Capítulo 20
Después de una noche mágica Kevin dejó a Clara en la puerta de su casa sana y salva como le había pedido su madre. Sin embargo, mientras se despedían Clara sintió que su corazón estaba lleno de felicidad y no podía dejarlo ir.
La cita había sido todo lo que había soñado y más, pero muy a su pesar no podía seguir reteniéndolo en la puerta de su casa. Así que luego de un último beso ella con una sonrisa en el rostro entró a su casa, sintiendo que flotaba en el aire como una nube de algodón.
— ¡Estoy en casa! — gritó Clara, corriendo hacia su habitación, ya que no podía contener su emoción.
Una vez dentro de su cuarto, se lanzó sobre su cama, riendo y brincando como loca sobre el colchón por tanta felicidad. La noche había sido perfecta, y no podía esperar para contarle a su madre y a sus amigas todo lo que había sucedido.
Poco después de su llegada su madre apareció en la puerta de su habitación, sonriendo al ver a Clara tan emocionada luego de su cita. Eso le había quitado un gran peso de encima, ya que al ver lo feliz que estaba su hija supuso que todavía ha salido perfecto.
—¿Cómo te fue, cariño? —preguntó cruzando los brazos y apoyándose en el marco de la puerta.
—¡Me fue increíble, mamá! ¡Increíble! —exclamó Clara, sentándose de golpe en la cama y moviendo las piernas de emoción — Kevin es una persona maravillosa. En todo momento se comporto como todo un caballero y hasta bailamos. Fue como estar en un cuento de hadas y todo el tiempo fui tratada como princesa. Es que tenías que haberlo visto, estoy feliz y totalmente enamorada.
Su madre sonrió, sintiendo la alegría de su hija como suya propia.
— Me alegra tanto escuchar eso —dijo acercándose a ella — Te ves tan feliz que no tengo corazón para expresarte lo feliz que estoy por ti.
— ¡Lo estoy! Estoy feliz y segura de que quiero seguir con esto —respondió Clara, sintiendo que la felicidad la invadía — Nunca había tenido una cita así, bueno, nunca había tenido una cita. Esto es como un sueño hecho realidad porque Kevin es todo lo que alguna vez pude haber soñado.
Mientras Clara y su madre siguieron hablando por unos segundos más, la alegría de Clara se desvaneció rápidamente cuando escuchó la puerta principal abrirse con fuerza. Su padre había regresado de su viaje y Clara sintió un nudo fuerte en el estómago. Ella no había tenido la oportunidad de contarle sobre su cita ayer en la noche y sabía que su padre podría no estar de acuerdo si supiera lo de ella con Kevin. Además, sabía que su hermano nunca abría la puerta de esa manera por muy enojado que estuviera.
La puerta de su habitación se abrió de golpe y su padre entró sin pedir permiso. Su expresión era seria y Clara sintió que su corazón se hundía en la preocupación.
— Clara ¿Qué estás haciendo así vestido? — preguntó su padre, su tono autoritario y frio la hizo sentirse pequeña — Vengo a buscar a tu madre y mira nada más con qué me encuentro ¿Acaso saliste sin mi permiso?
Clara se quedó en silencio, sintiendo que la emoción de la noche se desvanecía. No podía decirle con quién había salido, pero sabía que si no le contestaba las cosas podrían ir peor.
— Papá por favor no te enojes, solo fui a una cita — dijo tratando de mantener la calma — Estaba con un chico de mi clase y solo fuimos por un café.
Su padre frunció el ceño al escucharla y Clara pudo ver la desaprobación en su mirada. Ella le había mentido, pero su padre eso no lo había notado. A él solamente le importaba imponer su voluntad y nada más.
—No me importa quién es o que hayan hecho. No quiero que salgas con chicos sin mi permiso — dijo cruzando los brazos— Eres demasiado joven para eso y si me desobedeces sabes como te irá.
Clara sintió que la frustración la invadía, su padre no podía estar hablando en serio y su madre la miró con algo de tristeza.
—Papá, tengo casi veinte años. No soy una niña pequeña como para que me prohíbas eso —respondió sintiendo que la indignación comenzaba a surgir— Ese chico es una buena persona y me cuida.
— No quiero que te involucres con nadie —dijo su padre con tono firme — Necesitas concentrarte en tus estudios y no distraerte con cosas como estas que no te llevan a ningún lado. Así que olvídate de él o no respondo.
Clara sintió que las lágrimas comenzaban a acumularse en sus ojos. La felicidad que había sentido momentos antes se había desvanecido, y ahora solo quedaba la tristeza y la frustración.
— No es justo — dijo sintiendo que su voz temblaba — No estoy haciendo nada malo. Solo quiero ser feliz y tú te estás interponiendo en eso.
Su padre la miró con dureza y Clara sintió que la distancia entre ellos se hacía más grande que años atrás cuando ella dejó de confiar en él.
— No quiero discutir contigo —dijo él finalmente — Debes de entender que soy tu padre y tengo todo el derecho de hacer lo que se me venga en gana contigo.
Clara sintiendo que esa conversación no iba a llevar a ninguna parte dejó que su padre creyera que había ganado. Su padre salió de la habitación dejándola sola con sus pensamientos y miro a su madre con determinación.
– No voy a dejarlo, mamá. Voy a seguir con Kevin – dijo segura de sí misma.
– Lo sé mi vida – dijo antes de salir.
Clara se tumbó en la cama sintiendo que la tristeza la invadía. La noche que había comenzado tan bien y ahora se sentía con un gran peso en su corazón. Ella sabía que su padre no hablaba por hablar, pero tampoco estaba dispuesta a renunciar a su felicidad.
Mientras miraba al techo Clara se dio cuenta de que tendría que luchar por lo que quería. Sabía que su relación con Kevin era especial y no estaba dispuesta a dejar que el miedo o la desaprobación de su padre la detuvieran. Ella lo amaba y por amor se hacen las más grandes locuras y los más grandes sacrificios.
Editado: 07.09.2025