Desde la corta edad de 14 años, Frederick nunca tuvo la oportunidad de hacer amigos ya que lamentablemente, una noche antes de que sus padres volvieran de un viaje, en medio del camino había ocurrido un grave accidente, la carroza donde iban los Reyes se volcó por un precipicio, aquella noche hubo una fuerte tormenta en todo el Reino, la noticia fue anunciada primero a la familia real... Que solamente era Frederick, ya que sus abuelos estaban muertos y sus tíos y tias ya eran Reyes de otros Reinos, recibir esa noticia lo dejó devastado, su realidad colapsó por un momento, claro estaba, apenas tenía 14 años en ese momento y que le dieran aquella noticia lo dejaba al borde del colapso.
Desde aquel día Frederick cambio, en ves de hacer sus rutinas como antes, prefería quedarse largas horas en el estudio de su padre, leyendo y re leyendo las innumerables historias que había en sus estanterías, ya no se le veía nisiquiera por los pasillos del Palacio, su rutina solo se basaba en despertar, arreglarse, ir al estudio de su padre a leer y luego tomar te en el jardín lleno de flores que su madre había adorado tiempo atrás.
Era duro de creer que un chico tan carismático hubiera cambiado tan de repente, pero también lo tenían que entender, no era fácil saber que tus padres murieron y que tu vida iba a cambiar de un día a otro, simplemente.. Era mucho que asimilar y asumir.
Tres meses después de la muerte de los Reyes, como el único heredó de la familia real era Frederick, este tuvo que ser entrendo para poder ser rey, en cierta parte tenía las cualidades y habilidades para ser uno, era un alfa alto y fuerte que podía poner respeto en el Reino, pero en aquel momento la estabilidad emocional del joven estaba rota, no le habían dado tiempo alguno de pasar su duelo y simplemente lo prepararon para que asumiera un cargo más alto, cosa que lo tenía agobiado tanto física como mentalmente.
Seis meses después de la muerte de los Reyes, el Reino se encontraba celebrando al nuevo rey coronado, tanto en el pueblo como en el estaba decaída, sus ojeras estabas presentes, Frederick podía ver la misma figura de su padre, y eso era lo que lo tenía intranquilo.. Se miro por última vez en el espejo, soltó un suspiro y finalmente salió de su burbuja de tranquilidad solamente para ir a su coronación.
Al final, todo iba a cambiar..
Todo ocurrió con tranquilidad, hubo aceptación y negación por parte de varios monarcas y Reyes.. Ya que para estos era inaceptable que hubiera un alfa tan joven asumiendo el cargo de rey sin ninguna preparación como heredero, estos lamentablemente no entendían que aquel reino realmente necesitaba un rey a cargo, Frederick tuvo oportunidad de conversar con varios Reyes y Monarcas, muchos lo felicitaba y muchos no lo decían de forma verbal, pero en su mirada quedaba en claro que no estaban de acuerdo, por su parte Frederick tenía que mantener el margen, pues no quería estar en aquella gala, pero tenía que hacerlo para darse a conocer y a respetar.
...
Tres años después.. El décimo séptimo cumpleaños de Frederick se estaba acercando, pero este no tenía gana alguna de celebrarlo, ya ni siquiera había celebrado sus otros dos cumpleaños y menos pensaba en celebrar este, tenía muchas cosas juntas en la cabeza, los deberes como rey se iban acumulado y este cada vez más se iba encerrando, el estudio de su padre ahora el lo ocupaba y Pasaba cada tarde en esta, aveces re leyendo nuevamente los libros o viendo los planes que tenía pendientes con otros reinos, esa tarde se encontraba leyendo una obra que le había encantado leer con su padre desde que era un crió, su tranquilidad fue interrumpida por un leve golpe que hubo en la puerta, Frederick gruño levemente con frustración por la interrupción pero luego suspiro y murmuro un suave — Pase..—
Después de eso una de las sirvientas del Castillo entró con una bandeja en mano, le traía un poco de te y unos aperitivos, la sirvienta hizo una leve reverencia y se acercó al rey con calma — Con su permiso, Majestad, he traído estos aperitivos, ojalá que sean de su agrado— Murmuro la sirvienta con una voz suave notando que Frederick simplemente había echo un asentimiento a su cortesía. La sirvienta lo miro por un momento sin saber cómo sacar el tema a conversación, pues en cierta parte el consejero real no sólo la había enviado para los aperitivos del rey, sino que también para proponerle hacer una gala para celebrar el día de su cumpleaños, obviamente la sirvienta sabia que Frederick ya no lo celebraba después de la muerte de los Reyes, Era la última opción ya que llevaban varias veces proponiéndole el asunto, pero Frederick simplemente se negaba...
La sirvienta jugo un poco con sus dedos y bajo la mirada — Mi rey... sé que le hemos propuesto esto en varias ocasiones antes, pero permítame insistir una vez más. ¿No consideraría la posibilidad de organizar una gala para celebrar su cumpleaños? Entiendo que su majestad ya no desea celebrarlo desde la partida de los reyes, pero-...—
Hace una leve pausa, como si buscara las palabras correctas, y luego continúa, mirando a la bandeja en sus manos.
— El consejero real, junto con algunos monarcas, han comentado en varias ocasiones que esta celebración podría ser... necesaria. No solo para reforzar la imagen de su majestad, sino porque muchos reyes y nobles esperan ver a la realeza reunida, ansían la oportunidad de estar cerca del trono, de ver la grandeza del reino... No sé, mi rey. Sé que no es algo que le atraiga, pero podría ser una forma de darles a todos una muestra de su liderazgo, de su poder...—
La sirvienta no apartó su fuerte agarre de la bandeja, su mirada mostraba incertidumbre y esperanza, probablemente Frederick se negaría nuevamente y le pediría amablemente que se fuera, pero esta vez, Frederick dejó el libro que tenía entre manos sobre la mesa con un suspiro, y, cruzándose de brazos, miró a la sirvienta con una ligera expresión de desconcierto. La había escuchado varias veces, pero algo en su insistencia le había hecho pensar en la cuestión una vez más.