Demian
Regresé a la residencia en taxi porque creo que por hoy caminé lo suficiente. Fue una tarde muy entretenida, a excepción de lo de Madelyn. Realmente me sentía sofocado con ella encima, muy incómodo también y sé que Julissa se la pasó igual o peor, así que fue lo mejor haber decidido irnos.
Subí el elevador, el cual nuevamente estaba en funcionamiento hasta el piso de la facultad. Al abrir la puerta principal todos los que habitan aquí, estaban reunidos y finalmente recordé que a las 10 había reunión. Llegué 20 minutos tarde.
-llegas tarde, pero en el momento indicado Demian. -Nuestro nuevo líder de facultad me habló desde el centro del salón.
-Perdón, lo había olvidado. -dije apenado.
-siéntate y pon atención. -de inmediato hice lo que pidió y tomé asiento rápidamente junto a un chico que desconozco un poco. -llegamos al punto más importante a tratar. Ya saben que como líder nuevo, les he dado ciertas libertades que antes no tenían y tal parece que alguien ha estado filtrando información y nos enviarán una persona para inspeccionar el edificio mañana por la mañana. Así que todo aquel que tenga cualquier cosa ilegal, más le vale deshacerse de ella inmediatamente, si los encuentran, no me haré responsable al respecto.
>>además si me entero de quién es el que ha filtrado la información, yo mismo me encargaré de él. Todos tienen hasta la medianoche para sacar todo lo que no sea aceptado en las normas de la NYU.
>>por último, tocaré otro tema... -lo seguí escuchando de manera aburrida, ahora solo hablaba de normas y cosas que ya sabíamos, solo para "aclararnos".
La verdad que no sé para qué me convocaron, yo no consumo nada de eso y por más veces que me han querido ofrecer, no aceptaré aquello. Tampoco soy quien ha delatado, así que no tengo nada de lo cual preocuparme. Más bien, lo único que tenía en mente ahora mismo era a Julissa y nuestra cita.
Realmente no me queda claro si fue o no una, no se sintió como tal, pero para cualquiera lo sería, más no me importaba, con o sin título, me la pasé muy bien. Cada vez nos llevamos mejor, hay más confianza y me da paz el tener a alguien con el que puedo hablar no solo de la Universidad, sino de varias cosas a la vez. Nada de conversaciones rutinarias o con respuestas automáticas. Todo era muy natural y sincero.
Agradeceré al universo de librarme de las garras de la loca y de paso el que Julissa no se había ido cuando salí. Sentí una punzada de culpabilidad al no verla por los alrededores.
Además de que fue divertido charlar en la azotea del edificio donde habitan mis padres. Prácticamente estuvimos arriba de sus cabezas, pero eso es algo que Julissa no necesita saber. Solo la llevé porque como dije, conozco al dueño del lugar, no creo que se enoje al saber que el hijo del inquilino más adinerado del edificio estuvo ahí.
Sin duda alguna, repetiría esta salida.
Quizá esta vez sea yo quien pida salir.
Estuve tan absorto en mis recuerdos, que no me percate cuando la reunión acabó, me di cuenta porque todos se pusieron de pie para irse a sus habitaciones. Así que hice lo mismo y me retiré para encontrarme con mi compañero de cuarto, revolviendo todo en la habitación. Aventando almohadas y cosas al suelo. Lo miré mal por unos segundos desde la puerta y procedí a aclararme la garganta.
-¿qué pasó?
-Solo reviso si nadie ha entrado a la habitación para meternos algo.
-¿meternos algo?
-sí, esconder alguna bolsita de marihuana o algo para incriminarme.
-¿por qué alguien haría eso? -alcé una ceja.
-A todos aquí les encantan las pequeñas "bromitas".
-No deberías alterarte, nosotros no tenemos ningún roce con nadie como para que nos arriesguen a una suspensión o expulsión de la NYU.
-No importa si tienes o no roces con alguien para que te hagan algo así. -se dio la vuelta y me miró mal.
-no te lo tomes a la ligera.
-Carl, tú debes ser el que debe relajarse y tomárselo tan en serio.
-Al menos revisa tu lado, nunca se sabe.
-sí, le daré un vistazo luego de darme una ducha. -dije mientras tomaba una toalla del armario.
-Bien, más te vale. -me advirtió mientras yo salía con total tranquilidad de la habitación.
***
-realmente no creí estar tan decepcionado de ti, pensé que tu etapa de rebeldía ya había pasado, ¡Incluso hicimos un trato, Demian! -Mi padre golpeó su escritorio con una de sus palmas, por lo cual ni me inmute. Me limité a mirar a otro lado.
-y lo he estado cumpliendo.
-Entonces dime porqué había marihuana en tu habitación en la residencia.
-ya te lo expliqué, no es mía, yo no consumo esas porquerías. -lo miré fijamente a los ojos. Ni siquiera así creía en mí.
-Sabiendo cuánto te gusta desafiarme, no es imposible que hagas algo de esto.
-Yo puedo hacer cualquier cosa menos eso. He sido rebelde, pero tengo mis límites.
-seguro has tenido problemas con alguno en tu fraternidad.
-no, no los tengo.
-pero no hay ninguna otra explicación de por qué eso estaba ahí.
-La pusieron por poner. No sé quién ni cuándo, pero eso no era mío.
-Siento que no debería creerte, pero es la primera vez que me causas problemas desde que entraste a la universidad, así que te lo dejaré pasar. Pero quiero que sepas que no estoy pagando una fortuna en este lugar para que continúes con tus rebeldías, te pagué la fianza y te envié abogado para que no te expulsen y será la primera y última vez que respondo por ti. -me advirtió mientras me señalaba con su dedo índice para luego salir de su oficina, azotando la puerta.
Me contuve de seguirle diciendo sus cosas, no quiero causar más problemas ya que una vez que empiezo a discutir, no puedo controlarme. Froté las sienes de mi cabeza y contuve la respiración unos momentos. Ahora eran mis padres quienes se escuchaban discutir. Incluso el abuelo comenzó a intervenir, pero no quería seguir escuchando. Salí de la oficina y me dirigí a la ventana más cercana para salir hacia la escalera de emergencia y subir a la azotea. Me senté en el mismo punto en el que Julissa y yo estuvimos anoche y tomé el suficiente aire fresco que pude.