Entre Mundos

Marcados por la tinta

¡Adrian por favor, tenés que despertar! — son las palabras que escucha antes de abrir sus ojos. 

Thomas lo está sacudiendo fuertemente cuando despierta. Esto lo confunde fuertemente ya que es lo opuesto a lo que estaba vivenciando hace instantes.

Adrian recuerda claramente lo sucedido << ¿Cómo puede ser? Yo estaba tratando de que él reaccione >> piensa mientras mira a su alrededor.

Está en su habitación. Allí se encuentra la familia Thindergar completa junto a su madre, quien ni bien se percata de que su hijo reacciona se abalanza sobre él.

Sophia llora desconsoladamente, pero el abrazo de su muchacho le hace calmar. mientras Elizabeth mira sorprendida tapándose la boca con sus manos.

—Vamos familia — ordena Robert, piensa que lo mejor es retirarse y dejar que los Patinson se calmen.

—No te preocupes Sophia — se compadece Margareth —los dejamos, pero cualquier cosa me llamas, sea la hora que sea —

Todos abandonan la habitación, mientras que lo único que se escucha es una madre sollozando. El abrazo entre ella y su hijo se extiende por unos eternos segundos mas, luego de que se cierra la puerta. Sophia se alegra de que su hijo esté de vuelta y Adrian no puede parar de preguntarse qué demonios había pasado.

La madre se desprende y se aparta hacia atrás.

—¿Te das una idea del susto que me hiciste pegar? — recrimina mientras se seca las mejillas húmedas.

—La verdad que no, solo... ¿dormía? — contesta confundido.

—¡Dormiste ocho horas!, ¡intenté despertarte desesperadamente!, ¡no reaccionabas y ¿solo dormías?!—

Adrian sospecha que lo que está viviendo tiene algo que ver con su profundo sueño, ¿pero que iba a decir?, no te preocupes mamá, solo estaba en este mismo lugar, pero nada más que era diferente... Es demasiado joven, a esta edad una camisa de fuerza sin dudas no está a la moda y claramente su habitación es mucho mas cómoda que una habitación de manicomio con paredes acolchadas.

Debo de haber estado muy agotado por la gripe, no te preocupes— tranquilizarla es lo más conveniente.

—No me hagas más esto — le dice como si él pudiera manejarlo —¿Vas a cenar? — pregunta mientras acaricia la frente de su hijo, donde ya no hay rastros de la fiebre —no comiste nada en todo el día—

Él tiene el estómago revuelto, como si recién bajase de una montaña rusa.

—Prefiero quedarme acostado haciendo tarea— dice después de explicarle su malestar. Ya lo saben, poner de escusa la tarea es una buena opción frente a diversas situaciones.

—Está bien hijo, yo me voy a acostar, demasiado por hoy— Sophia se levanta y se dirige hacia la puerta —cualquier cosa me llamas, ¿escuchaste? — ordena antes de retirarse.

El muchacho se recuesta. Dentro de su cabeza hay un sinfín de pensamientos y no sabe ni por donde empezar. Todo parece un rompecabezas, recuerda bien lo acontecido, pero los eventos están desordenados.

Suena su celular.

—¡Hermano, nos hiciste asustar! — se escucha decir a la voz de Thomas —¿Cómo estás? —

—Creo que bien, todavía no entiendo mucho— contesta mientras toca su cabeza —pasó algo muy extraño— si bien quiere contarle, tiene demasiada información que ordenar antes de explicar lo sucedido y eso mismo es lo que explica. —Mañana hablamos bien, ¿dale? —

Thomas cree que es lo mejor ya que entiende por lo que está pasando, prefiere esperar un poca más en lugar de confundirlo, aunque se muere de ganas de saber si a su amigo le sucedió algo relacionado a lo que están viviendo desde que encontraron aquel misterioso cofre.

No cortes, quiero que veas una cosa— al instante llega una foto al celular de Adrian, quien enseguida descarga el archivo y lo abre. Es una foto del pecho de Thomas. El punto negro que había aparecido de la nada dejó de ser tan solo un punto, se había estirado formando una línea zigzagueante hacia abajo, de al menos dos centímetros. Adrian descubre su pecho y comprueba que su marca está exactamente igual que la de su amigo.

—Confieso que ya me estoy preocupando— dice ya con el celular nuevamente en su oído.

Y no sos el único— responde Thomas —mejor hablamos mañana, te paso a buscar antes de ir a clases—

—Que descanses hermano— dicen al unísono.

<< ¿qué manera es la mejor para sacar todo esto que tengo en la cabeza? >> piensa Adrian, mientras mira a su alrededor. Si hay algo en lo que es bueno es dibujando. Decide que es una excelente idea plasmar todo eso en imágenes que luego puede mostrar a Thomas, de manera de ser más preciso a la hora de explicarle que vieron sus ojos. Se levanta, toma un block de hojas de dibujo. << ¿Qué descanses?>> claramente después de lo sucedido no quiere pegar un ojo, además, ya había dormido demasiado.




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