Demian
Miré a Julissa, completamente distraída, como lo había estado toda la última semana. Es un comportamiento muy raro, proviniendo de ella. El lunes me habló un poco de lo que estaba sucediendo en su hogar y me preocupa saber si algo más ha ocurrido, que le está afectando de esta manera. No sé cómo preguntárselo, no quiero ser invasivo, pero es imposible no preocuparme. Cualquiera cercano a mí, me importa su bienestar. Ella es cercana y quiero ayudar si puedo. Si no, al menos hacerla desahogarse. Sin embargo su poca habla, me limita las posibilidades de que vaya a soltar algo.
De verdad que esta Julissa callada y distraída no me agrada.
-eso es todo por hoy jóvenes, nos vemos mañana. -El profesor habló mientras procedía a borrar el pizarrón.
-Julissa, la clase acabó. -le informé, sacándola de su ensimismamiento.
Reaccionó tan rápido, que dejó caer su lápiz y luego su cuaderno, todo de manera muy torpe. La ayude a recogerlo.
-lo siento, estoy más torpe de lo normal... -se disculpó quitándome las cosas de las manos para guardarlas a toda prisa en su mochila.
-¿puedo preguntarte si algo no está bien? -me atreví a decir con cierta preocupación.
-no te preocupes... no es nada importante. -Apartó la vista de mí y terminó de cerrar su mochila para luego ponerse de pie.
Rápidamente recogí mis cosas y me fui detrás de ella. Alcancé a colocarme a su lado, estaba caminando más rápido de lo normal, así que logré atrapar su mano y darle un ligero jalón, llamando su atención.
-oye, tranquila. Estás muy inquieta.
Pasó su mirada de mi cara hasta su mano y viceversa. Noté que quiso alejarse, pero no se lo permití.
-Demian...
-ven. -afirmé mi agarre en su mano y la llevé conmigo hasta la banca más cercana que encontré. -sentémonos. -le pedí con la mayor amabilidad que hay en mí.
-pero, llegaremos tarde...
-no importa eso ahora, mejor sentémonos y me cuentas qué tienes. No me gusta esta actitud que has tenido la última semana y la verdad que me preocupo por ti.
-No tienes por qué hacerlo.
-lo sé, pero no puedo evitarlo. -me encogí de hombros y solté su mano, así dejándola sentarse. Me acomodé a su lado y esperé atentamente a que hablara.
-realmente no sé qué decir... nada en casa está bien.
-¿Algún problema familiar?
-sí... algo así.
-No tienes que dar detalles si no quieres, solo dime lo necesario, como el día del helado. -le pedí con una ligera sonrisa. Eso pareció calmarla.
-Tuve un problema con Carter, de nuevo. Esta vez... se pasó de la raya, ni él ni Charles me hablan porque fueron cómplices en el asunto de cierta manera. Mis padres no hacen nada al respecto y realmente solo he querido pasar todos los días encerrada en mi habitación.
-Desconozco el problema, pero entiendo cómo te has de sentir.
-Estoy frustrada y enojada. Odio esta situación. -se inclinó hacia el frente y llevó las manos a su rostro mientras tomaba un largo respiro. -Siempre intento mirar el lado bueno de las cosas, pero en esta ocasión, simplemente no lo logro.
-¿por qué lo dices?
-¿tú crees que soy una buena persona? -preguntó de repente, haciéndome sentir como si me hubiese perdido alguna parte de la conversación.
-claro, siempre transmites buenas vibras. -respondí sin pensarlo mucho.
-a veces siento que esto de ser buena es un defecto. -observó las palmas de sus manos, luego pasó a cerrar sus dedos y ver el suelo.
-No creo que lo sea.
-lo es, eso porque a veces no sé dónde dejar mi límite de bondad... siempre intento ayudar a todos si tengo la oportunidad de hacerlo y eso solo causa que luego se aprovechen de ello.
-¿Eso hizo tu hermano?
Julissa se limitó a asentir.
Ahora comprendía su actitud. No puedo creer que su propio hermano, alguien cercano de su misma sangre, hiciera algo como eso. Simplemente no me cabe en la cabeza cómo es que tuvo el valor de herir a su hermana de esa manera tan baja. Me cuesta creerlo incluso, pero es imposible no hacerlo teniendo a una Julissa tan dolida enfrente. No conozco a ese tal Carter, pero ya voy viendo qué clase de persona es por sus acciones.
-¿recuerdas la condición que me pusiste por lo del recorrido? -dije, cambiando de tema, de la mejor manera posible.
-¿La... condición?
-el salir solo tú y yo. -le recordé.
-oh... eso.
-¿Qué te parece si la cumplimos hoy?
-Demian, no lo sé...
-Sería una buena manera de distraernos un rato de la vida, recuerda también es viernes. Es el día ideal.
Parpadeó de manera repetitiva, asombrada.
-¿Qué dices? -pregunté. -¿te parece bien?
-yo... creo... me parece... bien. -tartamudeó, nerviosa, pero finalmente luego de un par de días, la vi dedicarme una de sus bonitas sonrisas.
-¿nos vemos en el Square Park a las 6?
Asintió y pude notar un pequeño rubor en sus mejillas. Eso también me hizo sonreír.
-¿Vamos a clase? Si nos apresuramos ahora mismo, llegaremos justo a tiempo. -sugerí viendo el reloj en mi muñeca.
-sí, vamos.
Ambos nos pusimos de pie y prácticamente corriendo, llegamos a nuestro salón justo en el segundo exacto en que la clase comenzaba. Creo que el pequeño retraso fue necesario, durante la clase pude ver nuevamente a la Julissa de siempre y eso me puso contento.
***
Desde que Charlotte regresó a California, volví a la rutina de siempre, nada más que ahora agregué el visitar al abuelo cada que tengo tiempo libre. De paso veo a mamá y por suerte, no me topo tanto con mi padre. Su presencia realmente me pone de mal humor.
Una vez acabé mis prácticas de fútbol americano, me sentí realmente cansado. Quiero dormir luego de ducharme, pero si lo hago, lo más probable es que me quede dormido y haga esperar a Julissa. No quiero que se repita lo de nuestra primera salida. Así que una vez llegué al edificio residencial y entré al apartado de la fraternidad, me decidí a ponerme más activo para olvidarme del cansancio.