Capítulo 58
La mañana había sido productiva para Clara y su madre. Después de la revisión médica con su nueva ginecóloga Clara se sintió más segura de si misma y lista para disfrutar de su tarde de picnic.
Su madre había dejado todo preparado en la cocina para que Lucas se encargara de llevar las cosas al parque, pero en la casa Clara tenía una conversación sería con su madre para hacer algo especial con ella.
Mientras tanto, Lucas, aunque un poco nervioso se sintió emocionado por la responsabilidad que le habían dejado. Este había estado esperando este día con ansias y aunque bromeaba con su hermana sobre su relación con Kevin, en el fondo estaba feliz de que Clara tuviera a alguien que la hacía sonreír. Aún recordaba todas las intenciones que le habían dejado sus mujeres antes de irse de la casa esta mañana.
— Lucas, solo asegúrate de que no se te olvide nada — le recordó su madre antes de salir— En la nevera están las bebidas preparadas.
— Sí, sí, lo tengo todo cubierto, tranquila — respondió Lucas, tratando de sonar más seguro de lo que se sentía en ese preciso momento.
Una vez Lucas estuvo en el parque, comenzó a acomodar las mantas que le habían dado y también acomodaba toda la comida. El sol brillaba y el ambiente era perfecto para un buen picnic. Este había escogido un lugar fresco cerca del agua y un gran árbol les brindaba toda la sombra necesaria.
Mientras organizaba todo no pudo evitar sentirse un poco nervioso ante la llegada de las chicas. Sabía que Clara y sus amigas eran muy divertidas, pero también había algo en la presencia de las chicas que lo hacía sentir un poco intranquilo. Aunque más bien su nerviosismo se debía a que se moría de ganas por ver a Valeria. Esa chica con su carisma y belleza se había colado dentro de su corazón, no siquiera se había dado cuenta, pero no le molestaba en lo absoluto.
Poco después de él estar ahí las chicas comenzaron a llegar, ellas venían riendo y charlando cosas que el no podía escuchar. Lucas se sintió aliviado al verlas llegar, pero también se sintió más nervioso que al principio, especialmente cuando notó que la atención de una de ellas se centraba por completo en él.
— ¡Hola, Lucas! — saludó Valeria sonriendo — ¿Listo para ser el mejor anfitrión? Clara nos avisó que venía llegando después.
— Por supuesto que estoy listo, solo espero no arruinarlo —respondió Lucas riendo nerviosamente.
Justo en ese momento como si se hubiesen puesto todos de acuerdo Kevin apareció junto a su querido perro Max llamando a la atención de los presentes. El labrador corría feliz moviendo la cola y ladrando de emoción. Ese perro tenía mucha energía y Lucas no entendía como Kevin hacía para no cansarse tan rápido.
Las chicas al ver al hermoso perro no pudieron evitar sonreír y caer derretidas ante Max. Su pelaje dorado y gran tamaño las hizo enloquecer, haciendo que de inmediato se agacharan para acariciarlo.
— ¡Mira qué lindo es! Clara tenía razón cuando dijo que estaba divino — exclamó Ana mientras Max se acercaba a ella buscando su atención.
Kevin sonrió al ver la reacción de las chicas ante su fiel amigo, sintiéndose un poco más relajado. Sabía que Max siempre tenía ese efecto en las personas, pero pocas veces se dejaba acariciar. Aún estaba sorprendido cuando dejó a ti Clara hiciera con él mil cosas y al parecer ahora también la había gustado la vibra de sus amigas. No cabe duda que los perros son muy inteligentes y Max no era la excepción de la regla.
— ¿Dónde está Clara? —preguntó Kevin buscando a su novia de inmediato con la mirada.
– Ya debe de estar por llegar – contestó Kevin – Ella y mi madre tenían algo importante que hacer esta mañana y me han dejado a mí a cargo de prepararlo todo. Así que sentémonos y esperemos por ella.
Poco después de que todos estuviesen conversando Clara apareció junto a su madre, quien había decidido acompañarla para disfrutar de la tarde después de que su hija le insistiera más de veinte veces. Clara se veía radiante, con una sonrisa que iluminaba su rostro, pero se sentía más contenta al haber convencido a su madre de pasar un rato agradable con ellos.
— ¡Hola a todos! — saludó Clara sintiéndose emocionada de ver a sus amigas y novio — Hoy tenemos a una invitada especial. Le he pedido a mamá que nos acompañe porque no quería que se quedara sola en casa totalmente aburrida. Ella no quería venir porque decía que iba a estorbar, sin embargo, yo le aseguré que eso no era cierto.
Las chicas se miraron entre sí, sorprendidas por la palabras de la mamá de Clara, ya que ella No estorbaba para nada. Era genial tenerla con ellos y se lo dejarían saber de todas las maneras posibles.
— ¡Eso es genial! — dijo Sofía poniéndose de pie — Usted no es una molestia para nosotros al contrario, nos alegra que esté aquí así que bienvenida.
Clara sonrió al escuchar eso, sintiendo que había tomaba una buena decisión al traer a su madre. Sabía que su madre a veces se olvidaba de como disfrutar de la vida, ya que siempre estaba ocupada con las responsabilidades del hogar.
— Yo la verdad me siento feliz de que me reciban así. Yo ya no soy tan joven como ustedes y a veces siento que estoy invadiendo su espacio.
— ¡Para nada! — respondió Lucas sintiéndose feliz de tener a su madre a su lado — Con nosotros siempre eres bienvenida mamá, además, cuantos más seamos pues mucho mejor.
Con todo listo el grupo se acomodó en las mantas, disfrutando de la comida y la compañía. Las risas llenaban el aire mientras compartían historias y cosas divertidas que les había pasado alguna vez en la vida. Clara se sintió feliz al ver a su madre relajarse tanto y disfrutar del momento luciendo más joven.
— Mamá, deberías salir más a menudo — dijo Clara sonriendo— Te lo mereces. Siempre estás en casa y no haces cosas que te gusten a ti.
La madre de Clara asintió sintiendo que su hija tenía razón. Había estado tan enfocada en las responsabilidades de la casa que a veces olvidaba lo importante que era disfrutar de la vida. Sin embargo, sentía que ya su tiempo había pasado y tampoco podía olvidar lo que su esposo decía de las mujeres que siempre andaban en la calle.
Editado: 07.09.2025