Capítulo 14: La Familia Crece

Con la llegada de Gabriel, la casa de Alejandro e Isabel se llenó de más risas y amor. Luna, que ya era una excelente hermana mayor, se encargó de cuidar y proteger a su hermano pequeño. Observar a Luna y Gabriel jugar juntos llenaba a Alejandro e Isabel de un amor y una alegría inmensurables.

El amor entre Alejandro e Isabel también creció más fuerte. En los momentos tranquilos, cuando los niños estaban dormidos, se tomaban el tiempo para conectar y apreciar la vida que habían construido juntos. A pesar de las responsabilidades y el estrés que conlleva criar a dos niños pequeños, nunca dejaron que eso afectara su amor el uno por el otro.

Isabel continuó escribiendo, inspirándose en sus experiencias como madre y esposa. Sus libros, llenos de amor y humanidad, resonaban con sus lectores y su popularidad creció. Alejandro, por otro lado, encontró un equilibrio entre su trabajo y su vida familiar. A pesar de las demandas de su carrera, siempre encontraba tiempo para estar con Isabel, Luna y Gabriel.

A medida que los niños crecían, Alejandro e Isabel se enfrentaban a nuevos desafíos. Desde lidiar con las rabietas hasta ayudar a los niños con sus tareas escolares, cada día traía algo nuevo. Pero, a pesar de las dificultades, siempre encontraban una manera de resolver las cosas juntos.

A lo largo de todo, Isabel y Alejandro se mantuvieron unidos, apoyándose mutuamente y compartiendo tanto las cargas como las alegrías de la vida. Para ellos, la familia era lo más importante y estaban dispuestos a hacer cualquier cosa para garantizar la felicidad y el bienestar de Luna y Gabriel.