Demian
-Siento que en cualquier momento voy a reventar como frijolito. -Juli se quejó recostándose en el sillón.
-ya casi estamos en la última etapa, ya se te pasará. Me acerqué a ella y me senté sobre el suelo. Tomé su camisa y la alcé hasta la altura de su pecho, dejando al descubierto su pancita de casi siete meses que comienza a ser bastante evidente. Sonreí y dejé un beso al lado de su ombligo.
Me alegra haber llegado hasta esta etapa.
-He estado pensando en nombres.
-¿puedo escuchar las opciones?
-son muchas, pero... hay uno en específico que en cuanto lo escuché, dije "Este es el indicado"
-Entonces ya lo tienes decidido. -declaré.
-bueno, ya habíamos hecho un trato, yo los nombro, tú le das el apellido.
-Bien, ¿Cuál será el nombre de nuestro pequeño?
Una sonrisa se formó en sus labios.
-Rubén... Rubén Roberts. -declaró y me miró. -¿te gusta?
-Independientemente de si me gusta o no, ya lo tienes decidido. -suspiré y recibí un golpe con uno de los cojines.
-claro que me importa tu opinión. Solo dime si te gusta o no.
Reí y nuevamente acaricié su vientre.
-Me encanta. Suena como un hombre exitoso. -admití.
-lo será. Todo porque tendrá al mejor papá del mundo.
-y la mejor mamá también.
-quizá. -rió y luego se quedó quieta por completo. -¿sentiste eso? -dijo.
-¿el qué? -pregunté y ella tomó mi mano, la que aún permanecía en la parte media de su vientre y la movió hasta la parte inferior. Sentí un movimiento, más que eso, un golpe y fue como si se me cortara la respiración por un instante.
-está pateando... -Juli sonrió y yo no me pude quedar atrás.
-sus primeras pataditas.
Asintió y sus ojos se cristalizaron. Me acerqué y procedí a besarla con mucha alegría, sin despegar mi mano de su vientre y luego sentí dos patadas más.
-creo que está feliz. -me dijo.
-o enojado. -reí.
-para mí que está feliz.
-Adam ahora mismo ha de estar viéndonos, también contento. -dije uniendo nuestras frentes.
-Estoy muy segura de eso también.
-te amo... los amo. -Me corregí a mí mismo.
-nosotros también te amamos. -sonrió y nuevamente nos besamos.
***
-Respira Juli, ya falta poco. -La calmé mientras ella tomaba mi mano. O al menos eso intenté.
-ya se comenzó a asomar la cabeza. -un doctor me indicó y casi no pude contener mi felicidad.
-¿ya se ve? -Juli me preguntó, cansada y asentí.
-Bien, ahora comience a pujar. -le indicaron y sentí que Juli iba a romperme los dedos de la mano con su apretón. Sé que este dolor no se comparaba con el que ella estaba sintiendo al intentar sacar un ser vivo de su cuerpo, así que lo soporté lo mejor que pude mientras le daba palabras de ánimo y le secaba el sudor.
Creo que eso la ayudó bastante, no estaba alterada y mantuvo su concentración en el parto. Al escuchar un llanto fue cuando finalmente se pudo relajar y soltar un poco el agarre de mi mano. La miré, con mis ojos nublados y ella me sonrió muy contenta.
-¿quiere el padre cortar el cordón? -me indicaron y aunque no quería soltar la mano de Juli, ella asintió y me dejó ir.
Miré a mi hijo por primera vez, en manos del doctor, éste lloraba sin parar, era tan pequeño... no quería despegar la mirada de encima. Me indicaron cómo y dónde cortar y así lo hice, con temor, pero lo logré.
-felicidades, es padre de un saludable varón. -el doctor lo envolvió en una pequeña manta y me lo entregó.
Sentí mis manos temblar al recibirlo y solo pude agradecer mentalmente al destino por finalmente darme la oportunidad de ser padre al fin. Caminé hasta Juli y se lo coloqué en sus brazos. Lo tomó y procedió a llorar junto a mí.
-se logró. -le dije.
-Somos papás. -sonrió y asentí.
-Bienvenido al mundo exterior, Rubén. -sonreí y acerqué mis dedos a su manito. Por inercia, sus deditos rodearon mi dedo índice, mi corazón se encogió y devolví mi mirada a Juli para luego besarla.
***
-sigo sin creerme que hace menos de un mes me enteré que iba a ser tío y ya lo soy. -Carter dijo mientras yo cargaba a Rubén dormido en mis brazos. Él veía atentamente al niño, fascinado.
-¿Qué tal está Juli? -El señor Kinsely me preguntó.
-durmiendo. Está exhausta, la dejaré dormir hasta que le dé de comer a Rubén otra vez. -le informé.
-¡Quiero verlo! -Louisa saltó repetidas veces en su lugar.
-lo puedes ver, pero no hagas ruido o lo vas a despertar. -le indiqué y ella asintió de acuerdo antes de que yo me agachara a su altura para permitirle ver a su sobrino.
-Es muy chiquito.
-lo es y por eso hay que tener mucho cuidado.
-Demian, ¿podemos hablar contigo en privado? -El señor Kinsely me dijo y asentí.
Intenté darle a Rubén a Carter, pero él se negó rotundamente alegando que le daba miedo cargarlo porque era muy pequeño. Negué con la cabeza y decidí llevarlo conmigo a la cocina junto con mis suegros.
-No sé ustedes, pero me da un deja vu hablar en la cocina los tres a solas. -dije recordando la vez que cené con ellos por primera vez y pidieron lo mismo. La diferencia es que ahora ya estoy casado con su hija y cargando a su nieto..
-Demian, creo que desde que nos enteramos de todo esto. -indicó señalando a Rubén y evidentemente a mi anillo de bodas el cual nunca se separa de mí. -No hemos tenido la oportunidad de hablar bien las cosas.
Suspiré.
-están en toda libertad de palabra.
-creo que de cierta manera les debemos una disculpa... -esta vez la señora Kinsely habló. -sobreactuamos, la verdad que nunca creí que habría la posibilidad de que se casaran a escondidas y de paso que también nos ocultara tanto tiempo este embarazo.
-no queremos culparlos por nada, realmente estaban decididos a hacerse cargo de sus vidas sin importarles las opiniones de los demás.
-realmente, a Juli nunca le importó lo que pensaran, ella solo quería el mismo apoyo que recibió cuando Adam llegó a nuestras vidas. -declaré mientras acariciaba la cabecita de Rubén. -Al no recibirlo, aceptó sin dudar el casarse sin decirle a nadie. Creo que más que nada fue que se decepcionó de ustedes. -alcé la mirada y los vi.