Desde el primer día de trabajo en la colaboración entre Blackwood Inc. y Soul Marketing, Sophie y Archie habían sentido una conexión especial.
Al principio, era solo una dinámica profesional fluida. Archie era encantador, seguro en el escenario, pero genuino cuando las cámaras se apagaban. Sophie, por su parte, tenía esa energía magnética que hacía que cualquiera quisiera estar cerca de ella.
—Eres increíble en esto —le dijo Archie después de una de las primeras grabaciones—. Haces que todo se sienta más natural.
Sophie sonrió, acomodando un mechón de su cabello detrás de la oreja.
—Bueno, lo mismo digo. Pensé que trabajar con un cantante sería más complicado, pero lo haces parecer fácil.
La química entre ellos era evidente, y no pasó desapercibida para nadie.
Emma lo notó. Robert también.
Pero ni Sophie ni Archie parecían preocupados por disimularlo.
A medida que avanzaban las grabaciones, los pequeños detalles comenzaron a volverse más evidentes.
Las miradas prolongadas.
Los roces "accidentales".
Las risas en los descansos.
Y cuando el proyecto finalmente fue lanzado al público, la tensión entre ellos alcanzó su punto máximo.
La Confirmación
La noche del lanzamiento, se celebró un evento exclusivo para festejar el éxito de la colaboración.
El material había sido un rotundo éxito en redes sociales, y tanto Sophie como Archie habían visto crecer sus seguidores y su impacto en la industria de manera exponencial.
Pero más allá de las cámaras y la prensa, había algo más en el aire esa noche.
Archie se acercó a Sophie cuando la vio sola en una de las terrazas del lugar, observando la ciudad con una copa de champagne en la mano.
—¿Celebrando sola? —preguntó con una sonrisa, apoyándose en la baranda junto a ella.
Sophie giró el rostro y le devolvió la sonrisa.
—Tomándome un momento para asimilarlo todo. Ha sido un poco… abrumador.
—Sí, lo entiendo —asintió Archie, mirando las luces de la ciudad—. Pero valió la pena.
Hubo un breve silencio antes de que Sophie lo mirara de reojo.
—Lo valió, ¿eh? ¿El proyecto o…?
Archie la miró directamente y sonrió.
—Todo.
Sophie sintió un leve cosquilleo en el estómago.
—¿Sabes? Desde que te conocí en el estreno de aquella serie, sentí que había algo en ti…
—¿Algo bueno o algo malo? —bromeó Archie, inclinándose levemente hacia ella.
Sophie fingió pensarlo.
—No lo sé… Puede que tengas potencial.
Archie dejó escapar una risa baja y, sin pensarlo más, acortó la distancia entre ellos.
Sophie no se movió.
Y cuando sus labios finalmente se encontraron, todo pareció encajar.
El murmullo de la fiesta desapareció, el mundo exterior dejó de importar.
Era su momento. Y no tenían intención de ocultarlo.
Cuando volvieron a la fiesta, tomados de la mano, no hicieron falta palabras para confirmar lo que todos ya sospechaban.
Sophie y Archie eran oficialmente algo más que simples colaboradores.
Y aunque la atención de la prensa estaba sobre ellos, el verdadero impacto lo sentirían quienes observaban desde la distancia.
Porque mientras Archie celebraba su conquista…
Robert y Emma se miraban en silencio, como si en ese momento entendieran que, tarde o temprano, su propio juego también llegaría a un punto de quiebre.