Julissa
Esperé pacientemente en mi habitación mientras mis padres hablaban con Demian en el salón. No me encontraba muy preocupada, papá dijo que se lo tomaría con calma, aunque no pienso lo mismo de mi madre, ella no se tomó demasiado bien la noticia, pero mi padre habló con ella y dijo que sería civilizada. Sé que le están preguntando cosas sobre el futuro y eso lo discutimos juntos, así que él no tendrá problemas para responder.
Carter también estaba ahí, él si está furioso y más que nada decepcionado de Demian porque le caía bien, pero le dejé claro que esto no fue su culpa ya que crear a un bebé es cosa de dos. Solo queda Charles por enterarse... con él sí que será difícil lidiar ya que todavía no se lleva muy bien con mi novio. no es algo de lo que quiero pensar. Lo único que me mantiene ansiosa ahora mismo es saber cómo le fue a Demian con sus padres.
Ayer dijo que iría a hablar con ellos solo, que no quería involucrarme en ningún pleito porque sabe muy bien cómo es su padre y por lo poco que he visto de su actitud, ya puedo imaginarme qué habrá sucedido.
Louisa no paraba de hacerme preguntas. Fue un poco complicado explicarle la situación, pero comprendió el mensaje que es que tendrá un sobrino o sobrina. Ahora no sé cómo responder a tantas dudas. Solo tiene 6 años para entender ciertos temas, así que no puedo responder el cómo llegó el bebé dentro de mí.
Escuché golpecitos en mi puerta y corrí a abrir, Demian me recibió con una pequeña sonrisa. Tal parece que no le fue tan mal lidiando con mi familia.
-¿todo bien? -le pregunté.
-sí, recibí un gran sermón de tu madre porque ya ves que había dicho que no interferiría en tus planes de vida, pero me terminó diciendo que al menos le alivia el hecho de que me haré cargo.
Procedí a abrazarlo.
-Tuvimos un poco de suerte.
-Sí, espero que Charles no me vaya a asesinar porque creo que Carter ya se imaginó mil escenarios en donde me torturaba lentamente.
Reí.
-Lidiaremos con él juntos.
-Damián, Juli me dijo que tiene un bebé dentro que es tuyo también y no me quiere decir cómo entró a su barriga. ¿Se lo comió?
-¡Louisa! -La reprendí avergonzada mientras me separaba de mi novio.
Demian por su parte, soltó una risa y se agachó hasta estar a su altura.
-Mira, es complicado de explicar, pero no, no se lo comió. Lo que pasó fue que una noche, nos dijimos cuánto nos amábamos e hicimos algo más que llamaremos, el proceso de crear bebes... empezó y luego comenzó a dar una larga aunque sencilla explicación que implicaba abejas y polen. Me pareció muy graciosa, pero tierna. Eso logró calmar sus dudas y me brindó un gran alivio.
-¡Mami, papi, Damián ya me dijo cómo se hacen los bebés! -mi hermanita gritó mientras corría por el pasillo. Escuché un alarido de horror por parte de mi madre, pero pareció calmarse cuando Lou comenzó a repetir la explicación de Demian.
-De verdad que no se le queda mi nombre. -Demian suspiró.
-Sí y sé que odias que lo digan mal, pero a ella es a la única que se lo dejas pasar.
-Solo me muestro comprensivo ante su edad.
-Realmente sí tienes todo el material para ser un padre increíble. -rodeé su cuello con mis manos y lo sentí rodearme la cintura.
-puedo decir lo mismo de ti. Ahora tus instintos de madre, sí serán porque eres madre. -sonrió y se acercó a mi rostro para dejarme un pequeño beso. Realmente me hace feliz que él esté contento por todo esto. Ayuda a que me olvide de mis preocupaciones y temores.
-¿Cómo te fue con tus padres? -le pregunté finalmente.
Suspiró.
-no te preocupes por eso ¿sí?
-Solo quiero saber qué pasó.
-No es importante.
-Sí lo es, Demian.
-Ocurrió lo que se esperaba. Papá, hecho una furia y mamá no dijo mucho. Aunque el abuelo está contento y hay algo que hizo por nosotros. -sonrió restándole importancia al asunto anterior y procedió a hurgar el bolsillo de su pantalón hasta sacar una llave solitaria y entregármela.
-¿Una llave?
-de nuestro apartamento.
-¿Nuestro... qué? -lo miré incrédula.
-lo sé, es impactante pero el abuelo nos lo regaló con al menos 3 años de renta pagados porque no se lo quisieron vender.
-¿nos?
-Sí, en algún lugar tenemos que criar a nuestro bebé. -acarició mi mejilla mientras yo seguía totalmente pasmada.
-yo... no sé qué decir.
-No hay prisa de nada, yo ya estoy llevando mis cosas de la residencia y tú puedes mudarte cuando te sientas lista. Yo iré adecuando el lugar para los dos.
Me giré dentro de la habitación y corrí a buscar en mi cajón de mi buró mis llaves actuales. Ahí tenía mi llavero de naranja, ese primer regalito que Demian me dio. Lo zafé del resto del manojo de llaves e inserté la nueva de inmediato. Sonreí mostrándole.
-el llavero perfecto. -dije.
-lo es. -hizo una pausa y se acercó a besar mi cabeza. -ya se lo dije a tus padres por cierto, así que nada más queda a libertad tuya elegir cuándo mudarte. Eso sí, esa oferta está disponible por los próximos 6 meses, porque luego de ese plazo, aunque sea a rastras te llevaré a ti y nuestro bebé conmigo.
-No creo que sea necesario que nos arrastres. -reí.
-lo digo solo en caso de emergencia.
-¿Qué te parece en vacaciones?
-¿el qué?
-que si cuando acabemos este semestre me ayudarías a mudarme. -le aclaré. Su sonrisa se ensanchó en su totalidad.
-Por supuesto que sí. -se agachó a rodear mi cintura y procedió a levantarme del suelo y sacudirme. Solté una carcajada y me dejé llevar por la euforia del momento.
Creo que no tengo nada de qué preocuparme, tengo a un chico increíble a mi lado y veo un futuro muy prometedor para ambos.
3 meses después...
-¿cómo va ese pequeño? -el abuelo Anthony me preguntó mientras muy respetuosamente colocaba su mano en mi vientre.
-Todo bien, aunque las náuseas me están matando. Este niño realmente quiere causar problemas a toda costa. -dije y suspiré.