Entre Nosotros (sc Libro 0.1)

20. Otro paso

Demian

Bajamos del taxi y prácticamente corrimos dentro del hospital. Todo este tiempo, sosteniendo la mano de Juli. Aunque me tranquilizaba mucho, no lograba mantenerme 100% sereno. No sabía el estado de mi abuelo. No recibí detalles del accidente, solo que fue a dar una vuelta con el chofer y un auto impactó con ellos. A su edad es sumamente peligroso pasar por algo así. No me podría calmar hasta verlo a la cara y que me hable. No sé qué sería de mi vida sin mi abuelo presente.

Pregunté por él en la recepción y corrí hacia el lugar indicado, encontrándome a mi madre en el camino, no me sorprendió no ver a mi padre por aquí. Sus negocios siempre parecen ser más importantes que su familia, aunque involucre a su propio progenitor. A veces pienso que solo está esperando que algo le pase al abuelo para así quedarse con toda la herencia.

-¿Dónde está? -le dije sin saludarla. No lo creí necesario y que ella comprendería mi prisa.

-Está a dos puertas de aquí. Se encuentra totalmente estable y lúcido. -me indicó y asentí, ciertamente aliviado. -tengo que ir a arreglar algo a recepción, te veo en un rato hijo. -ella tomó mi rostro y me dedicó una sonrisa tenue antes de alejarse rápidamente.

-creo que te esperaré aquí afuera. -Julissa dijo una vez nos encontrábamos solos en el pasillo, justo frente a la habitación indicada por mi madre.

Me giré a verla y tomé su mano nuevamente. La alcé y besé el dorso de ésta

-Espérame un segundo aquí ¿sí?

Ella asintió y procedí a entrar en la habitación.

Encontré al abuelo sentado en su camilla, con un libro en manos. Tenía algunas cortadas en el rostro y brazos, pero a parte de eso, parecía estar completamente bien.

-abuelo. -Lo llamé. -¿cómo estás?

Dejó su libro a un lado y me observó.

-Todavía le queda mucha vida a este roble viejo.

-¿qué fue lo que pasó?

-Fui a tomarme un café por ahí cerca. En el regreso había mucho tráfico, una moto impactó contra un auto y éste golpeó el nuestro. Se rompieron las ventanas del lado del conductor. Ronald se llevó la peor parte, yo solo recibí un par de rasguños. -explicó con mucha calma.

-¿cómo está él?

-creo que bien, solo quedó algo herido.

-Me alegra que solo fue un susto.

-Me sorprende que no llegaras todo histérico.

-logré calmarme en el camino. -le informé.

-eso es algo raro en ti... -entrecerró los ojos.

-¿crees que no tengo autocontrol?

-Es que no lo tienes Demian. -declaró. -a veces puedes llegar a ser un poco dramático.

-Bien, no tengo mucho, pero no soy dramático.

-lo eres. Seguro tu madre tuvo que ver con que estés totalmente sereno.

-tal vez un poco...

-¿un poco nada más? no creo que tengas la suficiente madurez emocional para haber hecho la mayor parte del trabajo.

-Alguien más me ayudó... y de hecho está afuera. Me gustaría que la conocieras, pero no ahora.

-¿es una chica? -Asentí. Eso lo hizo sonreír. -En ese caso, me gustaría conocer a la joven que te mantiene tan sereno. Invitala a una cena, cuando ella quiera, así no tendrá que verme en este estado.

-ya se lo pregunté una vez... hace un tiempo y creo que no le pareció mucho.

-¿hace cuánto se lo dijiste?

-Unas semanas.

-Tal vez ya ha cambiado de opinión. ¿La has hecho probar tu comida?

-no la verdad.

-Es la ocasión perfecta.

-Bien... se lo propondré, pero no ahora mismo.

-Bien, lo que tú digas. Ahora vete, estoy bien. Me darán de alta dentro de un rato. Tu madre está encargándose de esto.

-¿seguro?

-Sí Demian, además tienes a alguien esperándote afuera. Llévatela de aquí. Un hospital no es un lugar donde llevas a una dama. -dijo y volvió a tomar su libro. Hizo un gesto con su mano, indicándome salir y así lo hice luego de despedirme.

Juli se encontraba sentada en el suelo, viendo al fondo del pasillo, pensativa. Salí por completo de la habitación, ella pareció no percatarse. Me recosté contra la pared detrás de mí y aclaré mi garganta. Esta acción finalmente la hizo regresar en sí misma y alzó la mirada.

-¿nos vamos?

-ah... claro. -dijo y le tendí una mano para ayudarle. -¿cómo está él?

-prácticamente intacto.

-Me alegra escuchar eso.

***

-No hay necesidad de que me acompañes hasta el edificio. Aquí estoy bien. -Julissa me dijo una vez nos encontrábamos en la esquina que apodé "nuestro punto de encuentro" ya que es donde siempre la recojo para nuestras citas.

-Déjame acompañarte a la entrada del edificio, solo por esta vez.

-no me gustaría que alguien nos vea... no es que me avergüence de ti, ni nada por el estilo... es que mi familia todavía no lo sabe y... no quiero que se entere por terceros.

-lo sé, comprendo eso pero sabes que si cualquiera pregunta con decir que soy un amigo que te encontraste por casualidad basta.

-No es tan sencillo... pero te prometo que les diré en su momento.

-sí, paso a paso. -suspiré. -pero antes de que te vayas, ven conmigo.

-¿Qué haces Demian? -soltó una pequeña risa nerviosa mientras la jalaba a la vuelta de la esquina. Busqué bien con la mirada hasta encontrar el lugar ideal.

Nos adentramos en un pequeño callejón y miré que nadie estaba cerca. Juli me miró confundida y también observó a su alrededor.

-¿qué hacemos aquí? -me preguntó.

-bueno... ya que no quieres que nadie nos vea, supongo este es el lugar ideal para terminar algo que quedó pendiente antes de que nos interrumpieran. -Tomé su rostro con una de mis manos y nos acerqué mutuamente. Sus ojos me observaron expectantes, parpadeando repetidas veces de manera rápida y con la respiración ligeramente acelerada.

>>no sabes las ganas que tengo de besarte, de la manera que corresponde.

-¿sin que nadie interrumpa?

-Sí y que dure el tiempo necesario para saborear tu boca. -Susurré una vez nuestras narices se tocaron.




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