Entre risas nerviosas

Introducción

— No se porque te pones así si sólo fue una noche de locura. No es para tanto, Luciana— Recalca mi amiga Renata por el caso.

— No fue sólo "una noche" — Hago hincapié en las últimas dos palabras — Tienes razón en decir que sólo fue una noche, y lo acepto pero fue con mi mejor amigo, con el que llevaba más de siete años sin ver, con el que me crié desde niña como uña y mugre.

Renata se quedó pensando en lo que acabo de decir, era obvio que no lo había visto desde ese ángulo.

— ¿Qué tanta confianza se tienen? — Me pregunta seguido de levantarse de mi tocador para sentarse a mi lado y en vista de que no respondo, ella vuelve a hablar — Algo pasa y no sé que es como para que después de esa noche tu cabecita no deje de pensar en cada tiempo libre que tiene.

— Tenemos tanta confianza pero no para llegar a ese punto de estar en intimidad. Recuerdo que una vez dormimos juntos porque él había salido de pelea con sus papás y se quedó en mi casa pero no pasó nada, nisiquiera el más mínimo pensamiento, no se si él lo tuvo — Le digo mordiendo mis uñas en señal de nerviosismo. No se que hacer — Además, todos nuestros tratos han estado bajo el respeto de ambas partes.

— ¿Y que piensas hacer al respecto? — Medito su pregunta tan pequeña pero a la vez muy difícil de responder — Sé que es tu mejor amigo, lo tengo más que claro, pero este tipo de situaciones no son fáciles de resolver y menos si piensas demasiado las cosas y no actuas.

— No lo sé — Es lo único que logró responder por inercia — ¿Y si le digo? — Pregunto más para mi misma que para ella.

— No te diré nada. La decisión final es tuya y te apoyo en lo que elijas — Ella me abraza.

Por primera vez desde ese día me siento entendida, pero de igual forma eso es poco para mi desorden mental.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.