Capítulo 23: El Regreso de las Sombras

Las primeras horas del día pasaron lentamente, casi como si el tiempo se hubiera detenido para Camila. La escuela, que antes era un lugar de refugio y nuevas experiencias, ahora le parecía ajena. El pasillo lleno de estudiantes y risas la rodeaba, pero ella no podía dejar de sentirse sola. Su corazón, aunque aún dolorido por la separación con Jackson, comenzaba a entender que esta era su oportunidad para reinventarse. Sin embargo, las sombras del pasado seguían acechando, y el regreso de esas viejas emociones hacía que cada paso fuera más pesado que el anterior.

Al entrar a su primera aula, notó a Abril de inmediato. La chica popular, siempre con una sonrisa falsa y la mirada afilada, estaba sentada en su habitual lugar, rodeada de sus amigas. Camila intentó ignorarla, pero las palabras de la otra chica de la noche anterior seguían retumbando en su cabeza. Abril, siempre afilada con sus comentarios, había hecho todo lo posible para destruir la relación de Camila con Jackson, y ahora, al parecer, quería más.

—Mira quién se aparece —dijo Abril en voz alta, sin perder la oportunidad de llamar la atención de todos los presentes.

Camila no la miró, concentrándose en preparar sus cosas para la clase. Pero Abril no se quedó tranquila.

—No te hagas la dura, Camila. Todos sabemos lo que realmente pasó. Qué triste que, después de todo, no hayas sido capaz de mantenerlo. —Abril soltó una risita de superioridad, sus ojos brillando con una malicia que no podía ocultar.

Camila respiró hondo, sin ceder a la provocación. No quería más confrontaciones. No quería que Abril fuera el centro de su mundo. Pero algo en su interior sabía que esa chica no iba a dejarla en paz tan fácilmente.

A lo largo de la clase, las palabras de Abril seguían rondando su mente. No podía evitar preguntarse si lo que decía tenía algo de cierto. ¿Era cierto que no era suficiente para Jackson? ¿O simplemente se había quedado atrapada en las expectativas de alguien que nunca la valoró por lo que era?

Justo cuando sus pensamientos amenazaban con consumirla, la puerta del aula se abrió, y la figura de Jackson apareció en el umbral. Su presencia instantáneamente desvió la atención de todos en la habitación, pero Camila, al verlo, sintió una mezcla de emociones. Estaba feliz de verlo, pero también dolorida por lo que había sucedido entre ellos.

Él la miró, y por un momento, sus ojos se encontraron. Algo en su mirada dijo mucho más que las palabras que nunca pronunció. Pero no dijo nada. Solo entró, se dirigió a su asiento y comenzó a sacar sus libros.

Camila intentó concentrarse en la clase, pero el simple hecho de tenerlo cerca la descolocaba. Su corazón latía con más fuerza, y las imágenes de ellos juntos comenzaban a invadir su mente: las risas, las caricias, las promesas no dichas. Pero sabía que esas cosas ya no estaban. Jackson había tomado una decisión. Y ahora, debía aprender a vivir con eso.

Después de la clase, cuando todos comenzaron a salir, Camila se encontró de nuevo con Jackson en el pasillo. Él la miró, pero esta vez, parecía haber algo en sus ojos que ella no alcanzaba a comprender.

—Camila... —Jackson comenzó, su voz suave, pero con una firmeza que le causó un nudo en el estómago—. Quiero hablar contigo.

Ella dudó un momento, pero luego asintió. No sabía si estaba lista para más palabras que pudieran romperla aún más, pero, de alguna forma, sentía que debía escucharlo. Ambos caminaron hacia un rincón apartado del pasillo, donde las voces y risas de los demás estudiantes se desvanecieron.

—No quiero que creas que todo lo que vivimos fue en vano, Camila —dijo Jackson, mirando al suelo antes de elevar la vista hacia ella—. Yo también he estado pensando mucho, y sé que tomé una decisión que te lastimó. Pero no sé si era la correcta.

Camila lo observó, su corazón latiendo con fuerza. Aunque no quería admitirlo, seguía queriéndolo. Seguía sintiendo una conexión profunda con él, pero también sabía que las palabras vacías ya no serían suficientes. Jackson debía demostrarle que sus acciones coincidían con sus palabras.

— ¿Por qué ahora? —preguntó ella, su voz temblorosa—. ¿Por qué decirme esto ahora, después de todo lo que ha pasado?

Jackson dio un paso hacia ella, su rostro serio.

—Porque no quiero perder lo que tenemos. Y lo que tuvimos. No sé si te he perdido para siempre, pero quiero luchar por nosotros, por lo que aún podemos ser.

Camila sintió que el mundo se detenía. Esa era la oportunidad que había estado esperando, pero algo dentro de ella le decía que debía tomar las cosas con calma. Ya no quería ser la chica que se aferraba a una relación por miedo a quedarse sola. Quería ser fuerte. Quería ser dueña de su propio destino.

—No sé si puedo confiar en ti otra vez, Jackson —dijo finalmente, aunque su voz se quebró al decirlo—. El amor no puede basarse solo en palabras. Necesito ver acciones. Y no sé si lo que tuvimos... realmente es lo que quiero ahora.

Jackson la miró con una tristeza profunda, como si esas palabras le atravesaran el corazón. Pero no se dio por vencido. Se acercó más a ella, tomándola por los hombros con delicadeza.

—Entonces déjame demostrarte. Te lo debo. Me lo debo a mí mismo, Camila. Porque sin ti, me siento vacío.

Las palabras de Jackson la hicieron dudar, pero la expresión en su rostro era sincera. Camila quería creerle, pero también sabía que no podía entregarse completamente sin saber si sus sentimientos eran verdaderos. ¿Era el momento adecuado para arriesgarse de nuevo?

Esa tarde, Camila se refugió en su habitación, buscando consuelo en su mundo privado: los libros, los kdramas y su diario. Tenía tanto en su mente, tantos sentimientos y dudas, que escribir parecía la única forma de ordenar sus pensamientos. Tomó la pluma y comenzó a escribir, volcando su corazón en las páginas blancas.

"El amor nunca es fácil. Y el amor propio, aún menos. A veces te pierdes en las expectativas de los demás, y olvidas lo que realmente necesitas. Pero hoy, por primera vez en mucho tiempo, me siento fuerte. No sé qué va a pasar con Jackson, pero sé que tengo que estar bien conmigo misma primero. Y eso es lo más importante."