Capítulo 18
El sábado llegó y Clara se despertó con una sonrisa radiante en su rostro. La emoción de su cita con Kevin la había mantenido despierta durante la noche, y ahora que finalmente había llegado el día, no podía esperar para verlo. Ella quería que todo saliera perfecto y se sentía nerviosa por todas las cosas que podrían llegar a suceder.
Mientras se preparaba para la cita y buscaba entre su ropa qué ponerse para verse hermosa, recordó aquel vestido rojo, Clara se sintió como una princesa en un cuento de hadas cuando se vio al espejo. Al final se puso ese vestido rojo que había comprado especialmente para la ocasión, ya que sus amigas se la habían llevado arrastras ayer en la tarde hacia el centro comercial, con la idea de comprar algo que dejar al profesor con la boca abierta.
Cuando Clara termino de peinarse el cabello lo dejo de manera suelto al natural, con unas pequeñas ondas que le daban un toque más delicado. El cual hacia que al verse al espejo le gustara su reflejo y una sonrisa hermosa se formó en sus labios; se sentía hermosa y segura de sí misma como jamás antes lo había estado. Solo esperaba causar el impacto deseado en Kevin.
A las 5:30, Clara bajó a la sala para esperar a Kevin. Su madre estaba sentada en el sofá viendo una de sus series favoritas y levantó la vista al ver a su hija acercarse a ella.
—¡Clara! ¡Estás hermosa, cariño! —exclamó su madre sorprendida por la transformación de su hija.
Clara sonrió, sintiendo que la emoción la invadía, ya que su madre admiraba su vestimenta con ojos de aprobación. Eso era muy importante para ella, ya que su madre era la mejor persona que había para decirle si de verdad se veía hermosa.
— Gracias, mamá. Me siento un poco nerviosa, pero creo que estaré bien —dijo alisando un poco la falda de su vestido.
Su madre se acercó a ella y la abrazó antes de que dijera algo más. La señora se sentía nostálgica al ver que su hija ya había crecido y ahora era toda una mujer, pero sabía que su pequeña debía encontrar su propio camino para ser feliz.
— No te preocupes, cariño. Estás lista para esto. Estoy segura que lo dejaras sin palabras —dijo sonriendo— ¿Dónde es que vas a ir con Kevin?
Clara respiro profundo antes de contestar su pregunta.
—Vamos a ir a ese café que tanto me gusta. Le dije que ponían buena música y el aceptó —dijo tratando de sonar casual.
Su madre asintió y Clara pudo ver que estaba procesando la información.
— Está bien, se cuál es, pero recuerda que debes regresar temprano. No quiero que te quedes fuera demasiado tarde y menos si apenas se están conociendo y es su primera cita — dijo su madre con una sonrisa, pero sabía que Clara era una joven muy obediente y cumpliría el pie de la letra sus indicaciones.
Clara asintió, sintiendo que la emoción la invadía. Moría de ganas por ver a Kevin y en su cabeza ya tenía una lista de preguntas que le haría para poder conocerlo mejor.
— Lo prometo, mamá, estaré aquí temprano. Gracias por entender — dijo abrazando a su madre fuertemente.
En ese momento el timbre de la puerta sonó y Clara sintió como si su corazón se hubiera detenido. Ese era Kevin, y ya había llegado para recogerla justo a la hora exacta que le había dicho.
— ¡Voy! — dijo Clara sonriendo a su madre.
Se dirigió a la puerta con el corazón a cien por segundos y al abrirla, allí estaba Kevin, sonriendo con un hermoso ramo de flores en su mano y vestido de manera elegante. Sin duda quien se había quedado sin palabras había sido ella al verlo tan apuesto.
— Hola, Clara. Estás hermosa —dijo, ofreciéndole el ramo de flores.
Clara sonrió, sintiendo que la emoción la invadía y tomo el ramo para luego darle una pequeña mirada a su madre quien veía todo con una sonrisa.
— Gracias, Kevin. Tú también estás muy guapo y estas flores están preciosas.
En un breve momento Clara le presentó a Kevin a su madre y esta lo saludo brevemente. Solo le pidió que cuidara de su hija y que la trajera temprano a casa.
Juntos se dirigieron hacia el coche de Kevin y Clara se sintió como si estuviera flotando en el aire por tanta caballerosidad de su parte. La cita había comenzado y no podía esperar para ver lo que la noche les preparaba.
Editado: 07.09.2025