Prólogo

Andrea 20 años

El día que se suponía que sería el mejor de mi vida, resultó ser mi hora gris.

Escucho que mi teléfono suena, es un número desconocido. Estaba apunto de no levantar la llamada hasta que algo me hizo contestar.

-Si?

-Hola somos de la clínica González, su familia sufrió un accidente de auto. Necesitamos que venga urgentemente para acá.

Mi voz quería salir pero no podía. Toda mi familia iba en ese auto. Venían a verme a mí. Fue mi culpa. Si no hubieran venido de camino a verla nada de esto hubiera ocurrido.

Una lágrima bajó por mi mejilla... Respiré profundo para concentrarme y poder responder.

-Ahora mismo voy para allá.

Salí como un rayo del teatro de Madrid. No me importó el público, ni la posible demanda a la que me enfrentaría, ni que posiblemente sería el fin de me carrera.

Luego de una hora manejando en la oscuridad de la noche, llegué a la clínica.

Cuando entré sentí el olor a hospital, ese que no me traía buenos recuerdos, pero me armé de valor y seguí caminando.

En la recepción me mandaron a la sala de espera. Un lugar de asientos incómodos y una luz que pestañaba como una película de terror.

Debieron pasar cinco minutos, aunque los sentí como si fueran horas. Hasta que un doctor llegó a atenderme. En su cara veía que no traía buenas noticias. Tragué en seco cuando se acercó.

-Señorita Cuspineda?- me dijo el doctor alto, de buen semblante, pelinegro, ojos grises con un toque verdoso y una barba tupida.

-Si, soy yo, pero llámame Andrea por favor.- dije pareciendo lo más calmada posible.

-Emm… señorita Andrea, lamento informarle que la única sobreviviente es su hermana Allison. Lamentablemente su mamá y padrastro fallecieron tras que un conductor ebrio chocara con su auto mientras esperaba en un semáforo.

Mi vista se nubló y no tengo muchos recuerdos de lo que pasó después.

Lo siguiente que recuerdo es despertarme en una cama de hospital y a una enfermera diciendo que sufrí un ataque de pánico y me sedaron.

Aún no lo creía, mi familia, lo único que tenía, lo perdí por ir a mi concierto. Quedé a cargo de Allison. Pobre niña, 6 años y perdió a sus padres. ¿Cómo le diré lo que pasó? Es mi culpa.

***

Pasaron algunas semanas y nos dieron de alta con algunas recomendaciones y antibióticos para Allison.

Ese día sería el funeral, aún no aceptaba la idea, quería convencerme que esto era un mal sueño y despertaría, pero no. A mis veinte era responsable de una niña de seis, cuyos padres habían muerto por mi culpa.

En entierro transcurrió rápido y fue algo íntimo. Cuando terminó le hablé a mi mejor amiga, Luna Millers para ir a su casa, no podía entrar a la mía y ver la huella de mi mamá en ella, las fotos familiares y la decoración, sus notas adecivas en el refrigerador, esas que tanto desprecié y me molestaban, como desearía que estuviera aquí para abrazarla, sentir su voz y su olor, poderme despedir.

Cuando llegamos, Luna fue a mostrarle su cuarto a Allison, siempre se han llevando bien.

Me dio tiempo a solas, lo que necesitaba.

Entré a mi habitación, sí; tenía una habitación en su casa, siempre pasábamos tiempo juntas, desde niñas fuimos mejores amigas, nos conocimos en la escuela y desde entonces hemos sido inseparables, aunque ahora ella es una actriz y cantante famosa siempre sacamos tiempo para estar juntas y ponernos al día; abrí la ducha y me metí en el agua caliente.

No sé cuánto tiempo pasó hasta que salí y echa bolita me acosté en mi cama, a llorar y soltar todo.

Después de algunas horas me senté en mi laptop y abrí mi correo, tenía un montón de mensajes de personas que se enteraron, uno de la organizadora del concierto y otro de mi mejor amigo Matteo. Respondí el último y le comenté que estaba devastada pero saldría adelante.

Tomé mi currículum y lo mandé a una prestigiosa universidad para ver si me admitían como estudiante de medicina.

Iba a abandonar el sueño de mi vida, pero necesitamos estabilidad económica y la medicina era la mejor opción.

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Qué les pareció, es mi primera vez escribiendo, espero les guste

Besoooooos