En el rincón de mi alma,
anida un sueño profundo,
tenerte cerca, sentir tu calma,
un anhelo en lo más hondo.
Quisiera un día, por instante,
abrazarte, escucharte confesar,
que me quieres como amante,
como yo a ti, sin cesar.
Anhelaría saber, algún momento,
que mientras aguardaba tu vuelta,
también ansiabas mi encuentro,
con la misma pasión concreta.
¡Oh, deseo! ¡Oh, ilusión!
Que te regocijes al verme aquí,
como lo hago con devoción,
pues eres el amor que ansié.
Pero ¡ay!, no puedo tenerte,
pues tu amor no es para mí,
ni me conoces, ni me verás en suerte,
sueños rotos, así lo sentí.
Te tengo en sueños, despierto, despertando
lo imposible, lo fugaz, lejos de mí, en un cielo abierto,
donde las estrellas, inalcanzables, brillan en paz.