Entre Nosotros (sc Libro 0.1)

22. Nuevos Escalones

Demian

-¿De qué gustaban hablar? -pregunté una vez me encontraba frente a los padres de Julissa. Su padre me intimidaba un poco, pero no lo he demostrado en toda la noche.

-precisamente sobre Julissa. -Él comenzó.

-Hace ya un par de meses sales con nuestra hija, cierto. -su madre le siguió.

-Así es.

-De cierta manera nos parece poco prudente que salieran a nuestras espaldas, pero dejaremos ese tema de lado. -realizó una pausa y continuó. -Como sus padres, nos preocupamos por su bien y su futuro, queremos que siga el plan de vida que hemos ideado para ella y tener un pretendiente no forma parte de esos planes.

-lo sé, lo comprendo totalmente, tampoco estaba en mis planes conocer a nadie tan pronto, pero le aseguro que dentro de mis intenciones no está el intervenir en ningún plan.

-Me podrías aclarar tus intenciones con Julissa.

-como quizá habrá notado durante la cena, Señor Kinsely, mi interés por Julissa es muy grande, me ha parecido una chica espectacular desde el primer día y mi intención principal es tenerla a mi lado, más que una amiga. Aunque estaría de acuerdo si prefieren que mantenga distancia. Lo intentaría de la mejor manera posible.

-Muchacho, mi esposa y yo por igual nos hemos llevado... una grata impresión tuya, sin embargo eso no significa que estemos del todo convencidos de que eres lo más conveniente para ella.

-sí, comprendo su desconfianza.

-Solo te vamos a pedir una cosa. -miré a la mujer. -Así como tú tienes un futuro, ella también lo tiene y si de verdad quieres lo que dices, espero no vayas a estropearlo.

-claro que no lo haré.

-Espero que quede claro que, esto. -El señor Kinsely señaló a nuestro alrededor. -No es un sí definitivo, pero tampoco es un no rotundo. Puedes salir con nuestra hija siempre y cuando demuestres un buen comportamiento.

-No lo decepcionaré.

-Bien, podemos regresar con los demás. -La señora Kinsely declaró y señaló la salida de la cocina.

Julissa y sus hermanos se encontraban recogiendo la mesa. Amablemente le quité los platos de la mano de Juli y los llevé a la cocina por ella. Ésta me siguió y en cuanto los dejé sobre el lavado, me tomó del brazo y me giró en el mismo lugar para poder verme a la cara.

-tengo dos cosas por hablar contigo. -indicó, así que me recosté contra el mesón de atrás y la vi.

-dime las dos cosas.

-En primer lugar, ¿por qué no me dijiste que tu familia está forrada de dinero? Y en segundo, ¿Qué hablaste con mis padres y cómo es que te has portado tan espléndido hoy?

-Esas son tres cosas Juli.

-eso no importa, responde.

Suspiré y sonreí ligeramente para lucir lo más relajado posible.

-Lo primero es que no es algo que me gusta gritar a los cuatro vientos, no planeaba decírtelo de esta manera, esperaba no preguntaran al respecto, pero me sumó puntos con tus padres. Creí que decírtelo podría haber cambiando tu forma de pensar y no quería eso.

>>lo de tus padres, no fue mucho, pero los impresioné y en pocas palabras, están de acuerdo con lo nuestro aunque creo que estoy a prueba y finalmente simplemente saqué a relucir mi esplendor a su máxima capacidad. -le dije y tomé su barbilla.

-no creo que el que me dijeras de tu economía me habría hecho verte diferente. Me sorprende, claro, pero no por eso siento que me gustas más o menos.

-Muchos se acercan por interés, lo hago por seguridad.

-sí... tiene sentido.

-igual ¿podemos hablar de lo feliz que me siento porque les di una buena impresión a tus padres?

-Me ponía nerviosa que no fuera así, no debí dudar de ti. Realmente eres... increíble.

-y maravilloso.

-eso también. -sonreí junto a ella.

-creo que escalamos muy bien el nuevo escalón. -tomé su barbilla y me acerqué a su oído. -Solo me hace falta darte el beso de tu vida.

-¡Demian! -ella rió nerviosa mientras me apartaba por el pecho.

-creo que es falta de respeto el que ustedes estén solos en un espacio cerrado sin un chaperón alrededor. -Charles apareció en la cocina con el resto de trastes sucios.

-Charles, no estamos en el siglo XIX. -Juli se quejó.

-sí, lo sé, ahora estamos en los 90, pero creo que esas costumbres no deben perderse. Así que, tú mantén tu distancia. -su hermano me señaló. En su cara se ve que no le agradé tanto como a sus padres.

-Charles, parece que no te he dado la mejor impresión posible ya que creo que piensas que podría hacerle algo a Julissa.

-creo que podemos dejar las formalidades de lado. -Me habló de manera poco agradable.

-aclaro, crees que realmente estoy en lugar de hacer algo inapropiado con Julissa, cuando nos encontramos bajo el mismo techo con su familia. Aunque estuviéramos en otro lado, eso no pasaría porque la respeto lo suficiente. -aseguré.

-aunque lo digas, no confío en ti ni en tu palabra, no me importa que tu familia nade en dinero, eso no cambiará mi posición contra ti.

-¡Charles! -Juli lo regañó.

-tranquila, déjame lo manejo yo. -le aseguré a Juli en un susurro tomando su mano y besando el dorso de ésta para luego alejarme junto con su hermano. -Charles, mira, quiero llevar las cosas de manera pacífica. Sé cuánto te importa tu hermana y por eso pienso hacer esto de la mejor forma. Por algo vine a conocerlos, creo que ya no muchos se atreven a hacerlo.

-bueno, quizá sea así, pero apenas te conozco ¿Cómo sé que eres lo correcto?

-Iremos conociéndonos con el tiempo y lo que creo que asegura que soy lo correcto es que Julissa es lo bastante madura para hacer buenas elecciones, es una chica lista y astuta, seguro la conoces mejor que yo en eso. Solo, confía en su elección esta vez. Ya obtuve la aceptación de tus padres, sé que me ganaré la tuya de alguna manera.

-No te creas tan listo, créeme que no será nada fácil. -me advirtió llevando un dedo a mi pecho. -con un par de palabras bonitas no te ganarás mi respeto y mucho menos mi aceptación.




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