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El apartamento estaba cálido, con la luz tenue de la lámpara del salón creando sombras suaves en las paredes. Yo estaba junto a Elian, con el corazón latiendo a mil por hora, mientras él me miraba con esa mezcla de travesura y deseo que siempre lograba desarmarme.
—Zoe… —susurró, rozando mi mejilla con los labios—. Hoy vamos a probar una teoría muy avanzada: cómo dos sistemas colapsan al mismo tiempo… y con resultados explosivos.
—Explosivos… —repetí con un hilo de voz, sintiendo cómo mi cuerpo reaccionaba a cada roce de sus dedos—. Suena peligroso.
—Peligroso, sí —murmuró él, acercándose más—. Pero también increíblemente efectivo.
Nuestras manos se entrelazaron, y antes de darme cuenta, sus labios encontraron los míos en un beso que me dejó sin aire. Cada caricia, cada suspiro, era como si estuviéramos hackeando nuestros propios sistemas internos: emociones, deseos y risas contenidas se mezclaban en un caos delicioso.
—Pulso elevado… —susurró él entre besos—. Signos vitales fuera de rango… diagnóstico: atracción incontrolable.
—Entonces… —susurré, rozando sus labios con los míos otra vez—. Tendremos que… tratarlo, ¿no?
Elian rió suavemente y comenzó a explorar cada rincón de mi piel con una mezcla de cuidado y pasión. Cada toque era intenso, cada suspiro compartido aumentaba la tensión hasta que no hubo manera de contenerla más.
Justo cuando la situación parecía irse a otro nivel de intensidad, un golpe seco y una carcajada hicieron que ambos nos detuviéramos. Claudia y Diego habían vuelto de la cocina, trayendo una bandeja de snacks, y no pudieron evitar mirarnos con ojos brillantes de emoción y diversión.
—¡Bingo! —gritó Claudia, levantando una galleta como si fuera un trofeo—. Les digo que estos laboratorios de amor necesitan supervisión… y yo soy la experta.
—¡Claudia! —exclamé entre risas y vergüenza—. ¿No puedes…?
—No, Zoe —respondió ella con una sonrisa pícara—. Además, Diego y yo tenemos nuestro propio experimento pendiente.
Y así, mientras Elian y yo continuábamos explorando nuestra química con pasión y ternura, Claudia y Diego también se dejaron llevar, creando una escena paralela de risas, caricias y miradas cómplices.
Por primera vez entendí que el amor podía ser:
* Apasionado y erótico 🔥
* Divertido y lleno de risas 😂
* Y absolutamente libre, incluso cuando tu amiga traviesa y su alma gemela están al lado complicando todo… de la mejor manera posible. 💖
Esa noche no fue solo un clímax físico; fue la explosión de una nueva etapa: donde los cuatro aprendimos que los deseos y las risas podían coexistir, y que con un poco de caos, la vida universitaria podía ser un laboratorio perfecto de amor y diversión.
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💞🔥😂