Entre Nosotros (sc Libro 0.1)

27. Confort

Julissa

Dos meses después...

Me dejé caer, cansada, al lado de Demian. Traté de recuperar el aliento mientras me secaba el sudor de la frente. El lugar se sentía lleno de vapor y como no después de... ya saben qué. Sonreí y lo volteé a ver. Éste se me acercó y me abrazó. Hundió su cara a un costado de mi cuello y rodeó mi cintura. Su piel desnuda ardía ligeramente contra la mía, pero se sentía muy bien.

-Quisiera quedarme aquí para siempre. -dijo contra mi cuello. Acaricié su cabello, completamente revuelto y reí.

-Yo también.

-¿Quieres hacerlo otra vez? -alzó la cabeza y me miró.

-ni lo pienses, tengo que irme antes de que vengan a correrme porque se acabó la hora de visitas.

-puedo chantajear a John para que te deje pasar la noche.

-no, nada de chantajes Demian.

Hizo un puchero como respuesta.

-me das una tarde completa de placer y me dejas tirado como trapo.

-en serio que eres dramático.

-Es que me gusta estar así, los dos solitos, sin ropa...

-a mí también, pero no quiero que chantajees a nadie y además tengo responsabilidades por hacer. -le dejé un pequeño beso y me puse de pie. Demian me jaló de inmediato de vuelta a la cama.

-Solo quédate otro poco más... -me abrazó nuevamente.

Reí.

-Bien, solo unos minutos. -acepté devolviéndole el abrazo y comenzando una pequeña sesión de besos para calmarlo.

Acabamos haciéndolo de nuevo a fin de cuentas. Al menos después de eso finalmente me dejó ir y con dejar ir es llevarme a mi casa. Jonathan, el encargado del edificio, nos miró algo extrañado, pero luego nos ignoró y nos pasó por alto porque salimos antes de que se acabara la hora de visitas.

Nuestra relación con Demian realmente creo que se encuentra en su mejor etapa diría yo. No solo por tener ahora vida sexual, es porque las vibras entre nosotros se han convertido en algo nuevo, se sienten diferentes, muy buenas. No hay tensiones y si hay desacuerdos, siempre nos comportamos y los resolvemos como adultos.

Hay más confianza, mucho cariño y muchas sonrisas.

Ambos también vamos excelentes en cuanto a la universidad y eso enorgullece a mis padres, quienes creían que al tener pareja, dificultaría el estudiar o concentrarme. Los dos siempre nos damos nuestros espacios, ahora más que nunca ya que cada vez todo se va poniendo difícil.

Estoy muy contenta por tener tanta suerte con él.

Llegué a casa y estaba vacía. Carter había llevado a Louisa a pasear, mis padres, claramente estaban trabajando, así que estaré sola. Decidí tomar una ducha ya que tengo cosas por hacer y bueno, después de haber sudado tanto, lo necesitaba para sentirme fresca. Lastimosamente el aroma de Demian se me quitó de encima, pero no es como que no pueda volver a obtenerlo luego.

Fui a la cocina por un bocadillo y una bebida, me sentía deshidratada y quiero evitar volver a tomar esos sueros diluidos que sabe a agua con sal.

Saqué una lata de atún para prepararlo y al lograr abrirla, percibí el aroma sumamente fuerte. Eso me revolvió el estómago. Revisé la fecha de vencimiento, estaba bien, todavía tenía un par de meses de vida, pero sentí como que no. Decidí dejarlo a Carter. A mí me quitó el apetito, tomé una galleta salada y un vaso de jugo para irme al salón para poder comenzar con mis deberes.

Alrededor de una hora después, no soportaba el dolor de cabeza y sentía tensa la espalda. Últimamente he estado cargando con mucho estrés, más que nada lo atribuyo a una clase en donde la profesora nos está haciendo la vida imposible. Lleva los últimos meses torturándonos. Aunque gracias al cielo en unas semanas no la volveré a ver porque acabaré su clase y seguiré con mi vida.

Me levanté del sillón e incluso sentí que se me bajó la presión, me mareé, pero se me pasó rápido. Me dirigí al baño, directamente al botiquín y busqué un relajante muscular y un ibuprofeno para calmar las palpitaciones de mi cabeza. Tengo suerte de que mis padres consiguen muestras gratis de medicamentos que sirven de mucho en casa.

Al encontrar ambas cosas, miré la puertecita del botiquín, en donde dos calendarios del año permanecían pegados. Son los que mamá y yo usamos para marcar nuestros periodos. El mío lleva sin marcar hace más de mes. No se me hizo raro, estoy pasando por un cuadro de estrés y nunca he sido regular... pero de igual manera me sentí paralizada al ver una prueba de embarazo en el fondo del botiquín cuando intenté acomodar todo.

No, no creo que sea por eso mi atraso. Solo estoy paranoica. No es la primera vez que supongo que esto me podía pasar... aunque antes era virgen... Este dolor de cabeza me está matando.

Cerré el botiquín y fui directo a la cocina por agua. Tomé ambas pastillas y comencé a prepararme un té. Tengo que tomarme las cosas con un poco más de calma o mi periodo no bajará.

Semanas después...

Mi vientre llevaba doliendo todo el día y no había ni una sola gota de sangre. Quizá debería decirle a mamá... pero no quiero que sepa de Demian y de mí. Eso sería vergonzoso. Los granos en mi frente picaban, me aguanté a no rascarlos. Realmente todo me indicaba que me iba a bajar. Mis cambios de humor, mis pechos dolientes, mi espalda igual, mis espinillas, piel grasosa, aunque esta vez siempre andaba antojada de comer cosas saladas y con muchos dolores de cabeza.

Llevo las últimas semanas así y de verdad que me estaba comenzando a preocupar. Demian lo ha notado pero mis excusas siempre son el estrés porque he estado muy apegada a que es por eso.

Pero si no lo es... no, no quiero pensar en eso y el problema que sería. Siempre hemos usado protección y estoy en planeación para tomar pastillas, así que no.

-No tienes buena pinta. -Carter me dijo mientras yo me retorcía en el sillón en la espera de algo de flujo rojo.

-pues me está por bajar ¿crees que eso me va hacer querer arreglarme y sonreír? -le pregunté.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.