Entre mentiras y deseos

Una Jugada Estratégica

Olivia no confiaba en Blackwood Inc.

Cuando la invitación para colaborar llegó a Soul Marketing, lo primero que hizo fue analizar qué buscaban realmente. Empresas como Blackwood Inc. no daban oportunidades de crecimiento sin una razón oculta. Siempre había un interés detrás.

Pero también sabía que rechazar la oferta sería un error.

Lo había hablado con Emma varias veces. Si querían entender qué estaba planeando Robert Blackwood, lo mejor era aceptarla… pero en sus propios términos.

Por eso, cuando tomó la decisión de aceptar la colaboración, estableció una condición clave:

Emma debía estar presente en todo el proceso, pero no como parte de Soul Marketing, sino como la hermana de Sophie.

Era la mejor manera de asegurarse de que Blackwood Inc. no descubriera su verdadero rol en la agencia, al menos por ahora.

—Lo mejor es estar cerca —dijo Olivia, cruzándose de brazos—. Si Robert Blackwood tiene algún plan con nosotros, lo descubriremos antes de que pueda ejecutarlo.

Emma no estaba del todo convencida, pero sabía que Olivia tenía razón.

—Si aceptamos, lo haremos bajo nuestros términos.

—Exactamente.

Emma suspiró.

—De acuerdo. Redacta el correo y envíalo.

Olivia sonrió con satisfacción y comenzó a escribir:

📩 Asunto: Confirmación de Colaboración

"Estimado equipo de Blackwood Inc.,

Agradecemos la oportunidad de trabajar juntos en este proyecto. Tras revisar la propuesta, confirmamos nuestra participación con la condición de que Sophie Cotes cuente con el acompañamiento de su hermana durante todas las etapas del proceso. Creemos que su presencia garantizará una integración fluida entre ambas partes y asegurará el éxito de la colaboración.

Esperamos su confirmación.

Atentamente,
Olivia Bennett"

—Listo —dijo Olivia, enviando el correo—. Ahora veremos cómo responde Blackwood.

Emma exhaló lentamente. Sabía que esto no iba a ser tan simple.

Y lo que más la inquietaba era que Robert probablemente ya esperaba este movimiento.

Cuando Robert recibió el correo de Soul Marketing, una ceja se arqueó ligeramente en su rostro.

No le sorprendía que hubieran aceptado. Era la mejor jugada para ellos.

Pero lo que sí lo intrigó fue la condición que pusieron.

"Sophie Cotes contará con el acompañamiento de su hermana durante todas las etapas del proceso."

Robert entrecerró los ojos, apoyándose en el respaldo de su silla.

Sabía que Sophie era la hermana menor de Emma, pero no entendía del todo qué papel tenía Emma en esto.

No era su manager.

No era su agente.

¿Entonces por qué querían que estuviera involucrada?

Algo no cuadraba.

Pero, lejos de molestarlo, el misterio solo aumentó su interés.

Sonrió de lado, con esa expresión calculadora que significaba que ya estaba trazando su siguiente movimiento.

Sea cual fuera la razón, ahora tenía una oportunidad perfecta.

Sin pensarlo más, tomó su teléfono y llamó a su sobrino.

—Archie.

—¿Tío? ¿Alguna novedad? —respondió el joven con su tono usualmente relajado.

Robert apoyó el codo sobre el escritorio y miró el correo en la pantalla.

—Prepara tu mejor actuación, porque vas a tener la oportunidad de trabajar con Sophie Cotes.

Hubo un segundo de silencio al otro lado de la línea.

—… ¿Qué?

—Soul Marketing aceptó la colaboración —confirmó Robert—. Y Sophie vendrá con su hermana a todas las reuniones y procesos.

—¡¿Emma también?! —La emoción en la voz de Archie era evidente.

Robert sonrió ligeramente.

—Parece que sí.

—¡No lo puedo creer! ¡Esto es perfecto!

Robert dejó escapar una leve risa.

—Sí, lo es. Pero tenemos trabajo que hacer.

Archie, todavía entusiasmado, tomó aire.

—Dime lo que sea, haré que esto sea perfecto.

—Tendremos que preparar todo: sets, luces, sonido, vestuario… Quiero que sea una colaboración impecable.

—Hecho —aseguró Archie—. No arruinaremos esto.

Robert asintió.

—No, no lo haremos.

Porque más allá del proyecto en sí, tío y sobrino tenían una motivación en común.

Deslumbrar a sus chicas especiales.

La colaboración entre Blackwood Inc. y Soul Marketing comenzó a tomar forma rápidamente.

Los días siguientes estuvieron llenos de reuniones, ajustes y planificación meticulosa. Robert y Archie no escatimaron en nada; querían que este proyecto fuera más que una simple colaboración: debía ser un evento que marcara la diferencia.

El set de grabación se diseñó con precisión, combinando un ambiente moderno y sofisticado, con iluminación impecable y un equipo de producción de primer nivel. Cámaras de última tecnología, vestuario cuidadosamente seleccionado y un equipo de dirección creativa dedicado a resaltar lo mejor de cada talento.

Sophie estaba emocionada.

Era la primera vez que trabajaba en un proyecto de esta magnitud y, aunque tenía experiencia en la creación de contenido, sabía que esto era un nivel completamente diferente.

—Nunca había trabajado con una producción tan grande —confesó a Emma mientras revisaban los últimos detalles en el camerino.

Emma, quien había estado observando todo con atención, le sonrió.

—Tienes talento de sobra, Sophie. Solo disfrútalo.

Pero a pesar de sus palabras, Emma no estaba completamente tranquila.

Robert Blackwood era un hombre de estrategias.

Sabía que la colaboración tenía sentido desde el punto de vista comercial, pero no podía evitar preguntarse qué tanto de esto era realmente una jugada de negocios y cuánto era un movimiento personal.

Porque Robert estaba demasiado involucrado.

Se aseguraba de estar presente en cada reunión clave, de revisar personalmente cada propuesta, de observar cada detalle con ese aire calculador que la ponía nerviosa.

Y lo peor de todo… era que ella también lo notaba en Archie.




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