Entre Nosotros (sc Libro 0.1)

32. Loco Enamorado

Demian

5 meses después...

Miré al calendario la fecha de hoy y taché otra semana más de vida. Hoy se cumplen 6 meses exactos desde que Juli y yo perdimos a nuestro pequeño Adam. Su carita aún se encontraba grabada en mi cerebro y no pensaba olvidarlo nunca.

A veces pienso que su existencia sólo tenía un propósito y ese era separarme de la relación tan tóxica y mala con mi padre. Gracias a él, nos desligamos y vivo una vida muy tranquila con él ya muy lejos, así que si realmente el destino nos lo envió para eso, cumplió con su cometido y siempre le voy a estar agradecido.

Fui a clases, como de costumbre. No vi a Juli en ningún momento. Actualmente son muy pocas las veces que nos encontramos dentro del campus, tal vez en el almuerzo, pero no podemos hacerlo todos los días. Me da mucha nostalgia pensar que hace ya más de dos años que nos conocimos en esa primera clase de Historia.

Siempre me dijeron que me alejara de los vicios, pero nunca me advirtieron de esos bonitos ojos café que me cautivaron, iba a ser uno.

Al final de la jornada, esperé más o menos una hora en el estacionamiento. Al ver a Juli acercarse, sonreí y le ofrecí el muffin que compré para ella.

-me vas a engordar con tanto pan. -me dijo mientras lo tomaba.

-Es que son muy buenos.

-Vas a terminar haciendo millonarios a los de esa panadería si les sigues comprando.

-Ya soy cliente frecuente. No tengo que hacer filas. -me encogí de hombros. -¿vendrás hoy al apartamento?

-sí, creo que este fin de semana me quedaré contigo, pero hoy tengo que cuidar a Louisa. Su niñera renunció.

-¿ya espantó a otra?

-Ya sabes cómo es.

-Pero no es tan difícil cuidarla.

-tal vez porque te ama y a las niñeras no.

-bueno, podría ser. -admití orgulloso de escuchar eso.

-Mejor vayamos por ella. -me indicó besando mi mejilla y abriendo la puerta del auto.

-¿por qué no me dejas ser caballeroso? -me quejé.

-soy una mujer muy independiente. -dijo y entró al auto.

Negué con la cabeza y rodeé el auto para poder subirme al lado del copiloto y dirigirnos a donde sus padres.

***

-Buenas noches... -Louisa susurró, prácticamente dormida sobre la cama.

-descansa. -Besé su cabeza y la cubrí bien con la sábana antes de retirarme de la habitación. Regresé al salón con Juli y me senté a su lado en el sillón nuevamente. Rodeé sus hombros con mi brazo y dejé un pequeño beso en sus labios.

-¿se quedó dormida ya?

-sí. Parecía exhausta.

-como no si anduvo corriendo por todas partes contigo.

-Ese era mi objetivo al jugar con ella.

-Parece que te funcionó. Le gastaste todas las energías.

-Ahora creo que sería muy justo gastarle las energías a su hermana ¿no crees? -me acerqué a su oído.

-Ya vas tú con tus insinuaciones. -rió apartando su cabello para dejarme libre el espacio en su cuello.

-no sueles quejarte de ellas otras veces. -acaricié su cuello con las llevas de mis dedos con lentitud y la vi.

-Es que hoy ha sido un día pesado.

-bueno, sería una buena manera de liberar estrés. -besé su cuello y la vi sonreír ligeramente.

-pueda ser...

-¿has estado tomando tus pastillas? -me alejé de ella y tomé un mechón de su cabello para jugar con él.

Asintió.

-no quiero que nos pase lo mismo otra vez...

La abracé y la dejé acomodarse en mi pecho. Sé que se refiere a no perder otro bebé.

-no volverá a pasar, te lo aseguro. Tendremos una hermosa familia en el futuro.

-¿cuándo crees que será ese futuro?.

-cuando estemos listos.

-¿crees que habríamos sido buenos padres? Para... Adam. -dijo luego de un ligero silencio. Recosté mi cabeza sobre la suya y miré a la nada enfrente nuestro.

-ya me lo haz preguntado mil veces y para las mil veces siempre tendré la misma respuesta, no seríamos perfectos, pero creo que lo habríamos hecho bien. Más que nadie tú con tu "instinto maternal prematuro". -reí.

-no te burles. -Golpeó ligeramente mi pecho.

-No lo hago.

-parece.

-Juli... -La llamé y guardé silencio unos segundos.

-dime. -se separó un poco de mí y me vio a la cara.

-yo... realmente, me gustaría que volvieras a vivir aquí.... tenerte ocasionalmente, dos o tres días seguidos está bien, lo entiendo, aún te cuesta un poco, pero...

-quieres que vivamos juntos en su totalidad otra vez.

Asentí algo apenado.

-lo he estado pensando y creo que...

-¿qué, Demian? -Me incitó a seguir hablando.

Sentí mis manos picar y apreté los labios. No sabía cómo decirlo. Aunque con ella no me cuesta expresar lo que tengo en mente, esta vez me es difícil soltarlo.

-¿Qué has estado pensando? -volvió a hablar en cuanto me quedé callado.

-espera, déjame... déjame relajarme. -le pedí y ella soltó una risa. -no te rías, no es divertido, intento decirte algo serio.

-contigo no puedo ser seria la mayor parte del tiempo. Solo dilo como te salga, no importa. Esta relación se ha basado en mucha confianza y buena comunicación. Tú puedes. -golpeó mi hombro sutilmente haciéndome sonreír.

-Bien... solo... espera. -Tomé aire y me puse de pie.

-¿qué haces? -preguntó en cuanto me arrodillé frente al sillón.

-Sabes que te amo tanto como a mí mismo ¿verdad? -dije y tomé sus dos manos.

-pues... Claro que sí. Has estado siempre que te necesito... y no me has dejado sola nunca, eso me lo ha demostrado.

-¿y tú me amas?

-La pregunta es algo ridícula, lo sabes.

-Solo quiero escucharlo de tu boca.

-Bien. -Rio. -sí, te amo demasiado.

-Bien, ese era el incentivo que necesitaba. -asentí con la cabeza y llevé una de mis manos al bolsillo de mi pantalón.

Saqué el anillo entre mis dedos y se lo puse enfrente. Me miró con completa sorpresa, con la boca abierta intentando decir algo, pero parecía tener la mente en blanco. Mordí mi labio inferior, nervioso, incluso noté mis manos temblar un poco y sudar bastante. A pesar de que llevo planeando esto por semanas, ya estar haciéndolo era muy diferente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.