Entre Nosotros (sc Libro 0.1)

15. Cita

Julissa

-¿A dónde vas? -Charles se asomó a mi puerta y se recostó contra el marco de ésta.

-saldré, creo que es bastante evidente. -dije señalando mi atuendo, el cual no es nada ideal para estar en la casa un viernes por la noche.

-¿quién va a cuidar a Louisa?

-Para algo tiene otros dos hermanos.

-ya habíamos quedado que hoy la cuidarías. -lo observé de reojo mientras cruzaba los brazos.

-claro, como si no lo hiciera toda la semana mientras todos se la pasan ausentes. -me di la vuelta y tomé mi bolso para guardar todo lo que necesitaré.

-Sabes que yo paso ausente porque estudio y trabajo.

-y no por eso también debes dejar tus responsabilidades como hermano mayor. Dile a Carter o en todo caso, reclamarle a nuestros progenitores, no a mí. -lo miré directamente y logré que con eso se retirara de mi habitación. Suspiré y procedí a colocarme los zapatos y tomar mi gabardina y una bufanda para finalmente emprender mi camino hacia mi segunda cita con Demian.

De verdad, me pone muy nerviosa que ya no sea una salida amistosa... es una cita. Eso es otro nivel en la escalera imaginaria de la amistad. Es muy raro, pero me entusiasma y más porque esta vez prometió que no tendríamos inconvenientes como el de Madelyn. Sé que esas cosas son impredecibles sin embargo, confío en que esta vez será diferente y evitaremos eso.

-¿te vas Juli? -Louisa me preguntó mientras permanecía sentada en el sillón, viendo atentamente un programa de ropa, como siempre.

-sí, volveré temprano para leerte un cuento. -le aseguré y me incliné lo suficiente para estar a su altura. Ella se puso de pie en el sillón y se acercó a abrazarme por el cuello.

-¿me traes algo?

-lo intentaré.

-chocolate.

-Si encuentro, te lo traigo. Ahora dame un besito.

Ella sonrió y procedió a besar mi mejilla, por lo cual sonreí y caminé hacia la salida.

-¡pórtate bien Lou!

-¡Siempre! -me respondió y finalmente me fui de ahí sin volverme a topar con ninguno de mis hermanos. Espero y resuelvan quién cuidará del pequeño terremoto.

Llegué a la esquina, en espera de no ser vista por nadie conocido. No me gustaría que se regara el chisme de que me iré con un muchacho desconocido. Eso me causaría ciertos problemas en casa y tendría que dar muchas explicaciones que prefiero evitar.

Vi a Demian a lo lejos, justo a tiempo en el lugar indicado. Noté que estaba recostado en un auto, uno evidentemente nuevo, sin embargo en ese momento me centré en él nada más.

-Justo a tiempo. -le sonreí.

-Llegué con anticipación de hecho.

-¿llevas mucho esperando?

-no realmente. -dijo y procedió a acercarse un paso. -¿puedo? -indicó queriendo tomar mi mano. Asentí un poco confundida, pero reí en cuanto la alzó y me incitó a dar una vuelta en mi lugar. -te doy un 10 el día de hoy.

-Qué considerado.

-De todas maneras no tienes que esforzarte mucho para verte bien.

-Tú tampoco. -dije admirando su atuendo. Me pareció un buen detalle a relucir el hecho de que llevaba una camisa de botones naranja, por debajo de su inigualable chaqueta de cuero.

-¿te gusta? -me preguntó, señalando la misma.

-el color.

-tu favorito. -sonrió haciéndome sonrojar. -¿nos vamos? -indicó señalando al auto que tenía detrás.

-¿Es tuyo? -pregunté ciertamente sorprendida.

-digamos que me lo prestaron...

-Es un Mustang GT 96, recién salió hace unos meses... es increíble que tengas uno en tu poder.

-¿sabes de autos? -alzó una ceja.

-más de lo que debería... ya sabes, mis hermanos. -dije ciertamente avergonzada.

-cada día aprendo algo más de ti. -sonrió y abrió la puerta del copiloto. El olor a nuevo me llamó y hasta me dio pena tener que subirme, pero lo hice luego de sacudir bien mis pies. No quiero ensuciarlo.

-¿Dónde vamos? -le pregunté una vez nos abrochamos el cinturón.

-te sorprenderé. -me guiñó un ojo y arrancó el motor. El rugido fue realmente satisfactorio de oír.

-Bien, hazlo.

***

La sala del cine estaba vacía ¿lo entienden? está vacía, para una buena película, un viernes por la noche, en Nueva York. Realmente no me lo creo en lo absoluto, pero no me quejo. Ambos tomamos los mejores asientos del lugar y esta vez, me sentía muy a gusto, podía prestarle atención a la pantalla con calma, compartir palomitas sin sentir asco y nadie había acaparado a Demian.

Esta vez lo tenía a mi lado, viendo atentamente a la pantalla, comentando de vez en cuando y sobre todo riendo. Realmente tiene una sonrisa muy bonita, sumándole al hecho de que posee un carisma increíble... Dios, deja de pensar tanto Julissa, es lindo, pero tampoco caigas tan rápido.

Cómo no hacerlo si estás en una cita con él y estás segura de que si te vuelve a pedir salir, vas a aceptar sin pensarlo dos veces.

Me gusta cómo todo fluye, pero a la vez me da pavor que se me salga de las manos y esto afecte mis planes.

-¿qué pasa? -Demian me preguntó de repente, haciéndome dejar de pensar.

-¿qué...?

-No es nada nuevo eso de que te me quedes viendo fijamente, pero me da curiosidad saber qué está pasando por tu mente. -dijo y se acomodó en su lugar, sin apartar la mirada de mí.

-no, no es nada.

-vamos, dime, en confianza.

-Me da vergüenza... -aparté la mirada hacia la pantalla, evitando que viera mi sonrojo.

-Prometo no decir nada al respecto, dime. -insistió de manera amable.

-Vinimos a ver la peli...

-podemos volver otro día a verla.

De la nada sentí la boca seca, no sabía qué hacer o decir, solo quería ver la película, pero también verlo.

-Es solo que eres lindo. -confesé sin atreverme a verle. Eso quizá lo calmaría y me dejaría tranquila.

-¿Eso es en lo que pensabas?

-sí...

-Me siento realmente halagado viniendo de ti.

-¿Ya podemos ver la peli?

-claro... -dijo y devolví mi mirada al frente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.