(Avance de la próxima entrega)

Destruyendo alianzas

Un pacto milenario se ha roto.

El suelo prohibido ya no es respetado, ni por la naturaleza, ni por el ser humano y las cartas están jugadas de ambos lados.

Mientras que la corona continúa enfocada en su único sospechoso y Galuar planea rescatar al durmiente, el reino natural continúa haciendo desaparecer gente siempre que tiene oportunidad.

Goldland busca aliarse con Seedtown, pero Patrick Harrison no parece estar muy de acuerdo, debido a su gran amistad con Robert.

El herrero junto a la comandante Elizabeth organizan como y con qué propósitos se dirigirán a Goldland.

Mas de mil años la naturaleza ha esperado poder comenzar con la recuperación de lo que les pertenece. Tienen la certeza de que este no es el mundo de los humanos y que estamos aquí solo por casualidad. No somos necesarios para sustentar el planeta, al contrario, nos encargamos de deteriorarlo cada vez más. En cambio, ellos, quienes son el sustento natural, están dispuestos a recuperarlo todo.

Los durmientes quedaron separados por kilómetros de distancia. Condenados a permanecer en el reino de Triskel, después de que el símbolo termine de formarse en sus pechos.

Thomas se mueve por un lugar completamente desconocido para él. Con los guardias de la corona tras sus huellas. Camina velozmente y sin detenerse, por aquel lugar al que llaman el bosque talado.

Envuelto en su abrigo camina por una gran planicie desértica. Dispersos por el suelo puede ver una cantidad enorme de tocones de los árboles que alguna vez hubo allí, pero ahora están talados en su totalidad.

Algunas cierras rocosas decoran tan asolado lugar. Las cuales se puede ver que llevan varios huecos como si fueran cuevas.

Thomas camina apurado mientras no puede dejar de admirar su mano izquierda. La que según dijo Sucellus ahora le pertenece a la naturaleza.

<< ¿Y ahora que se supone que soy?>> piensa mientras continúa caminando hacia la nada. Lo único que procura por el momento es alejarse de sus captores.

<<Tengo que volver a Galuar pero, ¿Cómo? >> Lo poco que sabe es que está bastante alejado del pueblo y con un mar de por medio, plagado de Krums.

Luego de estar caminando durante horas, se encuentra exhausto, agotado.

Con paso cansado se aproxima a una roca que tiene cerca y se sienta en ella, con el fin de descansar un poco. El tiempo que tardaron seguramente en darse cuenta de que escapó es el suficiente como para poder frenar a recobrar el aliento.

En ese momento y con la velocidad de un rayo, siente que alguien se aproxima a él por sus espaldas. Antes de poder darse vuelta o al menos tomar su espada, quien se aproxima se abalanza sobre él y con su mano le tapa los ojos.

—Qué bueno volver a verte... novato— escucha en su oído la voz de Algodón.