Entre Nosotros (sc Libro 0.1)

2. Tercera rueda

Unos meses atrás

Demian

Abracé más fuerte a mi mejor amiga mientras ella sollozaba en mi hombro. No sabía cómo sentirme porque no creí que esta sería su reacción al saber que me iría a Nueva York. Esto era demasiado emotivo.

-mira Charlotte, no entiendo si estás feliz, triste o quieres golpearme. -le reclamé y acaricié su cabellera rubia para intentar calmarla. Lance veía la escena a lo largo y simplemente se limitó a encogerse de hombros, al parecer no tenía en mente hacer algo con respecto a su novia aferrada a mí como garrapata.

-Es que, yo... tú... no... bueno sí. -dijo entre sollozos, no le estaba entendiendo absolutamente nada y ya llevábamos así largo rato.

-ya, respira bebé, cálmate y habla. -Lance le acarició la espalda pero eso no la calmó mucho.

-no... quiero. -dijo y finalmente entendí algo de lo que balbuceaba.

-¿no quieres que me vaya? -le pregunté.

-no, ya no tendré a quién molestar, o reír o hacer pendejadas.

-sí, gracias, soy una pared. -Lance se recostó en su silla y se cruzó de brazos haciéndome reír.

-una pared muy bonita. -finalmente se despegó de mí y observó al castaño que nos veía atentos. Éste aligeró su gesto.

-te vez horrible. -No pude evitar comentar al ver que se le había corrido el maquillaje y se limpiaba la nariz con el dorso de la mano.

-Todo por tu culpa. -dijo y volvió a abrazarme. -Aún no terminamos el colegio y ya tienes una universidad asegurada. Me siento como una madre orgullosa pero que a la vez no quiere dejar ir al pajarito del nido.

-ni siquiera mamá se puso tan llorona como tú. -reí, pero el puñetazo que me propinó de manera desprevenida, me sacó todo el aire.

-¿no que muy machito? -se cruzó de brazos mientras yo sostenía mi estómago tratando de recuperar el aliento.

-fue un buen derechazo Char. -Lance le halagó besando su mejilla, sí muy mi amigo él.

Suspiré una vez me encontraba estable y observé a la dulce pareja. Ambos han sido mis mejores amigos desde que llegué a California, más que nada, Charlotte. Una hermosa, inteligente y mandona rubia de estatura media. Ella fue la primera persona que me habló cuando llegué. Al principio, mi yo de 12 la miraba muy atractiva, porque de hecho lo es, pero ya no la veo con una perspectiva amorosa, solo amistosa.

Tuvimos una conexión bastante buena y desde entonces hemos sido inseparables.

En cuanto a Lance, lleva alrededor de 4 años con nosotros, es un Español castaño, alto y a veces algo serio pero simpático. Tenía heterocromía en sus ojos, lo que causaba que éstos fueran de diferentes colores. El derecho azul y el izquierdo un café verdoso. Sin embargo casi siempre lo oculta con lentes de contacto ya que según él, le causan inseguridad. Aunque a Charlotte le encantan y hace todo lo posible para que dejase de ocultarlos.

Ellos llevan casi tres años juntos como pareja oficial. Se gustaron desde un principio y aunque antes me parecía raro, porque ambos son mis amigos, luego me las hice de cupido y actualmente llevaban tiempo récord y una relación estable y sana. Estoy seguro que terminarán casándose.

De hecho, alguna vez comentaron querer hacerlo luego de la graduación, aunque no sé qué tan seria fue esa conversación.

-Oigan, tengo ganas de palomitas, ¿vamos al cine? -propuse luego de guardar la carta de aceptación de la NYU devuelta en el sobre.

-primero debo arreglar este desastre. -Mi mejor amiga se puso de pie y se alejó para adentrarse a los baños de la cafetería vacía en la que nos encontrábamos.

Lance se puso de pie y tomó asiento en el lugar que antes ocupaba mi mejor amiga. Se giró hacia mí y me observó fijamente, llevaba ambos ojos de color azul, tampoco me agradaba que usara lentes de contacto, pero es su vida y no quiero entrometerme en ella.

-Es increíble que te hayan aceptado.

-lo sé, no me lo puedo creer, aunque estoy dudando de ir, aquí hay buenas universidades, no necesito ir a una tan prestigiosa para aprender. Solo envié la carta por probar.

-Tienes que aceptar que es una increíble oportunidad.

-sí, no puedo negarlo. -suspiré y coloqué mis codos sobre la mesa. -¿tú qué harás? ¿Volverás a España?

-lo dudo... no quiero dejar a Char, pero si tuviese alguna oportunidad... Es difícil decidir. Ya sabes que sería sumamente complicado tener una relación a distancia.

-Sí y creo que no te perdonaría si le rompes el corazón.

Él soltó una risa.

-lo sé, me partirías la cara.

-sí, Charlotte es como la hermana que nunca tuve, la protegería a toda costa.

-Me alegra haberlos conocido, creí que al ser extrangero no me iban a aceptar en ningún lado.

-¿basándote en qué? ¿En los estereotipos gringos de las películas?

-Un poco... sí, probablemente.

-idiota. -lo empujé amistosamente. -no todos somos así.

-sí, lo sé. Con Char lo aprendí primero, no es la típica rubia engreída que siempre son las antagonistas.

Reí.

-a veces sí es algo engreída.

-bueno sí, pero muy pocas veces. En su mayoría es un amor de persona.

-estás jodidamente enamorado. -reí al escucharlo suspirar.

-lo sé.

-¡estoy lista! -escuchamos la voz de la susodicha acercarse. Ya no parecía un mapache y se notaba más animada.

Nos dirigimos al cine y como siempre, yo me volví la tercera rueda. Hace mucho no salía con nadie, no había encontrado a alguien que llenase mis expectativas.

Solo quiero una chica lista, carismática, bonita tanto por fuera como por dentro, alguien que realmente me quiera y que yo pueda querer.

Quería casarme algún día y tener mi propia familia, una grande tal vez y morir viejo pero al lado del amor de mi vida. Ese era de mis mayores sueños, solo hacía falta encontrar a ese alguien y podría ser feliz el resto de mi vida.

2 meses después

-no puedo creer que también me estés haciendo esto. -Charlotte comentó sumamente triste.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.