Entre pasos y promesas

Extra 2: Dos corazones más

Élodie

El primer movimiento fue como una mariposa.

El segundo, un pequeño tambor en mi vientre.

Y entonces lo supe: no solo estaba creando una nueva obra. Estaba creando dos vidas.

Edward entra al apartamento cargando dos cafés y una bolsa de pan recién horneado. Lleva el abrigo aún puesto, la bufanda medio deshecha, y esa expresión de preocupación elegante que ya no usa tanto… salvo cuando cree que algo me pasa.

—Estás muy callada —dice, dejándolo todo sobre la mesa—. ¿Te mareaste otra vez?

—Estoy embarazada —digo, sin rodeos.

Su mundo se detiene.

Literalmente. No parpadea. No se sienta. Solo me mira como si intentara entender si escuchó bien.

—¿Cómo…? ¿Cuándo…?

—En París. El día después del estreno —respondo—. Debimos haber estado demasiado eufóricos para pensar en consecuencias biológicas.

Silencio.

Y entonces, la risa.

Una risa libre, profunda, que le sube por la garganta como si no supiera qué hacer con tanto amor de golpe.

Me toma la cara entre las manos, sus ojos brillando.

—Vamos a ser padres.

—Sí. Pero hay más.

—¿Más?

—Son dos. Gemelos.

Ahora sí se sienta.

—¿Tú estás bien? ¿Están bien?

Asiento. Me abraza.

Y ahí, en la sala donde antes ensayábamos coreografías improvisadas, nos quedamos en silencio, rodeados de una paz inesperada.

Por primera vez en mi vida, sé que voy a crear algo que no necesita perfección ni aplausos.

Solo amor.

Y Edward... bailará ese papel conmigo hasta el final.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.