11. Dudas

-Arca- Familia Noé

Con una sonrisa en su rostro, la Noé de los sueños tarareaba una melodía felizmente, recargando sus codos en la mesa y moviendo los pies repetidas veces. Divertida, observaba la pelea que protagonizaban Jasdero y Debitto, quienes se empujaban y se apuntaban con sus armas intentando agarrar primero que el otro el último bocadillo que se encontraba frente a ellos.

Sentado a su lado Tikky Mikk, observaba a ese par exasperado. Los demás Noés solo los ignoraban, permaneciendo en su propio mundo y degustando tranquilamente su desayuno.

Ya habían pasado unas cuantas semanas desde el ataque a la Orden Oscura, y desde entonces los Noés faltantes habían despertado uno a uno. Diez de los trece integrantes de la familia estaban reunidos en aquel gran comedor.

Tanto El Conde y Lulubell no se encontraban con ellos.

Ambos se habían retirado unos días atrás, sin decir exactamente a donde se dirigían. Que el Conde Milenario no dijera nada a la familia de sus planes era demasiado extraño.

El portugués suspiró rendido, mirando de reojo a la Novena Apóstol. Ella no parecía saber lo que sucedía, de lo contrario hubiese ido junto con el Conde en lugar de Lulubell. Debía ser algo bastante importante como para que llevaran varios días sin aparecer.

Estando absorto en sus pensamientos, un golpe en la cara le hizo abandonar de forma súbita sus conclusiones. Un plato cayó frente a él, estropeando su desayuno y ensuciando su ropa. Con la nariz adolorida y el rostro lleno de lo que parecía ser caramelo, Tikky tomó una servilleta y se limpió la cara. No sin antes dedicar una mirada asesina a "quienes" le habían causado aquello.

Debitto y Jasdero permanecían inmóviles al otro lado de la mesa, con una expresión de terror y con restos de comida encima. De los dos, el que retrocedió sin pensarlo dos veces fue Jasdero, dudoso dejó sobre la mesa el plato que hasta hace unos momentos tenía en su mano, como queriendo deshacerse de la evidencia. Seguido por Debitto, ambos se apartaron de Tikky, que parecía listo para realizar un asesinato.

Apreciando su vida, comenzaron a correr por la habitación, intentando no ser atrapados por Tikky que en ese momento parecía ser un auténtico demonio.

Los demás Noé, que antes no les prestaban atención ahora los miraban atentamente, con una sonrisa en sus rostros y disfrutando el espectáculo. 
En un descuido de Jasdero, Tikky logró atraparlo. Debitto al no sentir a su gemelo se detuvo en seco, una pésima decisión. Tikky, tomando ventaja de su descuido lo atrapó también.

-¡Los tengo!- Con una voz de ultratumba, Tikky jaló a ambos por las ropas y una sonrisa tenebrosa se formó en su rostro. Ambos gemelos le miraron espantados.

- ¡Fue su culpa! ¡Él empezó! - Jasdero señalo energéticamente a Debitto, buscando en el proceso una manera de escapar de un furioso Tikky. Ante sus palabras Debitto no tardó en hacer lo mismo que Jasdero y señalarlo de forma acusadora.

- ¡¿Qué?! ¡Tú fuiste el de la idea de hacer una fuente de caramelo! ¡Que lo hayas intentado y le dieses a Tikky no fue mi culpa! - Debitto se defendió, volteando a ver a todos lados, esperando que alguno de los presentes reafirmara lo dicho. Finalmente, su mirada se quedó fija en Road - ¿Verdad?  ¡Tú lo viste!

Road, sin deshacer su sonrisa, negó un par de veces con la cabeza. Era cierto que había empezado Jasdero, pero tener a los hermanos en esa situación valía oro, quería saber cómo terminaría ese encuentro con Tikky así de molesto. Los demás también parecían interesados en saber el resultado, no intervendrían.

De todas formas, Tikky no los mataría, en el peor de los casos terminarían con hematomas y uno que otro hueso roto.

Al ver que Road no le ayudaría, Debitto miró viró lentamente hacía Tikky, tragando saliva.

-Creo que tenemos asuntos que arreglar. ¿No lo creen chicos? - Tikky, sin cambiar de expresión, comenzó a caminar hacía la salida arrastrando a ambos. Jasdero y Debitto como último recurso intentaron agarrarse de las sillas más cercanas, pero no fue suficiente, eran arrastrados con todo y sillas hacia la salida. Debitto miró de nuevo a Road, y con la mirada solo le repetía una cosa… ¡Traidora!

Road dejó escapar una pequeña risa. Siguiendo con la mirada los pasos de Tikky y observando las reacciones del décimo y décimo primer apóstol. Habría seguido con esa sonrisa en su rostro más tiempo...si la creciente aura asesina y sed de sangre del Conde Milenario no hubiese irrumpido en el comedor.

La sonrisa de Road desapareció. Los demás apóstoles también abandonaron sus rostros sonrientes y se miraron entre sí serios.

Incluso Tikky se vio intimado por aquella aterradora aura.

Retrocedió unos cuantos pasos, soltando a Jasdero y Debitto. Ambos cayeron de sentón en el suelo, y sin perder tiempo corrieron hacia sus lugares cargando sus sillas, escondiéndose tras ellas.

Tikky no dudó tampoco en volver a su lugar.

El peligro era palpable, quedarse de pie cerca de la puerta era un completo suicidio en ese momento. Tikky regresó a su lugar en silencio, observando la puerta con inquietud, como todos los demás. Esperando la entrada del Conde.