Un Encuentro Apasionado

Capítulo 66

Era domingo por la tarde y el sol comenzaba a descender en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos como el amor. Después de pasar un día divertido en el parque, Clara y Kevin decidieron ir a casa de él para dejar a Max. La atmósfera entre ellos estaba cargada de una mezcla de emoción y nerviosismo, ya que ambos sabían que había una razón más poderosa por la cual querían pasar la tarde juntos. Ya había pasado un tiempo desde que hicieron el amor por primera vez y las ganas de sentirse estaban al máximo.

Al llegar a la casa de Kevin los dos se sintieron cómodos y relajados. La música suave que él había puesto sonaba de fondo, creando un ambiente perfecto para disfrutar de su tiempo juntos. Se sentaron en el sofá para dejar que las cosas surgieran con normalidad y la conversación fluyó naturalmente llena de risas y miradas cómplices. El roce de sus manos estimulaba sus sensaciones y ya eran difíciles de controlar.

Clara sintiendo que había pasado mucho tiempo desde lo sucedido, comenzó a darse cuenta de que necesitaba estar más cerca de Kevin sin temor a entregarse. La química entre ellos era innegable y cada vez que se miraban sentía que el deseo crecía.

—¿Te gustaría hacer algo en especial? — pregunto Kevin tratando de mantener la conversación ligera, aunque su corazón latía con fuerza dentro de su pecho.

— Claro, pero… — dijo ella sonriendo de manera traviesa — ¿Podemos hacer algo más que solo ver una película? No creo poder seguir conteniendo estas ganas que tengo de ti.

Kevin la miró sonriendo, sintiendo que su corazón se aceleraba. Él tampoco podía seguir conteniéndose y le gustaba saber el efecto que causaba en Clara.

— ¿Te gustaría conocer mi habitación? — preguntó con una sonrisa que reflejaba su propia anticipación a lo que estaba por suceder.

Sin esperar una respuesta Clara se inclinó hacia él, sentándose con sus piernas abiertas a cada lado de su cuerpo. Sus labios encontrándose en un apasionado y necesitado los hizo estremecer. Kevin respondió con la misma intensidad a cada movimiento, sintiendo que la conexión entre ellos se encendía. Las caricias comenzaron a fluir más urgidas y el mundo exterior se desvaneció mientras se sumergían en su propio universo. Solamente hizo falta un solo movimiento para que él la sostuviera con firmeza sobre su cuerpo y a pasos firmes se dirigió a su habitación. Esta vez quería que toda su cama tuviera su olor, para así sentirlo un poco más cerca cuando no estuviera.

Las manos de Clara se deslizaron por el cabello de Kevin en un gesto posesivo, mientras él la abrazaba con fuerza y se colocaba entre sus piernas una vez estuvieron sobre la cama. La pasión que habían contenido durante tantos días finalmente encontró su camino y ambos se dejaron llevar por el momento.

A medida que los besos se volvían más intensos, Clara sintió que el deseo la envolvía y con agilidad se deshizo poco a poco de la ropa de su amante. Kevin, sintiendo la misma necesidad la atrajo más hacia él y en un instante se encontraron en un punto que no tenía retorno.

El tiempo parecía detenerse mientras se entregaban el uno al otro, cada beso, cada caricia llenas de ternura, cada súplica o suspiro que se robaban con cada movimiento los hacían enloquecer. Clara se sintió viva, amada, deseada, como si todo lo que había pasado en su vida se desvaneciera en ese momento. En ese instante no existían los problemas, ya que únicamente tenían que concentrarse en el hombre que le hacía el amor con tanta dedicación.

Kevin, por su parte, sabía que estaba compartiendo algo especial con Clara, algo que iba más allá de lo físico. Su cuerpo, su corazón y su alma se lo gritaban, ya que jamás había sentido tanta conexión con alguien en toda su vida. Ella era definitivamente su otra mitad y ambos lo sabían.

Clara nunca pensó que ella podría llegar a mover su cuerpo de manera tan sensual y dominante. Ella veía desde su posición superior como su hombre enloquecía de placer con sus movimientos y sus fuertes manos la ayudaban a moverse con más libertad. En un momento como ese no existía la vergüenza o el arrepiento, sino todo lo contrario. Disfrutaba de cada jadeo o gemido que arrancaba de la boca de Kevin, sintiendo que solo ella podía enloquecerlo de esa manera.

Mientras se perdían en la pasión, ambos sabían que estaban construyendo una intimidad que poco a poco iría avanzando a lugares más delirantes. Hacer el amor para ellos era un momento de conexión profunda, donde podían ser ellos mismos sin miedo a ser juzgados. La confianza que habían cultivado a lo largo de su relación se reflejaba en cada gesto, en cada mirada y en cada toque lleno de lujuria de sus cuerpos.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad se separaron, respirando con dificultad y sonriendo el uno al otro. Clara sintió que su corazón latía con fuerza y Kevin la miró con una mezcla de admiración con ternura que la hizo estremecer.

– No me canso de esto — dijo Clara sintiendo que la emoción la invadía — Cada vez que estoy contigo es como tocar el cielo con las manos.

Kevin sonrió al escuchar eso, sintiendo que había compartido algo verdaderamente especial. Las palabras dichas por ella describían claramente lo mismo que él sentía cada vez que la tocaba.

— Estoy de acuerdo contigo —respondió acariciando suavemente su rostro — Me alegra que estemos juntos porque nunca voy a dejar que algo malo te pase.

A medida que se acomodaban en la cama Clara se sintió más cerca de Kevin que nunca. Sabía que este encuentro había sido uno de muchos de los que tendrían a lo largo de su vida juntos.

— Gracias por ser tan increíble conmigo Kevin — dijo Clara sintiendo que la vulnerabilidad la hacía más fuerte — No puedo esperar a ver que nos prepara el futuro.

Kevin la miró a los ojos, sintiendo que su conexión era más fuerte que nunca. Él también estaba deseoso por conocer cada aventura que vivirían juntos.