Entre libros y susurros

Conversación de Corazón a Corazón

Capítulo 32

Clara estaba sentada en su escritorio, concentrada en los últimos detalles de su trabajo de literatura. Había estado trabajando en él durante semanas, y quería que fuera perfecto tal cual se había prometido a sí misma. Las palabras fluían de su pluma mientras organizaba sus ideas, pero su mente también estaba ocupada con pensamientos sobre Kevin y la reciente discusión que había tenido con su padre. Ella mejor que nadie comprendía a su amado, ya que su padre tampoco era una persona muy fácil de manejar. Su crianza chapada a la antigua lo hacía de vez en cuando tener pensamientos machistas y solo su hermano se salvaba por ser hombre.

De repente, la puerta de su habitación se abrió sacándola de sus pensamientos y su querida madre entró con una bandeja llena de galletas, pero la expresión de preocupación en el rostro se notaba a kilómetros. Clara levantó la vista sintiendo que la atmósfera se tornaba un poco tensa y se preguntaba qué había sucedido ahora.

—Hola, mamá. —dijo Clara, sonriendo a pesar de la inquietud que sentía— ¿Qué pasa? ¿Por qué tienes esa cara?

Su madre se acercó a su escritorio para dejar la bandeja que le había traído y después se sentó en el borde de la cama, mirando a Clara con atención.

—Quería hablar contigo desde hace unos días —dijo su madre con su tono de voz suave — He estado muy preocupada por ti desde la discusión que tuviste con tu padre el día que este volvió de viaje. Quiero saber cómo te sientes al respecto y también quiero pedirte disculpas por no ver intervenido esa vez. Sabes como suele ser tu padre en ocasiones y no quería causar más problemas.

Clara sintió que un nudo se formaba en su estómago. La discusión con su padre había sido difícil y aunque había tratado de no pensar en ello, la preocupación de su madre la hizo reflexionar. Está conversación era como si el mismísimo cielo la hubiese puesto en su camino, debido a que hasta hace unos segundos estaba pensando en todo lo que había sucedido esa noche.

— No ha sido fácil mamá, pero sabes la decisión que tomé aún con todo y lo que dijo mi padre esa noche — admitió Clara, sintiendo que la tristeza la invadía — Siento que no me entiende y debería dejar de tener esa mentalidad tan cerrada. Nada me haría más feliz que compartir con él lo que estoy experimentando, ya que solo quiero ser feliz y estar con Kevin. Sin embargo, a mi padre no parece importarle mi felicidad y de ser así tendré que ocultarle mi romance por mucho tiempo.

Su madre asintió, comprendiendo la frustración de su hija y mejor que nadie sabía que eso era lo mejor por el momento.

—A veces, los padres tienen dificultades para ver las cosas desde la perspectiva de sus hijos. Tus abuelos le llenaron la cabeza de ideas erróneas a tu padre y por eso él es como es —dijo su madre con su voz llena de empatía— Ellos a veces quieren protegernos, pero en ocasiones solamente buscan que se cumpla su voluntad y nada más.

Clara suspiró, sintiendo que la tristeza se mezclaba con la frustración.

—Lo sé, lo lo tengo claro, pero no quiero que mi felicidad dependa de lo que él piensa —dijo Clara, sintiendo que la determinación la invadía— Kevin es importante para mí, y no quiero que nada se interponga entre nosotros. Ni siquiera papá o el mundo entero van a poder detener esto.

Su madre la miró con ternura y Clara pudo ver que su preocupación era genuina.

— Es natural que quieras luchar por lo que sientes — dijo su madre— Sin embargo, también es importante que encuentres una manera de comunicarte con tu padre. Tal vez él solo necesita tiempo para entender que ya no eres una niña pequeña a la que puede manejar a su antojo.

Clara asintió, sintiendo que las palabras de su madre resonaban en su corazón. Sabía que debía hablar con su padre en algún momento, pero la idea de hacerlo la llenaba de ansiedad. No quería desatar una guerra en la que Kevin y su relación salieran perjudicadas.

— No sé cómo hacerlo, pero te prometo que buscaré la manera —admitió Clara — Me da miedo que no me escuche y que en vez de ayudar solo lo quiera destruir.

— A veces, la honestidad es la mejor manera de acercarse a las personas, pero tómate tu tía — dijo su madre, sonriendo — Si le hablas desde el corazón puede ser posible que él comprenda mejor tus sentimientos y te deje ser feliz con la persona que escogiste para compartir tu vida.

Clara sintió que la esperanza comenzaba a florecer en su interior. Tal vez, si se sentaba a hablar con su padre y le explicaba cómo se sentía, podría abrir un camino hacia la comprensión.

— Gracias, mamá. —dijo Clara, sintiendo que la gratitud la invadía— Aprecio que te preocupes por mí y yo no tengo que perdonarte nada.

— Yo siempre estaré aquí para ti y desde ahora no dejaré que tu padre te vuelve a hablar de aquella manera —respondió su madre levantándose y dándole un abrazo — Recuerda que tu felicidad es lo más importante y si tú eres feliz, yo soy feliz.

Clara sonrió, sintiendo que el apoyo de su madre la fortalecía. Sabía que debía enfrentar la situación con su padre, pero también se sentía más segura al saber que tenía a su madre a su lado.

Cuando su madre salió de la habitación Clara volvió a su trabajo de literatura, pero esta vez con una nueva determinación. Sabía que debía de encontrar el momento adecuado para hablar con su padre y expresar lo que realmente sentía. Únicamente esperaby que las cosas salieran bien, pero no era que iba a hacerlo ya corriendo, mañana mismo. Esa decisión era algo que debía de pensar con calma y cabeza fría, por lo que se iba a tomar todo el tiempo del mundo para hacerlo.




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