El auto avanzaba por las calles de Nueva York con un ritmo constante, pero el ambiente dentro del vehículo era inusualmente silencioso.
Emma y Sophie intercambiaron miradas mientras Olivia permanecía absorta en sus pensamientos, mirando por la ventana sin mucho interés en la conversación.
Su actitud no era común. Siempre tenía algo que decir, una idea que compartir o una estrategia en mente. Pero esta vez, respondía con frases cortas y sin mucho entusiasmo.
—¿Todo bien, Liv? —preguntó Emma finalmente.
Olivia parpadeó y pareció volver a la realidad.
—Sí, sí… Perdón, estoy cansada.
Sonrió levemente y luego las miró a ambas con una expresión más cálida.
—Por cierto, felicidades a las dos. Lo que lograron con este proyecto es impresionante.
Sophie sonrió ampliamente.
—¡Gracias! Aunque todavía me cuesta creer todo lo que pasó.
—Créelo, Soph —dijo Olivia con una leve sonrisa—. Este fue un paso importante para ti y para Soul Marketing.
Emma notó que Olivia mencionó a Soul Marketing de manera intencional.
Algo más estaba pasando.
—¿Cómo te fue en Boston? —preguntó Emma, cruzando los brazos.
Olivia suspiró y acomodó su cabello antes de responder.
—Fue bien… de hecho, mejor de lo que esperaba. Me hicieron una oferta.
Emma sintió un ligero escalofrío en la espalda.
—¿Qué tipo de oferta?
Olivia tardó unos segundos antes de responder.
—Un puesto en una de las agencias más grandes de Boston.
El auto pareció volverse más pequeño ante el peso de sus palabras.
Emma sintió que su pecho se apretaba.
—¿Qué?
—Me ofrecieron ser directora creativa en una firma de marketing con alcance internacional.
Silencio.
Sophie fue la primera en reaccionar.
—¡Wow! Liv, eso es enorme.
Emma, en cambio, permaneció en silencio por un momento antes de preguntar con voz firme:
—¿Y qué respondiste?
Olivia la miró directamente.
—Dije que lo pensaría.
Emma inhaló profundamente.
Esto lo cambiaba todo.
El silencio en el auto se rompió cuando Emma sonrió y, con tono relajado, dijo:
—Bueno, antes de preocuparnos por decisiones importantes… disfrutemos del triunfo de Sophie.
Sophie soltó una risa nerviosa y levantó las manos en señal de victoria.
—¡Eso! ¡Gracias! Pensé que lo habían olvidado por un momento.
Emma giró hacia Olivia y agregó con una sonrisa cómplice:
—Y felicidades por el ofrecimiento. Eso solo significa que elegí muy bien a mi socia de proyecto.
Olivia le sostuvo la mirada por un segundo antes de sonreír.
—Sabes que no habría llegado tan lejos sin ti, Em.
Emma rió, pero por dentro estaba aterrada.
Si Olivia aceptaba esa oferta, todo cambiaría.
Soul Marketing quedaría en sus manos.
No dejaría la empresa en manos de alguien más, eso estaba claro. Pero el peso de esa responsabilidad era algo que jamás había considerado hasta ahora.
Aun así, no dejaría que el miedo arruinara este momento.
Se recostó en el asiento del auto y suspiró.
—Bien, creo que esto amerita una celebración.
Sophie sonrió emocionada.
—¿Cena en nuestro restaurante favorito?
Emma asintió.
—Y tragos. Muchos tragos.
Las tres rieron y, por un instante, el peso del futuro quedó en segundo plano.
Esta noche era para celebrar.
Mañana, enfrentarían la realidad.
La celebración de la noche anterior había sido liberadora, pero el amanecer trajo consigo una realidad completamente diferente.
Emma llegó temprano a la oficina de Soul Marketing, aún sintiendo los efectos de la euforia de la noche anterior. Pero su tranquilidad se desmoronó en cuanto vio el correo en su bandeja de entrada.
📩 Asunto: Propuesta de adquisición – Blackwood Inc.
El corazón le dio un vuelco.
Rápidamente abrió el mensaje y comenzó a leer.
Blackwood Inc. quería comprar Soul Marketing.
El correo era corto y preciso. No incluía muchos detalles de la compra, solo mencionaba que su enfoque complementaría la estructura de Blackwood Inc., consolidándolos como la mejor empresa del sector.
Pero lo que más llamaba la atención era la cifra que ofrecían.
Una cantidad exorbitante.
Emma sintió un nudo en el estómago.
Este no era solo un movimiento de expansión.
Blackwood Inc. veía a Soul Marketing como una amenaza real.
Intentaban ocultarlo con un tono elegante y estratégico, pero la oferta dejaba entrever, sin querer, el miedo de perder su posición dominante.
Emma se recostó en su silla, sintiendo que el mundo acababa de girar bajo sus pies.
Blackwood Inc. no quería colaborar con Soul Marketing.
Quería poseerlo.
Y la gran pregunta era… ¿qué iban a hacer al respecto?