Acomodo mi cabello, haciendo a un lado al indomable mientras caminamos en dirección al ascensor de la empresa en la que nos encontramos el día de hoy para aclarar el trato que nos han propuesto.
—Charlie, te importaría decirme a qué hora se acaba la reunión.
Mi secretario, o como me gusta llamarlo, mi compañero del crimen asiente, abriendo la libreta que lleva en manos. El ascensor se abre frente a nosotros sin un solo pasajero, nos adentramos y oprimo el botón del último piso, que es en donde se llevará a cabo la conferencia.
—Se acaba a las tres de la tarde Bell.
—¿Y a qué hora es la firma del libro de Lucas?
—Cuatro.
—¿Ah... Qué haría sin ti, Char?
—Bueno, sin ti yo no ganaría dinero —responde—, y sin mí probablemente no sabrías qué hacer.
—¡Ja! ¡Iluso! claro que sabría qué hacer, que me de pereza es una situación diferente —Charlie ríe.
Llegamos al piso, entramos siendo recibidos en primera instancia por un amplio pasillo que no tardamos en recorrer.
—Necesito que cuando lleguemos corras las reuniones o asuntos que tenga el día martes.
—¿Puedo preguntar por qué?
—Porque Owen me ha mandado un pase para su último concierto de la gira en Los Ángeles al que me acompañaras, iremos junto con la novia de Lucas, Katy y... —trato de recordar lo que tenía acordado para ese día igualmente—. Prometí cuidar a Chrissy al menos un tiempo en la mañana mientras sus padres se van a... A algo que no me acuerdo.
—¿Sus padres son...?
—Barry y Jules ¿Qué es lo que te sucede hoy Charlie? Eres como de la familia.
—Y también trabajo para alguien de la familia.
—No importa la manera en la que te volviste parte de la familia —ruedo los ojos, deteniéndome unos metros antes de la puerta por donde entran varios de los trabajadores con los que se realizará la reunión.
Muchos de ellos se detienen unos minutos para estrechar su mano con la mía en un saludo. Cuando algunos de ellos han pasado me ubico frente a Charlie sacando mi celular del bolso rojo que llevo. Esta reunión es muy importante porque podría ser un gran cambio en la industria de automóviles, estamos hablando de un auto en grande con alta tecnología y alcance rápido, nuevos aspectos eléctricos.
—Podrías decirme el nombre de con quién vamos a hablar exactamente. Lo revise el día de ayer, pero necesito que me lo repitas.
—No te culpo, en primer lugar el nombre del primer magnate es demasiado complicado.
—Entonces vamos Charlie, vamos que vamos con ese nombre.
Lo escucho reír de nuevo.
—Bueno, el de nombre difícil es Zadfertjil Koslovki, le siguen Kol Yevinne, Duncan Evans y Jim Fisher.
—¿Qué? —parpadeo continuamente, levantando la vista de mi celular en dirección a Charlie, quien me mira un tanto extrañado.
—Dije Zadfertjil Koslovki, Kol Yevinne, Jim Fisher y...
—Bell Bennett —mi corazón se ralentiza durante unos minutos antes de reanudar su latir de la manera que corresponde. Giro sobre mis talones para encontrarme con unos ojos que no veía desde hace aproximadamente ocho años.
Ahora viste un traje de alta gama, su cabello, entre castaño y entre rubio está completamente acomodado, sigue viéndose tanto o más atractivo que la última vez que lo vi. Sus ojos mieles me observan, y denoto un leve rastro de barba de dos días. Me encuentro repasando cada facción del rostro del hombre frente a mi, cada parte de él con la mirada, es sencillamente impresionante...
Duncan Evans nunca pierde el toque de sorprenderte.
—Creí que no se debía de sacar celulares en público —menciona, con tono ronco dirigiéndole una mirada al aparato que llevo en mano.
—Ah... eh... —sacudo mi cabeza despejando mis pensamientos—. Creo que el entorno ha cambiado mucho el día de hoy. No esperaba encontrarme con usted aquí, me ha tomado por sorpresa.
—La sorpresa es mutua, Señorita Bennett —me repasa con la mirada sin ningún tapujo—. Aunque para ser sincero no me arrepiento en absoluto de que así sea.
—Me alegra, Duncan Evans, que al igual que yo usted no se arrepienta.