Entre libros y susurros

Un refugio musical

Capítulo 15

El día estuvo llevo de risas y emoción, ya que las chicas no paraban de interrogar a Clara. Ella querían saber todo con detalles y cada que podían la llevaban de preguntas.

Después de la conversación con su madre, ella se sentía más decidida que nunca a explorar su relación con Kevin, aunque como le había dicho su madre, su padre no podía saber. Él era un hombre chapado a la antigua, con una mentalidad demasiado cerrada.

Durante el recreo, mientras sus compañeros se dispersaban por el patio para tomar su rato libre, Clara decidió que era el momento perfecto para encontrarse con Kevin. Nadie estaría pendiente a ella debido a que todos estaban en lo suyo, así que sin más se despidió de las chicas.

Con el corazón latiendo con fuerza se dirigió al salón de música, un lugar que siempre había considerado mágico. Ella con cuidado al final de su clase le había pasado una nota, en donde le pedía que se vieran en ese lugar. Sabía que a esa hora nadie visitaba el salón y sería su lugar perfecto para verse en secreto por un rato.

Al llegar al salón Clara se asomó por la puerta y, para su alivio, lo vio allí ajustando algunas partituras. Kevin se veía extremadamente apuesto esa mañana y ella no podía creer que era su novia.

— Hola, Kevin — dijo Clara, sonriendo al entrar.

Kevin levantó la vista y sonrió al verla tan hermosa como siempre

— Hola, Clara. Te ves hermosa—dijo con un trono lleno de alegría.

—Gracias, tu también te vez espectacular y estoy aquí porque quería verte. —respondió ella, sintiendo que la emoción la invadía— ¿Podemos hablar un momento?

—Claro, que sí, ven —dijo Kevin, señalando un rincón del salón donde había un piano y algunas sillas.

Clara se acercó sintiendo que la tensión entre ellos crecía. El salón de música estaba lleno de instrumentos y partituras, y el ambiente era perfecto para una conversación íntima. Kevin se sentó en el piano y Clara se acomodó a su lado para estar más cerca de él.

— Me alegra que hayas venido, me puse nervioso al leer la nota – dijo Kevin mirándola a los ojos — He estado pensando en ti y en el sabor dulce de tus labios.

Clara sintió que su corazón se aceleraba y sus mejillas se ponían de un rojo carmesí.

— Yo también he estado pensando en nosotros y sobre todo en ese beso —dijo, sintiendo que la sinceridad la invadía — Quiero que nuestra primera cita sea especial, así que he venido a preguntarte si querías hacer algo el fin de semanam

Kevin sonrió, y Clara notó que su mirada se iluminaba. Ella había tomado la iniciativa y eso le gustaba.

—¿Tienes alguna idea de dónde te gustaría ir? —preguntó él acercándose un poco más.

Clara se sintió emocionada al pensar en las miles de posibilidades. Habían tantos lugares a donde podían ir que no se decidía por uno, pero de pronto recordó un lugar al que solía ir sola y estaba segura de que a Kevin le encantaría.

—¡Ya sé! Podríamos ir a un café que conozco y este tiene música en vivo. Me encanta la idea de disfrutar de la buena música y un ambiente acogedor, estaría perfecto — sugirió sintiendo que la idea cobraba vida en su mente.

— Eso suena genial — dijo Kevin, su voz llena de entusiasmo — Me encantaría llevarte allí.

Mientras hablaban de su salida la tensión entre ellos se volvió palpable. Clara sintió que la atracción que había crecido entre ellos se intensificaba, y antes de que pudiera pensarlo, Kevin se inclinó hacia ella. Sus labios se encontraron en un beso suave, pero pronto se volvió más apasionado.

Clara sintió que el mundo a su alrededor desaparecía una vez más, y todo lo que importaba era ese momento compartido con su amado.

Kevin la tomó de la cintura, acercándola más a él mientras sus labios se movían en perfecta sincronía y ella se perdió en la calidez de su abrazo. Sintiendo que cada beso le consumía el alma, peor ahora un fuego intenso la hizo despertar. Deseaba que las manos de Kevin fueran más haya de su cintura, pero este se detuvo antes de perder el control por completo.

—Esto es increíble. —dijo Clara, separándose por un momento para poder mirarlo a los ojos, sintiendo que la conexión entre ellos se profundizaba.

—Sí, lo es — respondió Kevin, sonriendo — No puedo esperar para que llegue nuestra cita. Se que te verás hermosa como todos los días y seré el hombre más orgulloso al llevarte de mi mano.

Clara sintió que su corazón se llenaba de alegría. La idea de salir con Kevin, de conocer sus gustos y preferencias la emocionaba más de lo que había imaginado. Quería ser la mujer que conociera todo de él para que ninguna otra se lo pidiera quitar.

—¿Y si hacemos algo especial antes de la cita? —sugirió Clara, sintiendo que la creatividad la invadía—. Podríamos tocar algo juntos en el piano a mi se me da muy bien y podría enseñarte.

Kevin sonrió, y Clara sintió que su corazón se derretía.

— Me encantaría — dijo él levantando la tapa del piano — ¿Qué te gustaría tocar?

Clara de inmediato llevó sus dedos teclas, y juntos comenzaron a tocar una melodía suave mientras ella le explicaba. La música llenó el aire, creando un ambiente mágico a su alrededor que podría hipnotizar hasta los mismos ángeles. Así que mientras tocaban, Clara sintió que no habría poder humano que la separara de él.

Después de un rato ambos se detuvieron, riendo y disfrutando del momento qué había sido único para ellos.

—Esto ha sido perfecto. —dijo Clara, sintiendo que la felicidad la envolvía.

—Sí, lo ha sido. —respondió Kevin, mirándola a los ojos— No sabía que eras tan buena para tocar el piano, así que ahora que lo sé, tendrás que enseñarme más trucos como estos.

– Yo encantada de enseñarte siempre y cuando tú me sigas besando de esa manera tan apasionada – dijo ella mirándolo directamente a los ojos y este no pudo evitar sonreír.




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