Entre lo que somos y lo que dolimos

Capítulo 1

Sala del apartamento de Kassidy. Asher entra con una pequeña bolsa de comida. Kassidy ya está sentada en el sofá, revisando algo en su celular.]

KASSIDY:
(tajante, sin levantar la vista)
-Cancelé lo de esta noche con Liam. No tiene sentido que vayas. Esos tipos solo te quitan tiempo.

ASHER:
(se detiene, parpadea)
-¿Lo cancelaste tú?

KASSIDY:
(levanta la vista, encogiéndose de hombros)
-Sí. Te hace bien estar lejos de malas influencias. ¿No crees?

ASHER:
(suspira, dejando la bolsa en la mesa)
-No era una mala influencia... es mi mejor amigo desde que tengo memoria.

KASSIDY:
(frunciendo el ceño, suave pero firme)
-¿Y qué ha hecho por ti últimamente? Yo solo quiero lo mejor para ti, Ash. Si eso me hace la mala, supongo que lo soy.

ASHER:
(camina hacia ella, se sienta a su lado con cuidado)
-No... tú no eres la mala. Es solo que... últimamente siento que ya no sé quién soy cuando estoy contigo.

KASSIDY:
(se queda en silencio, lo observa)
-Entonces, ¿prefieres estar sin mí?

ASHER:
(titubea)
-No. Solo quiero... que también me escuches. Que me veas como algo más que alguien a quien puedes moldear.

Asher Walker había sido un tipo alegre, algo torpe, pero genuino. Sus amigos solían decir que su sonrisa bastaba para iluminar un cuarto. Pero desde que Kassidy Rowan apareció en su vida, esa luz había cambiado... no desaparecido, solo se había vuelto más tenue, más cautelosa.

Kassidy era intensidad pura: sus palabras medidas, su presencia dominante, su dulzura tan estratégica como real. Había algo en ella que atrapaba. Era el tipo de persona que no pedía permiso, solo llegaba y tomaba el control. Y eso era justo lo que había hecho con el corazón de Asher.

Ella organizaba sus fines de semana, opinaba sobre a quién debía dejar de hablarle, y le corregía hasta la forma de vestir. Y él... él lo aceptaba todo con una sonrisa frágil, convencido de que el amor implicaba sacrificios.

-¿Te molesta que haya cancelado tu salida con Liam? -le preguntó Kassidy , sentada en el sofá con un té en mano, como si nada.

-No... solo era una reunión, nada importante -respondió él, evitando su mirada.

Ella asintió, como si la respuesta confirmara lo que ya sabía.

Pero en su interior, Kassidy sentía un peso. No era culpa, era otra cosa. Una sensación de que estaba moldeando a alguien para que encajara en una idea que no correspondía a la realidad. Porque ella, en lo profundo, no estaba enamorada. Se sentía admirada, adorada, necesitada... pero no enamorada.

Y Asher, sin darse cuenta, estaba perdiéndose para amar a alguien que talvez nunca podría corresponderle del mismo modo.




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