Mi pasión por la lectura y escritura comenzó a temprana edad.
Mi madre dice que aprendí a leer por mi propia cuenta cuando estaba pequeña, vivía sumergida entre periódicos y revistas, hasta que ella me regaló libros infantiles.
Entre ellos podías encontrar fábulas, cuentos e incluso la biblia animada para que pudiese entender todas esas cosas místicas. Me nutrí en este mundo de lleno y fui creciendo, cuando estaba en 6to grado de primaria, participé en el «día mundial del agua» realizando una poesía con la ayuda de mi padre, él es muy bueno dibujando, en ese entonces realizó una llave con pequeñas gotitas de agua saliendo de estas.
Lo que había comenzado como una simple obligación escolar se había convertido en una oportunidad de oro.
A los meses me informaron que había sido seleccionada a nivel nacional para participar en el festival del agua, el cual se realizaría en la isla de Margarita.
¡No podía creerlo!
Esas palabras plasmadas con lápiz de grafito me habían hecho ganar la lotería.
Boletos de avión, hospedaje en un hotel cinco estrellas con todas las comidas incluidas ¡y todo pago!
Mis padres estaban muy orgullosos de ese logro, hasta el día de hoy le sigo agradeciendo a mi papá por haber sido mi manager.
Aún recuerdo mi emoción al viajar por primera vez en avión a mis diez años de edad, en solo cuarenta minutos estaba aterrizando en la perla del Caribe con mi maleta para vivir una semana llena de nuevas experiencias enriquecedoras. En este viaje me acompañó una compañera de trabajo de mi madre, quién era coordinadora de la brigada.
La vibra de ese lugar era increíble, y en plena fiebre del mundial en África la canción principal estaba por todos lados, también recuerdo que el hotel estaba decorado con esta temática, no soy fan del fútbol, pero todo ese rollo me gusta, más que todo por la alegría que se siente en el ambiente.
En ese viaje tampoco estaba sola, conocí a tres niños que representaban al estado Carabobo junto a mi, cada uno en una categoría diferente, conviví con ellos durante toda la experiencia ya que cada uno represenrabamos una categoría diferente.
Es difícil describir con palabras lo que sentí cuando me llamaron en el escenario y recité la poesía delante del publico, allí estaba la prensa local y medios importantes del país, hasta salimos en el periódico, lástima que no pudimos tener un ejemplar porque se agotaron.
En mi adolescencia leía fanfics, también escribí los míos, inventando historias acerca de personajes que ya existían en un universo, con rostros y nombres reconocidos. Pasaba horas leyendo en plataformas virtuales, hasta que un autor logró cautivarme con una de sus historias (gracias por darme ese empujón que necesitaba, Luis Ávila).
Allí fue donde me pregunté si alguien se emocionaría por leer mi mundo, ese dónde puedo crear mis propias historias, personajes, llenarlos de vida y personalidad.
Entonces un día, surgió una idea, cree una trama con temática entre romance, erotismo mezcladas con thriller y lo fui publicando por partes en esta plataforma sin tener mucha fé, ni expectativas.
La felicidad no cabía en mi pecho cuando supe que realmente le importaba a otras personas, a desconocidos que a través de la pantalla disfrutaban leer mis ocurrencias. Iniciando el primer año de Odontología en otra ciudad y con un apagón eléctrico que tuvo azotado el país por tres días me aventure en seguir plasmando mis letras en Booknet hasta que un día ellos se contactaron conmigo para ser autora comercial.
No creía que algo que inició siendo un hobbie, me estaba dando la oportunidad de mantenerme con un ingreso monetario. Al principio no fue fácil, la crisis en mi país estaba al tope, con los problemas gubernamentales e internacionales mis alas habían sido cortadas antes de que pudiese emprender vuelo hasta que después de varios meses pude acceder a las regalías.
En plena pandemia y con una enfermedad tiroidea que estaba amenazando mi día a día lo que pude generar me cayó como anillo al dedo. Habían días donde simplemente no podía levantarme de la cama, quería seguir durmiendo todo el día, no tenía voluntad para nada y no porque no quisiese, sino que mi organismo no me lo permitía
Dar con el diagnóstico no fue tan sencillo, duré un mes entero en la clínica sometiéndome a exámenes costosos para saber con exactitud lo que tenía.
Entre tanto caos, solo el mensaje de haberme consagrado como autora oficial de la plataforma me había hecho el día.
Escribir es como tener el "toque de Midas", puedes convertir lo que sea en oro con solo poner los dedos en el teclado y dejar que tú imaginación fluya.