela entramos al lugar en busca de comida.
-Se que no es el banquete que acostumbras comer, pero es lo que pude conseguir...- Ofreciéndole pan y un par de frutas.
-Este será el mejor banquete que comere, te lo puedo asegurar, gracias...
Su gentileza calentaba cada vez más mi corazón. Luego de conseguir algunas cosas para continuar el viaje nos percatamos que la salida estaba resguardada por el grupo de ladrones, así que no podíamos dejar que nos vieran. Un hombre pasaba con una carreta llena de paja y le pedimos nos dejara escondernos para salir, el accedió, así que dentro de aquel pasto seco nos encontrábamos los dos. Le dije a Yolet cerrará los ojos para evitar que la basura le dañara la visión, con mi brazo izquierdo trate de cubrir su rostro y con el derecho protegi su cabeza.