Entre libros y susurros

La Amenaza de Alejandra

Capítulo 44

Clara salió de la escuela con sus amigas, sintiéndose llena de energía y emoción por lo que había sucedido con Kevin en el vestíbulo. Esos besos y esas caricias eran el símbolo de sus deseos más ocultos. Ella no podía esperar para contarles a Valeria, Ana y Sofía sobre sus besos y la conexión tan íntima que habían compartido al acariciarse de aquella manera

Mientras caminaban una calle de distancia lejos de la escuela, Clara sonreía lista para compartir su felicidad. Ahora que estaba lejos nadie más podría escucharla, ya que siempre se decía que las paredes tenían oídos. Sin embargo, justo cuando estaban a punto de cruzar la calle una mujer desconocida se acercó a ellas. Era una mujer que jamás antes habían visto, pero su rostro tenía un expresión extraña. Clara sintió un escalofrío recorrió su espalda al ver la expresión seria en el rostro de la mujer y algo dentro de ella le decía que habrían problemas.

– ¿Perdón, pero quién eres? Estás obstruyendo nuestro camino – dijo Valeria mirando a la tipa con el seño fruncido.

—Hola, me presento soy Alejandra Marín —dijo la mujer con un tono frío que no dejaba lugar a dudas de que en verdad habrían problemas.

De inmediato Clara se quedó paralizada al escuchar ese nombre salir de su boca. Reconocía ese nombre sin que la mujer tuviera que hacer alguna otra presentación, ya que Alejandra era nada más y nada menos que la exnovia de Kevin. Tal vez era cierto que existía muchas Alejandras en todo el mundo, pero dudaba ciertamente que esta no fuera la misma persona de la que ella estaba hablando. Así que de inmediato todos sus sentidos se pusieron en alerta al darse cuenta de que la situación podría volverse más complicada de lo que pensó.

—Se quién eres ¿Qué eso lo quieres? —preguntó Clara, tratando de mantener la calma mientras sus amigas la miraban con preocupación.

Alejandra se acercó un poco más a ella y su mirada fija en Clara parecía la de una loca acababa de salir del manicomio. Esa mujer sí que daba miedo, pero ella no iba a retroceder ni un solo centímetro. Ahora ella era la que estaba con Kevin y se decía a sí misma todos los días que nada ni nadie los separaría.

— Quiero que sepas que no tienes nada que hacer estando con Kevin, ya que como sabes quién soy, imagino que debe saber lo que fui en su vida —dijo Alejandra con su voz llena de desafío – Si te atreves a acercarte a él una vez más, te juro por mi vida que lo lamentarás.

Clara sintió que la ira y la confusión se mezclaban en su interior. No podía creer que Alejandra se presentara de esa manera y la amenazara. Ella había dejado a Kevin por otra persona, solo porque él no podía darle una vida de lujos. Es por eso que no sabía con que valor esta mujer se había presentado ante ella, pero se creía que iba a asustarla estaba muy equivocada.

—No tienes derecho a decirme eso y se perfectamente lo que significas para Kevin —respondió Clara, sintiendo que la determinación la invadía—. Kevin puede decidir con quién quiere estar y tú solo eres parte de su pasado. Eres la tonta que lo dejó solo por irse con otro tipo y ahora soy yo la que reina en su corazón. Si estuvieras tan segura de tenerlo ni siquiera estuvieras aquí amenazándome, ya que una mujer segura de sí misma no recorre a algo tan bajo.

Alejandra sonrió con desdén, como si no le importara lo que Clara dijera. De lejos se veía que ella era una mujer carente de cerebro y solo se preocupa por sus propios intereses.

— Kevin y yo tenemos una historia niñita — dijo Alejandra, cruzando los brazos— No te equivoques, el hecho de que me haya ido no significa nada porque ahora estoy aquí para recuperarlo así que no me iré tan fácilmente. Si realmente te importa deberías alejarte de él porque yo no soy de las que pierde y soy capaz de hacer cualquier cosa con tal de ganar.

Las amigas de Clara se acercaron a ella, sintiendo que la tensión aumentaba y debían proteger a su amiga.

—¿Quién te crees que eres para amenazarla? —intervino Valeria con una mirada desafiante — Clara tiene derecho a estar con quien quiera y si Kevin la escogió es porque tú sobras en esta historia.

Alejandra se giró rápidamente hacia Valeria, pero Clara sintió que la situación se estaba volviendo más tensa de lo que había imaginado. Sus amigas estaban a la defensiva ante cualquier movimiento y si esta tipa nada más intentaba hacer algo, en menos de lo que pensaba las tendría a todas encima.

— No estoy aquí para discutir con niñas bobas como ustedes — dijo Alejandra con un tono más frío — Solo quiero que entiendas que no será fácil para ti y solo te estoy advirtiendo antes de que la bomba explote.

Clara sintió que la frustración la invadía, pero también sabía que no podía dejar que Alejandra la intimidara.

—No me asustas, Alejandra —dijo Clara manteniendo la mirada firme — Kevin y yo estamos juntos y no voy a dejar que te interpongas.

Alejandra la miró con desdén, pero Clara pudo ver que había algo más en su mirada. Era una mezcla de inseguridad y rabia, algo de lo que ella no carecía y se sentía orgullosa de eso.

—Solo ten cuidado niñita, Kevin solo te quiere para pasar el rato porque está dolido conmigo ¿Qué vas a hacer cuando él extrañe a una verdadera mujer en su cama? Nadie lo sabe enloquecer como yo y de eso te darás cuenta muy pronto si no es que ya lo has vivido —dijo Alejandra antes de dar media vuelta y alejarse, pero las palabras de Clara detuvieron sus pasos.

– ¿Sabes algo? Tus palabras no me afectan ni me hacen sentir menos. Hoy pude comprobar por mí misma lo que provocó en Kevin y dudo mucho que tú consigas lo que yo. Sin embargo, una mujer es mucho más que una simple pieza en una cama, pero que podrías opinar tú de eso. De lejos se ve que eres de las mujeres que cambia de hombre como cambia de ropa interior y yo valgo mucho más que eso.

Clara sintió que la tensión se desvanecía, la había puesto en su sitio sin rebajarse a su nivel y después la vio marcharse. No obstante, la preocupación seguía presente al pensar que tal vez ella podría delatarlos. Sus amigas se acercaron a ella preocupadas, ya que vieron claramente la inquietud marcada en sus ojos.




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