Y escuchar el canto de los gorriones por las mañanas,
alimentando la alegría misma de un alma callada,
te encuentras colándote entre mis sueños para dar paso a un día bello.
Como una taza de café entibias las penas, mostrando misericordia,
sin esfuerzo alguno, ultrajando las murallas tan fáciles de romper,
queriendo más de todo aquello que sale de tu ser.