Entre notas y amor

Capítulo 6: No me dejes

-¿Estás embarazada de Matteo?Ustedes no se veían hace años. ¿Cómo pasó? ¿De cuánto tiempo estás?- digo sin respirar. Luna nunca ha querido tener hijos, aunque al ser de Matteo si habían posibilidades, aunque después de que se separaron todos creímos que no se daría. Al parecer el destino tenía otros planes.
-Si, hace unas semanas cuando estuve de gira por Europa nos encontramos en Portugal, tuvimos un reencuentro apasionado y no me preocupé porque tomo pastillas, mi periodo nunca ha venido con frecuencia y estoy de 13 semanas, ya no se puede interrumpir.- su mirada está fija en el suelo, debe darle vergüenza admitir todo esto.
-Luna… sabes que las pastillas no son totalmente seguras, era responsabilidad de los dos lados cuidarse, ahora tendrán que afrontar las consecuencias de sus actos y madurar. Tienes dinero, una edad adecuada para dar a luz y vamos a seguir todo el embarazo para que no haya complicaciones.- intento tranquilizarla un poco, sé lo difícil que debe ser.
-Sobre Mat, te ayudaré para que lo veas y le cuentes todo, es su hija también, si no se quiere hacer cargo lo castramos.- el ambiente se calma un poco.
-¿Hija?- susurra con una sonrisa genuina.
-Intuición de madrina.
-Aún no te he dicho que vas a ser la madrina.- responde ahora más calmada.
-Pero lo sé, cariño, esa niña me va a amar.
-Ahora vamos para el hotel que este frío te hará pescar un resfriado.- la ayudo a levantarse y volver. La dejo en su habitación y antes de irme me sujeta la mano.
-Por favor no le digas a nadie, ni siquiera a Sol.- ese es uno de los tantos apodos que le puse en su momento a Gianmarco.
-Está bien, ahora duerme.
Me retiro a mi habitación, me cambio de ropa y me acuesto esperando a mi compañero de cama, mi novio.
Dormimos toda la noche abrazados, hasta que en la mañana llegó el servicio a la habitación y nos despertó. Me puse la camisa negra que tenía Gian ayer y salí a abrir la puerta. El mesero entró un carrito con el desayuno y se retiró dejándonos solos.
-¿Y este desayuno?…¿Yo no ordené nada?- cuestiono mientras me siento en la orilla de la cama.
-Lo ordené ayer, era un sorpresa.- responde alzando las manos en señal de paz.
-Esto es mucha comida.¿Viene alguien más a desayunar?
-Mi hermano viene dentro de dos horas y lo vamos a recoger al aeropuerto, así que debes comer algo saludable para que no te de hambre fuera.- explica mientras comienza a desayunar.
Ambos comemos los platillos que llegaron mientras conversamos entretenidos.
Una vez terminamos, tomo mi ropa y me dirijo al baño.
-¿No me vas a invitar? Hay que ahorrar agua para salvar el planeta.- grita dramático desde el otro lado de la puerta.
-En tus sueños, Moretti.- respondo mientras me desago de mi ropa y me meto en la ducha.
Mientras me baño escucho música y tarareo algunas canciones que van saliendo.
Termino y me seco. Me coloco un vestido azul con flores amarillas que llega hasta el la mitad del muslo, me coloco unas sandalias y recojo mi cabello en una coleta que cae como trenza y como toque final le pongo un lazo. Aplico protector solar, un gloss transparente y un poco de perfume.
Salgo y me siento en la terraza a leer un poco mientras espero. No soy conciente de cuánto tiempo pasó hasta que veo a mi acompañante salir con una camisa beige y unos shorts cafés, se vé encantador.
-¿Nos vamos?- pregunto poniéndome de pie de un salto.
-Si.-toma las llaves del auto y salimos.
Manejamos por media hora hasta llegar al aeropuerto. Nos quedamos esperando afuera por unos minutos y veo a Luca acercarse al auto, la última vez que lo ví era un niño de diez años que no se estaba quieto nunca, ahora es un joven moreno, de cabello rizado, alto y de buen porte. Lleva consigo dos maletas grandes y un bolso de mano.
-Te dejo por un segundo y ya tienes novia, todo un casanova, hermano.- pronuncia juguetón el más pequeño.
-Hola a ti también, Gianluca.
-Te he dicho que no me digas Gianluca, todos me conocen por Luca.- protesta.
-Hola, hermosura.- me toma la mano mi cuñado y deja un beso en ella.
-Hola.- susurro casi por inaudible.
-¿Cómo es que el mounstro feo que tengo como hermano consiguió a una chica tan bonita?
-Gianluca, es mi chica, respétame, soy el mayor.- exclama mi novio por lo bajo, con una voz grave y amenazante que me eriza toda la piel.
-Cálmate, Espartaco. Luca solo está jugando, sabes que siempre ha sido un casanova nato,viene en la genética, y compórtate que eres el del medio, no el mayor.- intervengo y le doy un beso en la mejilla.
-¿Espartaco?¿Tú eres la novia que mi hermano no ha superado desde hace siete años?- pregunta mientras abre la puerta y se acomoda en el asiento trasero y ponemos en marcha el auto.
-Creo… a no ser que tu hermano recicle apodos con sus novias.
-¿Podemos cambiar el tema?…¿Qué se supone que hiciste esta vez que te expulsaron de la escuela?- interroga en un tono autoritario.
-Fácil, una maestra de matemáticas se burlaba de una de las becadas de la escuela y casi pierde su beca por ella. Así que me opuse y nos echaron a los dos.- explica este muy relajado.
-¿Ya comiste algo, Luca?- pregunto cambiando el tema.
-No, solo el desayuno que dieron en el avión, estoy muriendo de hambre.
-Amor, a tres kilómetros hay una tienda de comida rápida. Vamos a parar para que tu hermano coma algo.- afirma asintiendo.
Nos detenemos y ambos piden comida para ellos, yo opto por pasar porque no me apetece.
Llegamos al hotel y Luca se despide de nosotros y se va a la habitación que reservó. Nosotros vamos a la nuestra y nos cambiamos para ver películas en la tv.
Yo utilizo una camisa suya sobre mi ropa interior y el quedó con un pantalón de tela ancho.
Ponemos Bajo la misma estrella y al término de la película me encuentro llorando a moco tendido. Él se quedó dormido. Me levanto y voy a lavarme la cara y tomar un poco de agua.
Ahí es cuando siento que me abraza por la cintura y me besa el cuello aún dormitando.
-¿Qué haces despierto?- me doy la vuelta y quedamos frente a frente.
-Te levantaste, me dejaste solito- dice en tono dramático.
-No te voy a dejar solito.- dejo un beso en sus labios y nos abrazamos.
-¿Me prometes que no me vas a abandonar otra vez?
-¿Otra vez?
-Sí, si ocurre algo pregúntame primero y no saques conclusiones.
-Lo prometo.
Nos fundimos en un beso que fue seguido de caricias y terminamos en la cama haciendo el amor.
Como hace años, todo fue mágico. Lo amo. Tengo miedo que sea un sueño y cuando despierte todo haya desaparecido.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.