Lunes por la mañana y tengo pereza de... No, espera. No tengo pereza, tengo pereza extrema de ir a la universidad otra vez. Lástima que está vez no puedo faltar y ponerme al día después porque estoy en finales de semestre y tengo que entregar exámenes de todo.
Bueno... Pensarlo y hacerlo son dos cosas totalmente diferentes así que es mejor hacer lo que hay que hacer y eso implica alistarme para ir a la universidad. Me voy al baño con todo el entusiasmo del mundo (mentiras) por iniciar un nuevo día, una nueva semana, un nuevo de todo para ser más concluida.
Termino de alistarme y me voy directamente a mi destino para seguir con mi carrera de medicina. Debo mantener mi beca, ya estoy a poco de terminar mi segundo semestre y quiero hacer la especialización en el área de Cardiología. Me gustaría saber los diferentes comportamientos del corazón frente a las distintas situaciones.
Al llegar a la universidad me encuentro con mi novio — Mi amorcito — Le voy a besar pero este me esquiva — ¿Amor que pasa?. ¿Cómo amaneciste?.
— Estoy bien, Luciana — Me responde con sequedad.
— A ti te pasa algo y no me digas que no — Lucas mira hacia otra dirección evitando mirarme directamente a los ojos — Cuéntame amor. ¿Qué tienes?.
— Tienes razón. Si me pasa algo de echo... — Me quedo mirándolo esperando a que termine de decirme — ... Pasa que... Es que no se como decirlo.
— Sólo tienes que desahogarte. Hazlo conmigo. Te escucho.
— Es que tiene que ver precisamente contigo y no se como decirlo. Es algo que llevo pensando desde hace días — Mi corazón empieza a latir desbocado.
— Ahora sí me estás asustando, Lucas. Dime por favor, ¿Qué es lo que pasa? — Le pregunto entre ligeros titubeos.
— Ya que lo pides tanto, te lo diré de una vez — Lo miro expectante ante lo que pueda decir — Ya no quiero más nada contigo. Lo he pensado desde hace varios días y lo mejor es no seguir con esto. No eres mi tipo — Lo miro incrédula — Discúlpame.
No respondí nada, dejé que se fuera a donde él quisiera y yo me quedé ahí pensado en lo que me dijo.
"No eres mi tipo".
Enserio?... Dos inútiles meses estando con él perdiendo mi tiempo para que me dijera "No eres mi tipo". Definitivamente el amor no es para mi. Esta vendría siendo mi novena relación que se acaba con tan solo dos meses. Al parecer tengo una maldición de que no puedo tener una relación de noviazgo porque a los dos meses se acaba. Por Dios.
Me voy a mi primera clase sin permitirme llorar por él, no quiero más está situación, no quiero estar más así por alguien, quiero ser feliz. ¿Acaso es mucho pedir?. Al entrar veo a mi amiga y me siento al lado de ella como siempre.
— Buen día, Renata — Le digo en forma de saludo.
— Buen día, Luci. ¿Estás preparada para los exámenes de hoy? — Asiento no muy convencida.
— ¿Qué te pasa? — No no. Eso no — Estás rara.
— ¿Rara yo? — Niego repetidas veces — No me pasa nada, ¿Por?.
— Tienes cara de haber recibido una mala noticia y quieres ocultarlo — No no no. Ahora no.
— No me pasa nada amiga. No te preocupes — De momento siento que se apoyan en mis hombros dejándome sentada — Renata no insistas. Estoy bien.
— No me vengas con eso. Llevamos juntas desde que nacimos, crecimos juntas, estudiamos en el mismo colegio y mismo salón juntas, y ahora nos mudamos para quedar en la misma universidad. ¿Pretendes que te crea? — Olvidé ese pequeño detalle.
A quién sea le podía ocultar todo incluyendo a mi familia, pero a Renata si que no. No le puedo ocultar nada por más que lo intente.
Respiro profundo antes de hablar — A veces odio que personas tan intensas como tú me conozcan demasiado — No veo indicios de que quiera soltar la risa. Está muy seria para mi gusto — Está bien... Te voy a contar.
— Eso es exactamente lo que estoy esperando así que no te hagas la tonta.
— Lucas me terminó — Solté — Hace como unos veinte minutos.
— ¿Qué te dijo? — Inquiere.
— Me dijo que yo no era su tipo — Respiré profundo.
— Mirame — Miré para otro lado. Mis ojos se comienzan a cristalizar — Luciana Narváez Acosta mirame a los ojos — La miro — Tú eres una persona hermosa, que das el cien por cien para todo y para nada, que se esfuerza para conseguir hasta lo más mínimo por muy estúpido que sea y si él no te quiso es porque no vio detalladamente lo valiosa que eres al lado de todas esa zorras que quieren por novias — Solté una risita baja por el apelativo que usó — Si te terminó es porque que llegará alguien mejor, alguien que vea hasta lo imposible en ti mi chiquita — Ahora parezco un mar de agua salada.
— Soy de tu misma edad ¿Sabias?.
— ¿Amas debatir cierto? — Asiento como si me fueran ofrecido mi dulce favorito — Podemos tener diecinueve años pero yo soy dos meses mayor que tú.
Derrotada.
———
Por fin se acabó está jornada de hoy. Gracias a Dios.
— Luci, vamos a la cafetería. Yo invito.
— No quiero. Me siento muy cansada — Le contesto.
— No vengas con eso. Vamos por una malteada y después haces lo que quieras — Dudo — Por favor, ¿Si? — Me dice casi en un ruego.
— Está bien. Tu ganas — Le digo convencida.
Vamos caminando por la plaza y compramos nuestro sabor favorito de helado y luego no fuimos a la cafetería, pero no pensé que me iba a ir peor el día de hoy. Al ver lo que no estaba dispuesta a asimilar me quedé en mitad del camino sin poder dar un paso.
— ¿Qué pasa chiquita?. ¿Por qué te detienes?.
— Ahí está él — Le señalo a donde se encuentra Lucas — Está con alguien más.
— Ya lo vi — Me abraza — Si quieres nos vamos y no compramos nada.
— Si si. Mejor así — Nos damos la vuelta para ir a nuestros apartamentos — Te quiero mucho Renata. No me abandones nunca.
— Nunca te voy a abandonar chiquita. No después de lo que tanto hemos vivido durante diecinueve años y lo que nos falta por vivir. Eres esa hermana que nunca tuve y sí, no voy a negar que hay cosas que haces que no me gustan para nada pero eso es lo que te hace única y especial ante mis ojos.