Julissa
Llevé dos dedos a mis labios y cerré los ojos mientras permanecía tumbada de espaldas sobre mi cama. Una sonrisa se me escapó al recordar la sensación de que Demian me besara de manera tan inoportuna.
Me gustó tanto o aún más que lo que fue mi impulso luego del partido. Realmente creí que sentiría temor al enamorarme de alguien algún día, pero teniendo a este chico maravilloso cerca... no da tanto miedo de que suceda.
***
-hola desconocida. -Demian me sorprendió tras mi espalda en la mesa.
-hola extranjero. -reí siguiéndole el juego. Él se sentó frente a mí en la mesa y dejó sus cosas a un lado.
-¿Qué tal tu primer día de clases en tu segundo periodo universitario? -me preguntó sonriente. Me alegraba verlo así. La última vez que nos vimos, cuando me robó aquel beso estaba un poco decaído. Hoy ya se veía como nuevo.
-bastante regular, he de decir.
-Lástima que no compartamos más de una clase. -torció la boca, haciéndome reír.
-sí, es raro no verte casi a diario sentado conmigo.
-No me vayas a reemplazar.
-No podría.
-¿por qué?
-es difícil encontrar personas tan bronceadas como tú. -dije y coloqué mi codo sobre la mesa, para sostenerme la barbilla en la palma. -increíble cómo es que te fuiste un solo mes y recuperaste el color que tenías cuando te conocí.
-¿qué? -me preguntó confundido.
-bueno, llegaste en la época fría del año a Nueva York y si no lo notaste, estabas más pálido.
-No te creo.
-que sí.
-no puedo creer que te fijaras en eso. Ni yo me di cuenta.
-Yo tampoco me di cuenta hasta que te vi más tostadito cuando regresaste a Nueva York. -reí. -Supongo que es normal, cambiamos de piel constantemente.
-eso sonó como si fuésemos reptiles.
-sí, un poco, tal vez. Pero sí, tenemos piel muerta que se cae sin que nos demos cuenta.
-El cuerpo humano es muy raro ¿no crees?
-lo es.
-sí, es muy complejo y los doctores tienen que conocerlo muy bien. -dijo y estiró una de sus manos por encima de la mesa hasta llegar a mi brazo sobre la misma, obligándome a bajarlo para así tomar mi mano y comenzar a acariciar mis nudillos.
-si mi padre no fuese empresario, me habría obligado a ser doctor, estoy seguro.
-no te obligó a estudiar economía ¿o sí?
-no, me gustan los números y la administración. Fue mi elección.
-Me alegra escuchar eso. Mis padres querían que alguno de sus hijos también fuera médico, pero a ninguno nos atrajo la carrera. Charles la empezó, sin embargo la dejó porque vio que no era su vocación.
-¿Qué estudia?
-Historia. Decir que se sabe toda la información de las enciclopedias sería poco.
-oye, sé que no tiene nada que ver con el tema, pero me gustaría preguntarte. -dijo de repente, sin soltar mi mano.
-¿qué cosa?
-¿te apetece algún día venir a cenar conmigo y mi abuelo? Me gustaría que se conocieran.
Parpadeé repetidas veces.
-¿cómo-? ¿No crees que es muy pronto que conozca... tu familia? Solo llevamos saliendo unos meses. -tartamudee sin poder controlarlo.
-no será conocer a toda mi familia, solo sería a mi abuelo y no tiene que ser mañana, ni este mes si no quieres, pero realmente me gustaría presentártelo.
-yo... no sé qué decir.
-Sé que no es el momento indicado para decirlo, pero igual creo que es obvio, me gustas Juli, mucho más de lo que me gustaría admitir ahora mismo y mi abuelo es realmente importante para mí y tenerlos a los dos en un solo espacio, al menos una vez, sería increíble.
Abrí la boca, totalmente incrédula. Sé que como dijo, era obvio, pero que lo admitiera en voz wlta, me hizo sentir un revoloteo interior que jamás había experimentado. Me estaba llenando de muchas ilusiones, demasiado rápido, que era lo que no quería, así que con mucho valor, tomé aire y observé nuestras manos.
-creo que estamos yendo un poco acelerados... no creas que lo digo porque no siento lo mismo, claro que sí... es solo que no quiero que por ir con prisa y arruinemos lo que esto. Me gusta lo que hemos construido, pero parece ser que solo tenemos los materiales y los planos, más no hemos comenzado oficialmente la obra.
>>claro que puedo cumplir eso, pero creo que por ahora será un no. Aunque si las cosas salen bien en los próximos meses, podría convertirse en un sí. -lo observé a la cara fin. Una sonrisa cálida me fue brindada de su parte.
-sí, te entiendo, creo que me precipité un poco... es solo que realmente nunca había sentido lo que estoy sintiendo. -sacudió su cabeza. -últimamente tengo muchas sensaciones nuevas gracias a ti... pero todo a su tiempo.
-sí, todo a su tiempo. -le sonreí.
-Entonces por ahora, déjame llevarte a cenar a un lugar bonito, solo los dos, aclaró.
Reí.
-sí, está bien.
-El viernes ¿te parece?
-Me parece perfecto. -sonreí.
-¿Te invito al almuerzo?
-no te molestes, ya me invitaste la cena. Yo invito esta vez. -le guiñé un ojo y me puse de pie para ir a la barra de comida. Él me sonrió y me siguió por detrás, bastante contento.
Luego de ese día, las citas comenzaron a ser constantes y todas muy únicas. A veces invitamos a Nelly o Demian invitaba a sus amigos. Incluso fuimos a una cita doble en una ocasión (con Nelly y Carl) lo cual fue muy divertido.
Nuestro lugar más frecuentado para ir es el cine, ambos somos muy fans de ver películas y en muchas ocasiones permanecemos solos en las salas, lo cual se me hace raro, pero no le presto mucha atención. Así disfruto más la peli y la compañía.
Demian es un chico sumamente atento y caballeroso, puedo hablar con él de mis problemas y con mucha calma. El nivel de confianza con él es casi igual al que tengo con mi mejor amiga. Ni siquiera con mis demás amigos que conozco desde mi niñez puedo hablar así. Con él me siento libre de ser yo misma, no aparentar siempre ser la chica tranquila y callada que normalmente soy. Puedo liberarme, ser un poco más expresiva sin miedo alguno. Soy muy extrovertida a su lado.